Los parados ponen fin a la tregua y vuelven a bloquear la obra

Un grupo de once desempleados subió ayer a una estructura de las 317 viviendas de SEPES y amenaza con permanecer en esta hasta que satisfagan sus necesidades: un puesto de trabajo

Los parados pusieron ayer fin a la tregua que ha durado el mes de Ramadán y volvieron a paralizar la obra de las 317 viviendas de Loma Colmenar. En esta ocasión, un total de once miembros del colectivo subieron a una estructura y colocaron dos pancartas en las que se podía leer: “Queramos trabajar. Soluciones ya”, uno de los gritos que más repetían en sus concentraciones frente a la Delegación del Gobierno.
La toma de la estructura por parte de este colectivo de desempleados obligó a los responsables de la obra a parar los trabajos. Después de algo más de una hora de paralización, los trabajadores de Loma Colmenar se marcharon en autobús, poniendo así fin a la jornada de trabajo.
Los parados nunca han dejado de hacer presencia frente a la obra de las viviendas protegidas del Ministerio de Fomento, aunque su reivindicación durante algo más de un mes se limitó a pasar con esta zona, tal y como explicó en declaraciones a este medio Mohamed, uno de los dos miembros del colectivos que permanecieron abajo.
Los manifestantes intentaron entrar en la obra por su puerta principal, pero el vigilante de seguridad privada que se encontraba trabajando en este acceso se lo impidió. Seguidamente fueron por la parte de arriba y lograron entrar, alcanzando rápidamente la estructura que se levanta y bloqueando los accesos para que no pudieran subir a echarlos. Aprovecharon la hora del desayuno para subir a la estructura y, una vez arriba, entregaron las herramientas que quedaban allí a los trabajadores.
Los parados quisieron dejar claro en declaraciones a este medio que el acto que estaban protagonizando era una “sentada pacífica”, que habían decidido emprender debido a que durante el tiempo en que no han estado organizando protestas “ninguno de nosotros ha trabajado, mientras están metiendo gente por detrás. Además, hay gente con dos trabajos: uno diurno y otro nocturno”, manifestó Jali, uno de los miembros del colectivo.
El colectivo dice que mantendrá la protesta hasta que exista una solución. “Que nos echen una mano y nos metan poco a poco a trabajar y nos vamos de aquí. En esta situación nos da hasta vergüenza ir a casa sin una bolsa de fruta o sin yogures para los niños”, añadió.
Los desempleados añadieron que ellos no están echando un “pulso” a las administraciones públicas, sino que están “reivindicando un derecho”, trabajar.
Fuera de las vallas de la obra, Mohamed añadió que van a continuar con la protesta “hasta que se nos ofrezca algo y nos den una solución que nos satisfaga”. Sienten que están “jugando” con ellos porque –dicen–les han prometido en varias ocasiones que los iban a contratar, algo que aún no se ha producido. “Nos dicen que en una semana nos contratan, después que en un mes, después en dos... y siempre es lo mismo. Dimos un tiempo para ver si de verdad nos contrataban pero esto no tiene color, y la obra va avanzando”, añadió.
Aunque la inmensa mayoría del colectivo continúa en situación de desempleo, al menos uno ha encontrado trabajo. Laarbi es el afortunado, y trabaja en las obras de rehabilitación del centro de salud del Tarajal. No obstante, apoya a los compañeros que continúan con la lucha y en la tarde de ayer les llevó víveres para que continúen en la estructura. Al cierre de esta edición aún permanecían en esta y aseguraban que continuarán hasta que haya solución.
El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, aseguró el pasado martes en rueda de prensa que la creación de empleo en Ceuta es una de sus prioridades. Para ello se ha preparado un plan de inversiones de 2012 a 2016, aunque menos ambicioso que el actual debido a la crisis. No obstante, el Ejecutivo local trabajará porque las obras públicas generen empleo en la ciudad autónoma. Para ello, cada vez que se inicie un expediente de contratación se realizará una actuación complementaria para ver cuánto empleo ha generado y si ha tenido o no impacto. Para que esta fórmula funcione será necesaria la colaboración de las empresas ya que las administraciones públicas no pueden obligar a estas a contratar determinado personal.

Los trabajadores de las 317 viviendas, las otras víctimas del conflicto abierto

Los trabajadores de las obras de las 317 viviendas de Loma Colmenar también son víctimas de este conflicto. La relación entre estos y los parados es bastante buena, y los primeros les piden apoyo y comprensión por la mala situación que están atravesando.
En la mañana de ayer, una vez más, los trabajadores que estaban realizando sus labores tuvieron que dejar de hacerlas y tras un periodo de espera sentados en las inmediaciones de la obra, abandonaron el lugar en autobús. Una jornada más sin trabajar, que se suma a las dos del mes de julio. Los manifestantes dicen tener el apoyo de los empleados, quienes entienden su situación pero quieren trabajar.
Quienes trabajan en las obras de Loma Colmenar ya mostraron a este medio su preocupación por la situación, ya que decían que día que no trabajan día que no cobran, y que también tienen gastos en la ciudad por cada día que pasan en ella, como el alquiler. Los trabajadores también pierden las horas extras que no realizan.
El conflicto también afecta a las empresas que operan dentro de las vallas de la obra, las que trabajan a destajo. Por ejemplo, las de ladrillo cobran por metro cuadrado.
Los vigilantes de seguridad privada que trabajan en esta obra también se encuentran en una situación desagradable cuando tienen que impedir el paso a los parados, ya que algunos son del mismo barrio y se conocen. No obstante, en la mañana de ayer no hubo problema alguno: los parados intentaron entrar por la puerta principal, el vigilante les dijo que no podían acceder al interior, se retiraron y lo hicieron por otro lado lejos de este trabajador. “Han intentado entrar por aquí y les dije que no. Me conocen del Príncipe y me han respetado”, explicó el vigilante a este medio.
La obra quedó ayer bloqueada y los trabajadores tuvieron que volver a casa por la mañana. Hoy volverán a acudir a sus puestos de trabajo, aunque no saben si realizarán o no el trabajo pendiente.

CCOO no participa pero reitera su disponibilidad

Comisiones Obreras (CCOO) no participó en la protesta de ayer, aunque su secretario de Organización, Ramón María Del Valle-Inclán, dejó claro en conversaciones con este medio que esto no supone una ruptura en sus relaciones, sino que en esta ocasión los parados no han solicitado al sindicato su cobertura. Así, dijo que continúa prestando “respaldo moral” al colectivo, porque comparte “plenamente” su reivindicación. Esta organización sindical lamenta que en los últimos días han entrado cuatro personas a trabajar en la obra, y que los cuatro son “de fuera”. En esta línea, CCOO muestra su disponibilidad para apoyar al colectivo de parados. La última vez que contaron con su cobertura fue en las concentraciones de la Plaza de los Reyes, que ya quedaron sin efecto.

Inspección no ve incumplimientos en las obras

Inspección de Trabajo ha contestado el escrito enviado por la organización sindical en el que alertaba que en estas obras se incumple sistemáticamente el horario laboral, superándose tanto el límite diario como el semanal, a pesar de lo establecido en el vigente convenio colectivo del sector y en el Estatuto de los Trabajadores. La Inspección de Trabajo ha indicado que no ha encontrado incumplimiento alguno en sus visitas a la obra, es decir, entiende que no se realizan más horas de las establecidas. El sindicato insiste en que tanto en esta como en otras obras de la ciudad los trabajadores de fuera trabajan más de lo estipulado.