Durante la temporada estival son múltiples las recomendaciones lanzadas por los especialistas hacia la ciudadanía para proteger la piel del sol y de los efectos dañinos que puede provocar. Se pone especial énfasis la prevención a través de la hidratación y los fotoprotectores solares, además del perjuicio que el sol puede ocasionar entre determinadas franjas horarias y también a los grupos poblacionales más vulnerables, como los más pequeños y los mayores. En menor grado es conocido el daño que puede producirse en la salud capilar durante los meses de verano. El dermatólogo del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) en Ceuta, Francisco Vilchez, ha explicado que “el verano es una época del año en la que se produce una mayor agresión en el cuero cabelludo”. Una agresión, añade, “que se produce como consecuencia de la exposición al sol, al cloro y al agua del mar”. El especialista ha señalado que durante estos meses el cuidado del cabello “no debe diferir demasiado sobre el que se realiza durante el resto del año”, aunque “conviene tener en cuenta una serie de consejos para evitar que se vuelva más frágil”. La nutrición y la hidratación juegan un papel fundamental. Vilchez recomienda beber entre un litro y medio y dos litros de agua al día y mantener una dieta equilibrada, “rica en frutas y verduras, que nos aporten las vitaminas y minerales que necesita el cabello en esta época”. También es recomendable utilizar un champú o una mascarilla capilar, “tanto antes como después de la exposición al sol”, ya que “ayudará a evitar la sequedad, aportando hidratación y flexibilidad al cabello”.
La exposición del cabello al sol en las horas de mayor calor puede dañar su ciclo de crecimiento. Por eso, además de la protección solar, es aconsejable, según Francisco Vilchez, “cubrirlo con sombreros o pañuelos”.
Con el inicio del otoño, el dermatólogo ha manifestado que “puede notarse una caída del cabello en forma de efluvio”, pero “no hay que asustarse, porque cada día perdemos entre 100 y 150 pelos”. Hay que consultar al especialista, en cambio, cuando notemos un descenso acentuado en la densidad capilar que puede estar provocado por diferentes factores; entre ellos, “un déficit vitamínico, alopecia, o una enfermedad de base, como la anemia o el hipotiroidismo”.