Los cazadores colocaron en el día de ayer varias jaulas trampa en el parque de San Amaro con la idea de poder coger así a los perros salvajes que han estado detrás de la muerte de todas las cabras del parque y del intento de ataque a los ciervos. Actuaron motu propio, sin haber acordado su presencia con la Ciudad Autónoma, buscando de esta manera poder coger a la manada al completo que se oculta en pequeñas cuevas del Hacho. Se trata de un macho y una hembra con sus cachorros y según varios testigos, al menos uno de los adultos lleva collar con lo que se demuestra que ha sido un perro abandonado en el monte por sus dueños.
La manada actuó así en el parque de San Amaro para comer, ya que también han actuado de esta forma en las viviendas del entorno de la ermita de San Antonio en donde sus dueños tienen gallinas o, en el caso de uno de los que ha sufrido un ataque, cerdos vietnamitas.
En el ataque que se produjo en el Parque murió uno de los perros de la manada después de quedar atrapado en la malla que protege a los ciervos. El can murió a golpes asestados por un vigilante del Parque, hecho que también han condenado los amantes de los animales por la crueldad. Desde que la Ciudad se comprometiera a actuar en los montes nada se ha hecho. Los cazadores no han sido llamados a ofrecer colaboración alguna, ni tan siquiera tienen medios para ello. Ayer, en la colocación de las jaulas, actuaron por su propia cuenta.