Basura, restos de todo tipo, plástico, cristales...
Los montes de Ceuta están sucios. Sucios y abandonados. Por muchas proclamas oficialistas que aseveren lo contrario, las fotografías recogidas por usuarios de estos rincones verifican el ‘caldo de cultivo’ para más
incendios y para el incremento de la contaminación. Son desperdicios nuevos, pero también los hay antiguos: bolsas y recipientes incluso de productos que ya no se fabrican o distribuyen. Los montes están heridos de muerte.
Una de las zonas más castigadas es el recorrido que comprende desde el Sarao hasta la puerta de entrada del pantano del Infierno. Allí la zona se ha convertido en un estercolero. Cientos de botellas de plástico se juntan con basuras y, más grave aún, restos de vehículos, piezas que han sido abandonadas pertenecientes a coches. No hay limpieza pero tampoco investigación para castigar este tipo de acciones ya que, en algunos casos, podría rastrearse el origen. Pero no se hace.
El campo es tomado por algunos desaprensivos como el cubo de basura comunitario. Es el final del camino de algunos individuos que incluso acuden con sus propios vehículos hasta el monte para arrojar allí escombros, restos de todo tipo, basura...
Ciudadanos que llevan toda su vida recorriendo los montes de Ceuta, que los conocen de palmo a palmo, ponen de manifiesto que el nivel de abandono es tal que asusta, ya que hacía muchos años que no veían los montes tan abandonados y ‘comidos’ literalmente por la basura.
Y esto da pie no solo a un problema de generación de riesgos de incendio, sino también a un problema de contaminación. En los últimos meses han surgido movimientos sensibilizados con el medio ambiente como el que representa ‘Ceuta sin plástico’. Ellos han recogido mucha de la basura acumulada en los montes, pero el problema está en origen. Falta una conciencia medioambiental y unas armas sancionadoras efectivas para interponer multas que terminen con estas prácticas a base de multas.
En algunos casos la investigación es imposible salvo que se sorprenda al autor de las infracciones in fraganti, en otros sí es posible seguir el rastro cuando se trata de piezas de coches que han debido tener una titularidad o escombros pertenecientes a alguna obra identificable.