Los óvalos de la discordia

Dos empresas de dos ciudades distintas, que desarrollan una actividad comercial similar y que se disputan desde hace casi dos décadas la paternidad y propiedad legal de la imagen de marca que las identifica.

En esa batalla está inmerso Antonio Jesús Ibáñez, propietario durante un puñado de años de Plásticos Ibáñez, una conocida sociedad especializada en la distribución de bolsas y otros productos fabricados a partir de ese material. El objeto de la polémica no es otro que el logotipo: dos óvalos entrelazados de color verde que, salvo acuerdo entre las partes, parece que será un juez  el que tendrá que determinar a quién le corresponde su uso.
Ibáñez tramitó en 1995 el registro ante la Oficina Española de Patentes y Marcas, lo que le fue concedido en 1996. Dos años después, se percató de que Plásticos Andalucía, una empresa centenaria radicada en Granada, hacía lo propio con el mismo dibujo, pero también a su nombre. El empresario ceutí reclamó al sentirse agraviado y el organismo nacional le dio entonces la razón.
El caso parecía solucionado, pero no: a partir de ahí todo se complica. Ibáñez realizaba todos los trámites a través de una empresa intermediaria especializada en esas gestiones. Asegura que creía que no necesitaba presentar más documentación en el futuro, pero su agente, por motivos que desconoce, no le alertó de que la concesión de la propiedad de la marca necesitaba ser renovada de forma periódica cada década El empresario ceutí cesó en su actividad durante unos años por un problema familiar y el pasado mes de noviembre descubrió que Plásticos Andalucía había registrado de nuevo la patente, pero el plazo para impugnar había transcurrido y ya no había nada que hacer. La marca es, pues, legalmente propiedad de la sociedad granadina.
La pugna aún se enreda más. Plásticos Ibáñez y Plásticos de Andalucía estuvieron vinculadas durante años. Antonio Ibáñez ejercía como distribuidor en Ceuta de las bolsas de plástico de la granadina en una relación que se iría difuminando. Y ahí las versiones son contradictorias. Mientras el primero alega que la sociedad andaluza no respetaba su exclusividad en la ciudad, ésta replica que nunca se le concedió ese privilegio y que estaba en su derecho de vender en Ceuta a quien así se lo solicitarse.
Mientras Ibáñez alega que el logotipo es suyo y se lo han “robado”, Plásticos Andalucía asegura que puede demostrar que los óvalos verdes salieron a finales del Siglo XIX de los lápices de Francisco García, su fundador. El ceutí se niega a aceptarlo, amenaza con acudir a los tribunales y calcula que los perjuicios causados “alcanzarían los 400 millones de pesetas”, unos 2,4 millones de euros. “Me han hundido en colaboración con mi agente, que no me avisó”, denuncia. Desde Granada insisten en que Patentes y Marcas les da la razón y se niegan a entrar en polémicas: “La ley está de nuestra parte, pero si él lo quiere usar, que lo haga. Somos muy conocidos y ya casi ni vendemos en Ceuta, no somos competencia. Igual lo quiere es dinero...”.

Patentes y Marcas no acepta la queja

Ibáñez no ha dejado de enviar cartas de queja y consultas durante las últimas semanas a la Oficina Española de Patentes y Marcas, el organismo que otorga o deniega el registro de logotipos e imágenes identificativas. En un correo electrónico fechado el pasado día 28, la Unidad de Atención al Usuario contesta al empresario ceutí que la ley establece con claridad un plazo de dos meses para oponerse a la concesión de la propiedad de una marca a cualquier sociedad. “No se ha presentado en tiempo y forma”, aclara la OEPM, argumento con el que rechaza su pretensión y le recomienda que, si persiste en su protesta, acuda a los tribunales