La paralización de la actividad ha supuesto una importante reducción de las capturas con respecto al año pasado. Sánchez sitúa el descenso en torno al “50 por ciento, los barcos de cerco y arrastre lo han sufrido particularmente”.
Los voraceros han sido los únicos que han podido salvar el año, pese al paro biólogico en el que actualmente se encuentran inmersos: “La pesca del voraz sí se ve beneficiada por la lluvia, cuanto más haya, mejor”.
A la reducción del 50 por cierto se suma a la disminución habida en temporadas anteriores. Los temporales están golpeando a un sector que ha visto menguar sus capturas año a año. De las casi 295 toneladas de pescado fresco que la flota de Ceuta capturó en 2003 se ha pasado a 82 en 2008. Estas cifras suponen una reducción de un 72,1 por ciento en un periodo de cinco años. El descenso ha tenido una marcada gradación anual. En 2004 las toneladas descendieron hasta las 236, en 2005 se pasó a 181, las capturas en 2006 sumaron las 143 y en 2007 las 123.