Que la madre naturaleza vaya cediendo espacio al hormigón supone ir contra la esencia de la primera para permitir que el mundo se vaya haciendo cada vez más artificial.
Lo práctico invade el camino de lo natural y las obras terminan amoldando los parques al interés humano capaz, incluso, de matar lo poco de natural que les queda. Eso es lo que está empezando a pasar ya en los jardines de la Argentina, en donde ya se ha comenzado a sustituir el tradicional camino de tierra por otro de hormigón. En el día de ayer los operarios trabajaban en delimitar las zonas, provocando imágenes visuales contradictorias, con árboles y plantas que parecen nacidos de las propias planchas de hormigón. Septem Nostra ya se ha llevado las manos a la cabeza, denunciando lo que es una auténtica acción contranatura. La asociación suma esta denuncia a las que ya hiciera en su día con el parque de San Amaro. Las denuncias no consiguen, no obstante, cambiar el destino que las administraciones se han empecinado en marcar a los jardines.
Odio a la tierra
En los textos mitológicos de muchas culturas la Madre Tierra es la personificación de la Tierra. De ella procede la vida que nutre nuestro cuerpo y nuestra alma. Este vínculo con la tierra se ha mantenido a lo largo de la historia y aún se mantiene en buena parte del planeta, sobre todo en aquellos territorios que mantienen una fuerte dependencia de la agricultura y la ganadería. Conscientes de que la riqueza y la salud viene de la tierra los habitantes de estos países se han preocupado de su cuidado y mantenimiento. Por el contrario, las sociedades predominantemente urbanas hemos perdido el vínculo con la naturaleza y hemos sustituido la tierra por el asfalto. La situación ha llegado a tal extremo que muchos sientan un autentica animadversión a la tierra. Miren a su alrededor, no verán ni un centímetro cuadrado de tierra o suelo vegetal. En esta ciudad los árboles crecen en maceta, impidiéndoles que sus raíces toquen el suelo. Otros parecen nacer directamente del granito. Ni siquiera se deja los pequeños parterres de tierra que tiempo atrás rodeaban los troncos de los árboles. Pocos sitios escapaban a este propósito de ocultación deliberada de la Madre Tierra. Uno de ellos eran un pequeño, pero atractivo y bello camino de tierra situado entre los grandes árboles de los jardines de la República Argentina. Todas las mañanas cuando me dirijo andando a mi trabajo atravesaba por este lindo sendero. Ayer empecé a preocuparme al observar que habían rodeado de altos bordillos de granito los límites del camino. Pero esta mismo mañana he pasado de la preocupación a la indignación y el cabreo. La tierra ha desaparecido y en su lugar han colocado una sólida capa de hormigón impreso. El resultado es, desde mi punto de vista, lamentable. Se han cargado el único jardín de Ceuta en el que nuestros hijos podían apreciar que los árboles no nacen del hormigón, sino de la tierra. Qué visitar un jardín es sinónimo de mancharse los pies de tierra y qué la tierra se moja cuando llueve, nutriendo a la árboles y plantas que crecen en su alrededor. Ahora lo único que falta es que echen a los pájaros del jardín y su sonido sea sustituido por un hilo musical, tal y como han hecho en el parque de San Amaro.
* José Manuel Pérez Rivera, presidente de Septem Nostra.
El PSOE de Ceuta ha hado a conocer este domingo cuáles serán las tres propuestas…
La ciudad autónoma de Ceuta acogerá una de las citas más esperadas del calendario deportivo…
Juan José Vílchez, máximo responsable de la territorial caballa, recoge el reconocimiento a la Federación…
Las bibliotecas de Ceuta tienen preparada una programación variada para la semana que comienza el…
Las fiestas navideñas son un momento en el que las reuniones de familia y amigos,…
El día 6 de enero se celebra la Pascua Militar, una festividad muy esperada en…