La situación en la que están obligados a trabajar los forenses es cada vez peor. Arrastran años de deficiencias debido a la falta de mantenimiento de unas instalaciones que en su día fueron renovadas por la administración pero que ahora muestran su peor cara. Las neveras en donde son guardados los cadáveres para la realización de las autopsias no ajustan el frío que debieran (lo correcto sería 4 grados y en la actualidad alcanzan doce), el montacargas para moverlas no funciona, la sala ha terminado inundada por las lluvias y a esto se añade el hecho de que ni dispongan de agua para poder hacer su trabajo correctamente.
Que estas instalaciones estén en buen estado no es un lujo, es una obligación, ya que las funciones que los forenses prestan forman parte de los servicios esenciales para la ciudad. El hecho es que la realidad va en contra de esto, hasta el punto de que los profesionales del sector se ven obligados a trabajar en condiciones tercermundistas. ¿Qué pasaría si se negaran a trabajar en esta situación? Sería caótico, dado el insuficiente número de neveras con que se cuenta, lo que daría pie a un auténtico caos en el momento en que se ralentizarían las autopsias. La auténtica realidad es que las últimas se han tenido que realizar en condiciones pésimas, como ha sido el caso de la realizada al subsahariano hallado muerto el pasado sábado. Al menos en la mañana de ayer (por la tarde este medio no ha podido confirmar si las hubo) no se llevó a cabo autopsia alguna debido a las malas condiciones de la sala.
Las quejas del colectivo de forenses no son nuevas. Hace unos años fue a través del sindicato CCOO como consiguieron, a base de denuncia pública, que la Ciudad tomara cartas en el asunto y llevara a cabo una reforma en condiciones de la sala. ¿Qué ha pasado después? Que Sanidad no se ha encargado del mantenimiento debido y la situación ha ido a peor, empeorando al estado de las neveras y dando pie a un cúmulo de averías.
El mantenimiento de las neveras no es el correcto y cuando hay más de dos cadáveres y se producen procesos judiciales que retrasan sus entierros, se tiene que proceder a guardar los cuerpos en otras instalaciones tales como las del Hospital Universitario que prestan sus recursos. Ha habido momentos en los que, de forma extraordinaria, se ha tenido que guardar dos cadáveres en la misma nevera.
A la búsqueda de una solución
Mientras el colectivo de forenses se ve obligado a desarrollar su trabajo en condiciones laborales nada adecuadas, la administración busca la forma de llegar a una solución, aunque nada se dice de este asunto de manera oficial. Según fuentes consultadas por ‘El Faro’, la Delegación del Gobierno, Ciudad, Gerencia Territorial y Defensa estarían dispuestos a sentarse a la misma mesa para intentar alcanzar una salida que terminara con esta problemática. La misma pasaría porque Defensa cediera la sala del Hospital Militar para que pudieran trabajar allí los forenses sin necesidad de continuar en las instalaciones que ahora ocupan en el cementerio de Santa Catalina.