Los juzgados, al límite

Cómo están los juzgados, que no tienen ni para folios. La situación en las distintas dependencias es penosa, se están convirtiendo en una especie de zoco de Castillejos en donde de mesa a mesa se van pidiendo unos bolis y cuatro papeles para ir tirando, dadas las restricciones en los suministros básicos. Se ha llegado a situaciones en las que los trabajadores no han tenido siquiera material para poder realizar su trabajo. Incluso les ponen trabas en el consumo del teléfono capando las llamadas a móviles, necesarias para la localización de testigos, funcionarios y demás.
Sí, no hace falta que lo digan. La crisis es la crisis, por supuesto. Hay que controlar todo para evitar gastos excesivos... pero lo que no puede permitirse es que los límites impuestos lleguen a convertir la situación laboral en penosa. Y eso es lo que está pasando. No sé ustedes lo que piensan, pero para mí resulta lamentable que los funcionarios tengan que ir de despacho en despacho pidiendo prestados cuatro folios y un par de bolis para llegar a final de mes. Hay quienes se quejan de que mientras se mete la tijera por este lado, se sigue gastando dinero -y buenas cantidades- en campos que pueden soportar algunos bloqueos, como es el caso de los cursos de formación. ¿Formarse mientras se mira lo más básico?, no parece ser muy congruente, ¿no? Opiniones las hay, y diversas, en torno a un sistema judicial que atraviesa por horas bajas en cuanto a recursos.
Como sigamos así llegará un momento en que los trabajadores tendrán que traerse, cual escolares, sus propias mochilas con los materiales para garantizar que el sistema funciona como debe. Ha habido días en los que ni siquiera han contado con el material básico para poder trabajar y eso sí que es grave cuando se trata de sacar adelante un área de la que dependemos, directa o indirectamente, todos.
O la Gerencia cambia su política de control apuntando mejor las áreas que debe recortar, o cualquier día nos topamos con el ‘compro mueble’ paseándose por los juzgados para garantizar el sostenimiento básico de unas dependencias que están desangrándose vivas. Y que no llueva...