La ya Plataforma de Afectados de Huerta Téllez, que engloba a las familias que adquirieron una vivienda en propiedad en la promoción que la empresa Dolmen construyó en un terreno vendido por Emvicesa, siguen a la espera de recibir alguna noticia “positiva” respecto a su situación, según ha explicado a su paso por el programa La Mañana de COPE su portavoz, José Mena, quien considera que Emvicesa, sociedad municipal que era la propietaria del suelo, “no protegió lo suficiente” los derechos de los futuros propietarios. “Si lo hubieran hecho de otra manera seguro que no estábamos así”, añade para recordar que esos pisos tendrían que haber sido entregados y escriturados en 2010. Emvicesa tendría que haberse hecho responsable firmando una cláusula en el contrato con la empresa, de que si Dolmen no cumplía se hacía responsable, porque ahora nos quedamos sin casa y resulta que si esa cláusula hubiera estado bien hecha no estaríamos pasando este calvario y en el año 2011 el Ayuntamiento podría haberse hecho cargo de las viviendas por incumplimiento de los contratos”. “Estamos vendidos, nos sentimos estafados por los dos lados, porque Emvicesa no protegió lo suficiente a los ciudadanos que empezamos a poner dinero para comprar las casas”, afirma Mena, que sugiere que los vecinos se “confiaron con una venda en los ojos y porque Emvicesa estaba detrás” en la promotora que construyó la promoción, “y ahora nadie se hace responsable pese a que la Ciudad vendió ese suelo por más de 5 millones de euros”. Los vecinos no mantienen contacto con la Ciudad Autónoma desde mediados de mayo. “La última noticia que tuvimos por Susana Román es que tanto el ‘banco malo’ - la SAREB- como los promotores , que todo estaba en marcha, pero desde entonces no hemos sabido nada mas”, lamenta Mena quien recalca además que la SAREB tiene intención de llamar “uno por uno” a los compradores para preguntar por su situación “y por si queríamos continuar con la vivienda y en ese caso aclarar las condiciones y que además se iba a contratar un gestor de pago para hacer una relación de los desperfectos en los pisos, repararlos y comenzar a hipotecar” La última información es que esta misma semana los técnicos de la SAREB valorarán el estado de las casas. “Teníamos la ilusión de que todo iba a ir bien, pero estamos igual o peor. Estamos desesperados porque se nos dan esperanzas y la verdad es que no sabemos qué hacer, pero no podemos tener viviendas ahí sin que nadie sepa que solución puede tener este embrollo”. Como suele pasar en estos casos, muchos de los afectados dejaron sus viviendas anteriores, están pagando alquileres y han dejado en sus nuevas casas gran parte de sus ahorros. De momento, parece que a los compradores de esa promoción, aproximadamente un centenar de familias, les tocará seguir esperando un poco más. “Ya llevamos cinco años y hay mucha gente que ya no aguanta más, que sigue de alquiler, otros que han perdido sus trabajos, pero seguimos pensando que las cosas se podrían haber hecho de otra manera”.
La Plataforma de Vecinos se plantea llevar el asunto a los tribunales De momento parece que la opción es la de recurrir a un gabinete jurídico para resolver el contencioso en el que se encuentra el edificio, donde la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (SAREB), o ‘banco malo’, ha asumido la deuda de Dolmen, la promotora en quiebra y que fue la encargada de construir la promoción. Esta sociedad es una entidad privada creada para ayudar al saneamiento del sector financiero español, y en concreto de las entidades que arrastraban problemas debido a su excesiva exposición al sector inmobiliario. Su misión es gestionar y comercializar su cartera de activos valorados en 50.781 millones de euros en un plazo de 15 años, buscando la máxima rentabilidad, es decir, vendiendo o incluso revendiendo los bienes inmuebles al mejor postor y a veces sin respetar al comprador original, que es otro de los temores de aquellos cuyas viviendas han terminado en manos de este ‘banco malo’. “Si nos metemos en un tema judicial el asunto se nos puede ir a cuatro o cinco años más y ya llevamos esperando desde 2010”, explica Mena. Las viviendas están prácticamente terminadas y solo quedaría la reparación de los desperfectos y asumir la poca obra que queda para la entrega de llaves y que no llegaría “ni al 10%”.