Oficialmente todos tenemos derecho a disfrutar “el silencio de nuestra propiedad”. En tu casa al menos en teoría, tienes derecho a tener paz y tranquilidad en ese espacio. También significa que, con pocas excepciones, tu vecino, no tiene derecho a hacer nada que interfiera para mantener tu ambiente de silencio en casa.
El vecino tiene derecho a tener un perro pesado y negarte el derecho a tener una casa silenciosa.
El vecino irresponsable, es premiado con un derecho que no tiene, robándonos un derecho que el resto de nosotros se supone, que si tenemos.
No puedes hablar con el perro claro para arreglar el asunto, cuando quieras tomar una siesta. Puedes acostarte y cerrar los ojos, pero no puedes dormir a menos que el perro del vecino este de humor para dejarte dormir. Puedes mosquearte y necesitar un lugar tranquilo para relajarte, pero el perro va a determinar que si te da un espacio silencioso o no.
No es problemas para el dueño, porque si ladra e interfieren con tus planes puedes tomar medidas necesarias para aquietarlo y callarlo. Cuando es de él es una historia muy diferente, hablas con tu vecino y te dice: “que su perro no ladra, que han sido solo un minuto en todo el día cuando lleva días, y días, horas y horas”, Cuando llena tu casa de ruido, tu eres el que tiene que arreglar su vida alrededor de lo que su majestad el perro decida. Suena extraño pero tiene su sentido, “mientras que tu controlas la vida de tu perro dentro de tu casa, el perro del vecino controla tu vida dentro de tu casa”.
No puedes hacer nada dentro de tu casa que sea consistente con el que el perro del vecino está haciendo afuera. Si ladra frecuentemente no puedes relajarte o estudiar, concentrarte o tener una conversación intima con tu mujer. Porque el perro del vecino esta a tu cargo. Así que tienes que planear tus actividades alrededor de el.
¿Cuánto vale poder dormir, relajarte, concentrarte, ver la tv, estudiar, etc., cuando lo desees? ¿Cuanto has perdido cuando el perro de un vecino irresponsable te roba tus derechos indispensables?
Al controlar cuanto sueño y descanso recibes, el vecino daña tu salud. Al controlar lo tenso o lo relajado que estas, transforma tu estado psicológico, domina completamente tu calidad de tu vida y tus relaciones.
Ponerte a comer y que no te aproveche bien una comida. Creo que no se reconoce cuánto daño causa la gente que deja a sus perros ladrar sin restricciones.
No se trata que lo entreguen a una protectora, ni que lo sacrifiquen. En el momento que se adquiere un perro, bien comprado o adoptado, estas adquiriendo un compromiso, no es un juguete. Dentro de ese compromiso entre tantos, es que no moleste a los demás.
Te das cuenta que tu felicidad depende de sus ladridos.
Con este escrito me gustaría perdirle a quien le compete, que por favor pueda tomar cartas en el asunto, y no tenga que llamar el ciudadano, con constantes llamadas, y malestar entre vecinos que no son nada agradable, sino que se pueda hacer de oficio y si se escucha un perro ladrando en la madrugada que se le llame la atención a ese dueño o se le denuncie, que el ladrido de un perro en la madrugada le molesta a cualquier persona.
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