El Gobierno local está convencido de que ha obtenido la máxima rentabilidad social posible a la inversión de más de 25 millones de euros que destinó en su día a las distintas fases del ‘Plan Aparca’, un programa de actuaciones que se concretó en la construcción de grandes infraestructuras subterráneas para el estacionamientos de vehículos en barriadas. En total, 868 plazas distribuidas en cuatro áreas (el parking de San José-Hadú, con 315; el del Polígono Virgen de África, dividido en dos etapas con 179 y 193 plazas, respectivamente; y el de Terrones, que elevó la capacidad en otras 181). Años después, las cifras avalan aquella apuesta. Según los últimos datos de la Consejería de Presidencia y Gobernación –en cuyo organigrama se inscribe Amgevicesa, la empresa municipal que los gestiona– los aparcamientos creados al amparo del ‘Plan Aparca’ arrojan hoy un nivel de ocupación cercano al 94 por ciento. Del total de 868 plazas construidas en su día, 795 están ocupadas por vecinos que en algún momento decidieron que los precios ofertados eran ventajosos y suponían un aliciente ante la escasez de espacio en sus áreas de residencia. Suscribieron abonos que dan derecho al estacionamiento, en la mayoría de los casos durante las 24 horas del día, y por precios que, como máximo, ascienden a 60 euros mensuales. De ellos, 692 son propietarios de vehículos y los restantes 103 ocupan plazas con motocicletas. El éxito de aceptación del programa es tal que en esas tres barriadas hay sólo 25 plazas en rotación (con pago fraccionado en función del periodo de tiempo de estancia). Otras 30 plazas contabilizan como cedidas a la Guardia Civil, en concreto en el parking de San José, junto a la Comandancia, y 39 más en el conjunto de las cuatro infraestructuras no figuran a disposición de los abonados porque fueron vendidas en su momento a usuarios que optaron por hacerse con ellas en propiedad. Para atender la demanda, 22 que inicialmente estaban destinadas a turismos acabaron reconvertidas en espacio para albergar vehículos de dos ruedas. La política de precios, asegura la Ciudad, es el secreto que se oculta tras ese altísimo nivel de ocupación. La Consejería de Presidencia y Gobernación cita como pilares de su estrategia “la rentabilidad social y económica”. Es decir, beneficio para el usuario, que evita el quebradero de cabeza de buscar día tras día dónde deshacerse del vehículo, y para su bolsillo. Un abono en cualquiera de los cuatro parkings del ‘Plan Aparca’ para uso durante las 24 horas del día cuesta 60 euros mensuales, y 40 si se opta por sólo 12 horas, el mismo importe que el día completo para las motos. Los precios bajan si se contrata en forma de colectivos (grupos de diez) o para trabajadores en turno americano o sólo diurno. También existen descuentos para jóvenes y jubilados. El balance es aún más favorable si al ‘Plan Aparca’ se suman los estacionamientos del centro: el del Complejo del Revellín (185 plazas), el de la Plaza de los Reyes (204 plazas) y el que discurre bajo la Avenida Alcalde Sánchez Prado, con otras 219. Salvo el último, todos construidos durante los distintos mandatos del Gobierno del PP, aunque el de Gran Vía también fue rehabilitado bajo presidencia de de Juan Vivas. Entre ellos añaden a la red 608 posibilidades de encontrar aparcamiento, aunque 223 están reservadas a abonados, más de un tercio del total. El avance en ocupación también abre una brecha temporal: si en 2007 la ciudad contaba con tan sólo 60 abonados, ahora roza el millar. Y en todos los casos, resalta la Ciudad, cumpliendo de forma estricta planes de autoprotección y de seguridad que incluyen prácticas con fuego real cada dos años, inspecciones técnicas de ascensores y revisiones periódicas de los sistemas contraincendios. “Estamos muy satisfechos y no es para menos”, destaca la consejera de Presidencia y Gobernación, Yolanda Bel, convencida de que la inversión está amortizada desde el punto de vista social. “Un Gobierno está para atender las demandas de los vecinos, y una de ellas era la necesidad de aparcamientos, que se ha atendido al menos en parte, porque siempre quedan cosas por hacer. Como ocurre con casi todo, hay cosas que siempre se pueden seguir mejorando”, añade.
Mejoras en las puertas e iluminación ‘led’ Aunque la Ciudad destaca que el mantenimiento de sus infraestructuras es constante, trabaja en la subsanación de deficiencias detectadas. En estudio está mejorar los problemas en puertas de acceso que se han demostrado no lo suficientemente fuertes o la instalación de nuevos respiraderos. También se contempla un proyecto para cambiar la iluminación tradicional que sustituirá los puntos de luz por otros de tecnología ‘led’, como ya se ha hecho en numerosos lugares del sistema de alumbrado del viario. Eso, constatan desde Amgevicesa, redundaría de forma notable en una reducción de la factura energética, además de ser ecológicas.