Los chicos malos de Ceuta

‘Ceuta te enseña’ trata de que los adolescentes ceutíes reflexionen sobre valores y actitudes de la mano del presentador de ‘Hermano Mayor’

-¿Hay muchos malotes por ahí?
- Siiiiiiiiiiiiiiiiiiii
-Vaya tela.
Experto en superación personal, el exwaterpolista y ahora presentador de ‘Hermano Mayor’ Pedro García Aguado, ya sabía a lo que se enfrentaba cuando ayer se subió a las tablas del Revellín ante más de 400 adolescentes. Les dijo que no permitieran que los empresarios de la noche ganen dinero a costa de su diversión y su salud recordando el caso del ‘Madrid Arena’,  les invitó a descubrir su talento, a esforzarse, a rebelarse, a tener descaro y a luchar por sus sueños. A asimilar que “las cosas no van como uno quiere” y a que los fracasos enseñan lo que los éxitos ocultan. Y les dijo también que tres de cada diez de los que le estaban escuchando y que comenzaban a tontear con el alcohol y las drogas, iban a desarrollar y trastorno derivado de la adicción a estas sustancias durante su vida. “Entiendo que la gente se enganche. A mí me pasó. La droga va directamente a los circuitos de recompensa”. Pero no compensa. Y todo eso es lo que les explicó.
Vítores desde el primer momento para Pedro, que supo meterse en el bolsillo a un auditorio que no dejó de escuchar su historia personal. Un hilo conductor que marca el comienzo de una actividad que la guía educativa ‘Ceuta Te Enseña’ ha traído a  la ciudad de la mano de la Fundación ‘Lo que la verdad importa’. La coordinadora de la misma,  Ana García, explicó que el objetivo es poder dar las herramientas y claves para salir adelante a los adolescentes cuando se encuentran ante situaciones que puedan generar algún tipo de conflicto. “Nos dedicamos a transmitir valores por medio de ponencias testimoniales o con actividades a través de jóvenes que muestran cómo actuar ante situaciones concretas”, explicó. Esos chicos, denominados ‘Kliquers’ tratan de “hacer click en los jóvenes, procurar que tengan voz crítica, que piensen, sientan y actúen”, explicó Pedro García. Los asistentes se vieron reflejados en distintas situaciones y la actividad les obligaba a saber si reaccionaban ante ellas de manera pasiva, activa o asertiva. “Se trata de que ellos salgan con información y tengan la capacidad de decidir”.
Argumentos para tomar buenas decisiones no les faltaron a los alumnos asistentes. El primero, la historia del exwaterpolista. Sin guardarse nada, les mostró  lo que aprendió en un camino donde las adicciones (“cuando me dijeron  que era politoxicómano no me lo creí”) le hicieron caer en lo más hondo. “Yo llegué a tiempo para recuperarme. Mi mejor amigo, Jesús Rollán, llegó tarde y se suicidó”.
García reconoció que lo que debían ser “los años más felices de mi vida fueron los más amargos y ni siquiera lo sabía”. Y se queda con lo bueno. “El deporte de élite me ha enseñado que si pierdes un partido te tienes que recuperar de la adversidad para dar al día siguiente lo mejor de ti”. Les dijo a los adolescentes que las cosas no son siempre como uno quiere que sean y que son muchos los chicos que no saben manejar la frustración e intentan llegar por el camino corto para conseguir el éxito con atajos llenos de droga. “Son personas inseguras y con miedos que muestran un disfraz de tíos duros y en el fondo no se respetan nada”.
Por eso lanzó el mensaje de ayudar a esas personas pero también el de dejarse ayudar y saber mirar más allá de la diversión inmediata sin medir consecuencias.
Poco antes de ir al Revellín a trasladar a los jóvenes su historia “sin la intención de dogmatizar ni moralizar, simplemente autoconocimiento y que sepan las consecuencias de ciertas actitudes como el consumo de drogas. Que ellos tomen nota y hagan caso de lo que me pasó a mí”, explicaba ante los medios que el progreso y la velocidad del presente estaba haciendo que se evaporaran algunos valores en los jóvenes de hoy en día. “Por ejemplo la capacidad de saber esperar, hay que saber manejar la frustración, quizá falte ese espíritu de sacrificio y saber que las cosas cuestan”. Animó a no tirar la toalla y a saber trasladar a los jóvenes esos valores “para que no se pierdan y hacerles comprender que las cosas llegan en su momento sobre todo si te esfuerzas en conseguir que así sea”.

Ceuta será pionera en el análisis del mensaje que llega al alumnado

A través de la Fundación ‘Lo que la verdad importa’, se ha apostado porque Ceuta sea la primera ciudad en la que se lleva a cabo la misma y que además se hará un seguimiento sobre la repercusión entre el alumnado asistente. La propia fundación cuenta con un grupo de psicólogos que se mantendrá en contacto con los profesores para saber qué cosas se pueden mejorar, si ha calado el mensaje entre los chicos y hasta dónde se podría llegar quizá mejorando el mismo. Han participado cinco institutos, La Inmaculada y San Daniel.