Sólo uno de cada tres parados recibe prestación por desempleo en la ciudad autónoma
El número de beneficiarios de prestaciones por desempleo en Ceuta se incrementó en un 36,1 por ciento desde 2008, año en que comenzó la crisis económica. Esta evolución se debe principalmente a la subida en el número de demandantes parados, que pasaron de ser 7.486 en diciembre de 2008 a 12.595 en el mismo mes del último año cerrado, 2014, un 69 por ciento más.
Según el Informe del Mercado de Trabajo de Ceuta, elaborado por el Observatorio de las Ocupaciones del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), el porcentaje de incremento del número de beneficiarios de la ciudad autónoma es muy superior al registrado en el conjunto del país, ya que durante este periodo de tiempo, crecieron un 4,26 por ciento.
En diciembre de 2014, el número de beneficiarios era de 4.018 personas, un 1,36 por ciento más que en el mismo mes del año anterior. Esto no ocurre en el conjunto del país, donde el año 2014 estuvo marcado por su disminución en un 11,85 por ciento. De estos datos se desprende que, en Ceuta, aproximadamente sólo uno de cada tres parados recibe prestación por desempleo.
El informe indica también que el reparto entre los tres tipos de prestaciones que protegen la situación por desempleo en Ceuta es distinto que en todo el territorio nacional y que en la ciudad autónoma, desde hace algunos años, el porcentaje de personas que cobran la prestación por desempleo a nivel asistencial supera ampliamente al de personas que cobran una prestación contributiva (el 22,75 por ciento de los beneficiarios perciben la prestación contributiva y el 58,61 por ciento la asistencial).
En cuanto a la Renta Activa de Inserción (RAI), cuya finalidad es incrementar las oportunidades de inserción en el mercado laboral de los trabajadores desempleados con especiales necesidades económicas y dificultad para encontrar empleo, la cobra el 18,64 por ciento de los beneficiarios, frente al 10,96 que la percibe a nivel nacional. Durante 2014 el número de perceptores se redujo un 5,55 por ciento, invirtiendo la tendencia de años anteriores en los que ha llegado a registrar variaciones positivas superiores al 30 por ciento.
Por su parte, los perceptores de la prestación contributiva se redujeron algo más del 20 por ciento, mientras que los del subsidio crecieron un 16,41 por ciento.