Comenzó a desatarse la primera campaña en algunos medios en relación con la conducción de las personas mayores, empezando por decir que había demasiados mayores en la carretera que suponían un peligro por su falta de reflejos ante las situaciones de riesgos que pueden darse a su mayor edad; también que suelen circular demasiado lentos y entorpecen la marcha de los demás; que a cierta edad avanzada se les debía retirar el carnet de conducir, por lo que se iban a endurecer las condiciones para su renovación, etc. Y la semana pasada fue la Directora General de Tráfico la que anunció públicamente, durante la presentación de la “Campaña de control de drogas y alcohol para esta Navidad”, que su Departamento está pensando en medidas para "reciclar a los conductores con más años de carnet", dejando caer que hasta el momento la única idea que había sobre la mesa era la posible implantación de un nuevo examen cada cinco años para los conductores con mayor antigüedad, según manifestó a un grupo de periodistas, subrayando la necesidad de que los conductores se formen de manera continua, por lo que Tráfico está "evaluando en qué forma, momentos y circunstancias" se debía hacer. Es decir, algo así como implantar para losTráfico no tuvo inconveniente en añadir: "Somos conscientes de que el problema en estos momentos en el país acerca de la movilidad y seguridad vial lo es en personas que hace tiempo que conducen. No es un problema de gente joven…”.
Pues bien, de entrada llama poderosamente la atención que toda una Directora General de Tráfico entienda que el problema de la carretera en nuestro país sean los mayores y quienes poseen los carnets más antiguos. Pero aun resulta más chocante que tales manifestaciones contra la conducción de los mayores las haya hecho diciendo, a la vez, que “no es un problema de la gente joven”. Pero ello resulta aun más chocante cuando en otras campañas se ha argumentado precisamente lo contrario, es decir, que la mayor peligrosidad al volante la representan los jóvenes por ser los que más consumen tales sustancias los fines de semana en fiestas, lugares de alterne y diversión y que después de madrugada se ponen al volante, aunque haya otros muchos que por prudencia no lo hagan. Y, para mayor inri, lo dice, además, en una campaña sobre control de “drogas y alcohol”, donde creo que pocos mayores pueden representar un problema para la conducción, porque seguro que serán los menos que consuman tales sustancias nocivas.
Para argumentar a contrario, me voy a permitir ponerme como ejemplo. Y, aunque me creo lleno de defectos, nunca he sido nada sospechoso de hacer acervas críticas contra campañas, medidas legislativas y de control de Tráfico que resulten razonables y objetivas para la mejora de la seguridad vial, sobre todo, dirigidas a aquellos conductores que se excedan peligrosamente en velocidad, los consumidores de drogas y alcohol y todos los que de cualquier forma realicen una conducción temeraria; en primer lugar, porque entiendo que todo lo que sea tomar medidas y poner medios para que se ahorre aunque sólo sea una sola vida en la carretera, pues bienvenidas sean, porque la vida de una persona está siempre muy por encima de las molestias y demás inconvenientes que se puedan crear cuando tales campañas, medidas y controles se hagan en aras de salvar vidas humanas. De otra parte, sin haber llegado todavía a la ancianidad, sí me cuento ya entre los que puedo ser tenidos como uno de esos mayores tan criticados al volante por representar un problema para el país; y, a la vez, estoy en posesión de un carnet de conducir con casi 46 años de antigüedad, en cuyo dilatado período de tiempo habré sido denunciado unas tres o cuatro veces. La última vez que se me impuso una denuncia por Tráfico creo que fue el 30-06-1988, hace más de 25 años, aunque luego a todos los denunciados aquel día nos fue sobreseído y archivado el expediente sancionador por haber fallecido en esa misma fecha en accidente de helicóptero la que entonces fuera Directora General de Tráfico, Rosa de Lima Manzano; también mantengo los máximos puntos del carnet y llevo ya varios cientos de miles de kilómetros circulando por las carreteras con tan buena suerte que no he sufrido todavía ningún accidente de tráfico. Por otro lado, hasta en algunos de mis artículos he defendido la conveniencia de establecer medidas de seguridad y control en la carretera que sirvan a la disuasión de cometer infracciones y tiendan a mejorar la seguridad vial, hasta el punto de que en alguna ocasión mis artículos fueron seleccionados por Tráfico para su reproducción en su antigua Revista de información. Así, pues, nadie debe sospechar que pueda albergar animadversión o resentimiento algunos contra Tráfico y sus medidas.
Precisamente, por mi deseo de aportar al problema una colaboración constructiva, me ha movido la idea de ser - esta vez sí - algo crítico con ciertas campañas de Tráfico. Y es que entiendo que no se deben orquestar medidas poniendo como ejemplo de comparación a las personas mayores o a quienes llevan más años al volante con los más jóvenes a modo de presentar a los primeros como que son el problema del país en la carretera y a los segundos como que en ellos el problema no existe. Creo que el hecho de ser mayor, si bien puede ser en algunos casos puntuales motivo que limite la plenitud de facultades físicas y psíquicas para conducir, esa es una cuestión que sólo corresponde valorar al facultativo responsable de efectuar las revisiones médicas para la renovación del carnet de conducir; no debiendo depender de una mera elucubración que se le ocurra en un momento determinado a un Director o Directora General de Tráfico; a la que, por cierto, algo desacertada ha debido estar en sus declaraciones cuando su propio Ministerio ha tenido que corregirle manifestando que no existen tales medidas contra los mayores, cuya posible ligereza de opinión no parece estar del todo en consonancia con la serenidad de ánimo, ponderación de juicio y sensatez que debe tener la persona de la que depende la seguridad del tráfico en las carreteras, en cuyo desliz quizá haya incurrido porque le hayan hecho falta la templanza y la prudencia que se adquieren con la mayor edad. Y eso es, exactamente, lo que por lo general también caracteriza a los conductores mayores y a los más antiguos, o sea, una mayor experiencia en la conducción, más autocontrol de la velocidad, más prudencia, más sentido común y más responsabilidad al volante, que muchas veces no tienen quienes todavía no han alcanzado la madurez porque estas últimas cualidades se adquieren mejor con la mayor edad.
Pero, sin ser experto en la materia, creo que la mayor seguridad en el tráfico, no sólo la dan las campañas de sensibilización a base de pretender hacer de peores cualidades a los mayores respecto de los jóvenes en cuanto a la conducción, lo que incluso podría ser discriminatorio por razón de la edad en virtud del artículo 14 de la Constitución; tampoco se consigue mayor seguridad por realizar campañas con imágenes macabras de accidentes con muertes, mutilaciones y graves discapacidades; ni tampoco dan mayor seguridad las excesivas medidas severas y rigurosas de control, sino también el buen estado de las carreteras, que en bastantes casos brilla por su ausencia; y, desde luego, no dan mayor seguridad la instalación sistemática de tantos radares fijos o móviles en los puntos en los que se ve que sólo se va a la caza del conductor aunque no representen peligrosidad, por aquello de que muchos se instalan con fines meramente recaudatorios, en lugar de colocarlos en los puntos negros en los que verdaderamente exista peligro. Y es que debe ser esa una buena inversión de cara a recaudar cuando dicha Dirección General no hace más que comprar radares para coser con ellos lo mismo las carreteras que el cielo. Es tanta la alarma vial que con ellos se ha creado entre la población conductora, que hasta ha dado lugar a que en alguna Comunidad que durante 2012 se impusieron 958.295 sanciones de tráfico, 2.625 al día, pues incluso se ha llegado a crear una comunidad de personas denominada “antirradares”, pese a que ello podría ser ilegal.
Varias de las formas con la que entiendo podría crearse una auténtica conciencia ciudadana en materia de seguridad vial podrían ser, entre otras: Implantar con carácter obligatorio en la Escuela y colegios la asignatura de Tráfico como una más para que desde niños a los escolares se les inculque un sano aprendizaje y respeto de las normas y señales de tráfico. También se contribuye a la seguridad del tráfico con una señalización eficiente y adecuada, en la que, por poner sólo un ejemplo, no se tenga que pasar bruscamente en cortísimos tramos de vías de 90 a 60 km. por hora en sólo varios segundos, en bastantes casos inmediatamente antes de donde hay un radar. Y, sobre todo, daría mayor seguridad al tráfico simplemente el hecho de poder ir conduciendo con la mayor atención, pero con normalidad, sin sentirse atosigado ni tener que ir con los nervios en tensión pendiente de tantos radares ya sean fijos, móviles, aéreos, en túneles, en semáforos o de visión múltiple de esos que controlan hasta media docena de carriles a la vez y que tanto desasosiego e inquietud producen todos ellos en los conductores al tener que ir tan pendientes de todas esas máquinas de recaudar cada vez más dinero en época de tanta crisis, de manera que llega el momento que se va más preocupado de los dichosos radares que de las señales que avisan de los verdaderos peligros. Luego, no hay reforma normativa de tráfico que no se haga para dar una vuelta más de tuerca en perjuicio de los conductores, ya sea para agravar las infracciones, aumentar las multas, echar sistemáticamente a la papelera las reclamaciones aunque sean objetivas y razonadas, etc. Si es que cada vez se estrecha más el espacio al conductor en la carretera. Hasta algunas Asociaciones de Agentes de Tráfico han llegado a denunciar que sólo perciben la gratificación de productividad si los Agentes cumplen con el cupo asignado de denuncias que, de ser cierto, sería hacer prevalecer el afán recaudatorio sobre la principal y más encomiable misión que dichos Agentes tienen de prevención y auxilio en carretera.
Pienso, en fin, que las autoridades de Tráfico deberían reflexionar más sobre tan importante tema, en lugar de hacer a veces ligeras declaraciones de cara a la galería. Feliz Navidad, mucha prudencia y suerte a todos en la carretera en estos días tan entrañables.
.
•
las del partido, no debería impedir que el político juzgue con objetividad, de acuerdo con sus criterios éticos y con las normas establecidas. Pero lo que debería tener vedado por completo, es servirse del poder o de información privilegiada para obtener favores en beneficio propio suyo o de su partido o de cualquiera de los suyos; es decir, el político debe ser completamente aséptico, y no estar contaminado por prejuicios o parcialidad alguna. Igualmente, debe comportarse teniendo un proceder justo, sin usar de forma alguna de discriminación o actuación arbitraria, esforzándose en la defensa de la equidad y las buenas prácticas actuariales. Y los políticos tienen que dejar de “politizar” todo en las Administraciones Públicas y la Justicia. Ahí está buena parte del problema, porque la politización la hacen para su propia conveniencia e intereses. Y eso no puede ser. La Justicia tiene que ser independiente.
“Gestión y administración de los recursos públicos”.- Este valor, se considera de primer orden, y ha de ir acompañado de la eficacia y austeridad necesarias en la administración de los recursos tanto materiales como humanos. Existe en muchos políticos el criterio de que hay que gastar mucho para que en el próximo presupuesto se les adjudiquen mayores partidas. Flaco favor prestan al país quienes así piensan.
En fin, un breve artículo apenas permite tratar el tema con la extensión y profundidad que exige. Pero algo tiene que hacerse, esto no puede seguir así, el pueblo está ya hastiado de ver cada día más espectáculos de esa naturaleza. Así, el pueblo quiebra su confianza, y se pregunta si para esto sirve la democracia; lo que no deja de ser un grave peligro para la misma democracia. La clase política tiene que regenerarse y ya, de forma urgente.
El Ceuta consiguió un punto fuera ante el CD Alcoyano, después de ir ganando en la…
La IV Media Maratón BTT de Ceuta ha llegado a su fin este domingo por…
El Gobierno ha procedido al alquiler de cuatro sismómetros por más de 480.000 euros para…
La Facultad de Ciencias de la Salud en colaboración con la Unidad de Violencia de Género…
El príncipe heredero de Marruecos, Mulay el Hasán, se ha reunido este pasado jueves en…
La entidad pública Obimasa, adscrita a la Consejería de Fomento, Medio Ambiente y Servicios Urbanos,…