Los narcos que operaban en Cortijo Moreno tenían una red de ‘vigilantes’

La Guardia Civil ha echado el cierre a la ya bautizada como ‘Operación Arquería’ contra el tráfico de estupefacientes destinado a abastecer el mercado de culeros.

No se descarta que pueda haber alguna detención más, pero el grueso principal del operativo, del que ayer le daba cuenta ‘El Faro’, ha sido desarticulado con el registro de dos viviendas en Cortijo Moreno que servían de base para la organización.
En total han sido 23 las personas detenidas, entre ellas las 9 arrestadas en los registros de las viviendas -de las que cinco estarían vinculadas a la trama- y el resto culeros que fueron interceptados en el puerto. Además se han decomisado 50 kilos de hachís - de los que casi 37 estaban en la vivienda en forma de bellotas- e intervenido tres vehículos de alta gama, además de documentación que está siendo investigada por su relación con este negocio.
¿Pero cómo se ha llegado a este punto? Para entender la operación de ayer, llevada a cabo por la Policía Judicial y que contó con el apoyo de otras unidades, hay que retrotraerse a la situación de presión que se estaba viviendo en la ciudad con el tráfico de culeros. Han sido cuantiosas las informaciones publicadas por ‘El Faro’ en estos últimos meses sobre calabozos con más de 22 detenidos en un solo día, sobre presión sin igual sobre la Compañía Fiscal, sobre aumento notable del tráfico de estupefacientes a pequeña escala... La inseguridad que afectaba a los propios guardias civiles era evidente, no podían detener a tanto culero, ni había guardias ni había espacio. Así que había que activar una operación pero no para detener a cuatro culeros de forma aislada, sino para dar al traste con las organizaciones que estaban detrás del abastecimiento del hachís.
Activadas varias informaciones, se tuvo conocimiento del trasiego de personas que seguían siempre la misma ruta: llegaban a Ceuta, emprendían camino hacia Cortijo Moreno y volvían a embarcar en el mismo día ocultando hachís en el interior de sus organismos. Se trataba en su mayoría de marroquíes no residentes en Ceuta, que no llegaban ni a pasar el día en la ciudad.
Así las cosas se puso en marcha la operación, coordinada por la Policía Judicial del Instituto Armado, llevando a cabo vigilancias sobre dos viviendas que, se sospechaba, servían para abastecer de droga a los culeros. ¿La vigilancia? De todo menos fácil, ya que a organización disponía de una amplia red de controladores cuya única misión era apostarse en las cercanías de las casas para ‘dar el agua’ en cuanto detectaban la presencia de la Benemérita.
La Judicial tuvo que montar el operativo cuidando al detalle cada movimiento. Haciendo vigilancias desde lejos, para evitar que los que iban a ser detenidos les sorprendieran, pero recabando también las pruebas suficientes como para entregárselas al juez y obtener de este un mandamiento judicial y un aval de las escuchas telefónicas necesarias.
Finalmente se decidió reventar la operación el viernes por la noche -tal y como se publicó en ‘El Faro’ de ayer- para evitar que la organización se diera cuenta de los movimientos y ante el temor de que retiraran la droga del lugar ya que se había empezado una obra en una de las viviendas.
En el puerto se procedió a la detención de 13 personas, que portaban droga en su interior y que la habían ingerido en estas viviendas. Entre todas ocultaban doce kilos y medio de hachís. Ya en los domicilios de Cortijo Moreno se detendría a las 9 personas restantes , de las que cinco se cree que son piezas clave de la organización. Allí se encontraría el resto de la droga, hasta llegar a los 50 kilos: 36. 900 gramos.
De las investigaciones llevadas a cabo se ha podido saber que la organización acostumbraba a tener prácticamente de forma permanente unos 40 kilos de hachís, que era la mercancía suficiente para abastecer a los culeros que iban directamente a sus viviendas. Incluso había culeros que llegaban en taxi o eran trasladados por la organización a las viviendas, manteniendo vigilancia en todo el perímetro.
En el golpe antidroga asestado ayer se localizó, además de la droga, dinero en metálico en distintas monedas y divisas, tres vehículos de alta gama y documentos que ya están siendo analizados.
Los detenidos continúan en los calabozos de la Comandancia de Hadú a la espera de su puesta a disposición judicial vinculándoseles no ya con un presunto delito contra la salud pública, sino con una organización dedicada a este tráfico.

Las Claves

El problema se detecta

Son más de 16 las toneladas intervenidas en nueve meses por la Guardia Civil. De ese grueso hay mucha droga intervenida en pequeñas cantidades, es decir, que procede del tráfico de culeros. Se había detectado un incremento en este movimiento hasta el punto de que se estaba colapsando los calabozos del puerto y se estaba generando una situación de inseguridad para los guardias civiles que están destinados en Fiscal.

Organización e investigaciones

Se estaba investigando el perfil de culeros llegados a la ciudad y las zonas a las que acudían. Las detenciones aisladas no sirven de nada, pero si se llevaba a cabo un seguimiento exhaustivo para vincular a detenidos con una casa concreta se podía desmantelar una organización buscando así la implicación del ámbito judicial para que no aborde este caso como detención aislada de culeros, sino como la existencia de una red con su agravante correspondiente.

La queja de la AUGC

El mes pasado este medio difundía el informe de la AUGC en el que sacaba a la luz la problemática del trasvase de drogas, la falta de agentes, la situación tercermundista vivida en los calabozos del puerto. En dicho informe, que fue trasladado al Defensor del Pueblo, se pedía, como medida urgente, la adopción de investigaciones en torno a las viviendas en donde estaban las redes dedicadas a controlar el trasiego de los culeros y a abastecerles.

El modus operandi

Los detenidos disponían de dos viviendas en Cortijo Moreno en las que introducían droga, pero nunca más de 40 kilos. Sustancia suficiente como para abastecer a un mercado concreto de culeros. Los trasvases de la mercancía se hacían desde Marruecos, teniéndolos en la vivienda para que las personas que llegaban pudieran hacer la carga y dejarla después en la península, en viviendas de otras personas relacionadas con el tráfico de drogas.

De Policía Judicial al tribunal

La operación llevada a cabo por la Policía Judicial ha estado dirigida a intentar conseguir que sea ahora la instancia judicial la que presente el caso como una organización, intentando así que se busque el agravante de la organización. La tarea es complicada, ya que son muy pocas las condenas dictadas en las que se ha conseguido relacionar a los detenidos con una red para que se incluya este agravante y la pena sea más allá que la derivada de un delito contra la salud pública.

Gracias a esta operación se pudo detener a un ceutí en Estepona relacionado con el pase de 1.651 kilos

Al margen de la operación llevada a cabo el viernes, y tras la práctica de varias escuchas a los sospechosos de alimentar este negocio, la Guardia Civil pudo saber que una de las detenidas por supuestamente liderar el tráfico de hachís a culeros mantenía conversaciones con su esposo, que podría haber estado implicado en un pase de 1.651 kilos de hachís llevado a cabo el pasado 10 de agosto.
Gracias al operativo de seguimiento montado, y a través de una conversación, se pudo proceder a la localización, también el viernes, del llamado H.M.C., en Estepona. A este ceutí se le vincula con el pase en semirrígida de 1.651 kilos de hachís de Marruecos a la península. La Benemérita mantiene que la implicada en la red de culeros y su esposo, el detenido en Estepona, podrían estar detrás del tráfico a gran escala de esta sustancia usando semirrígidas para la salida de la droga.
En agosto la propia Benemérita truncó el pase de 1.651 kilos de hachís y detuvo a una persona, pero es ahora cuando, tras la operación de Ceuta, se ha llegado a dar con el supuesto responsable de esta salida de hachís.
Esta intervención nada tiene que ver con la ristra de detenciones que, al margen, han tenido lugar la semana pasada en Algeciras por su relación con la tonelada de hachís que fue localizada el pasado verano en un velero. Caso, ya judicializado, del que informó este medio.