La LOMLOE ya es un hecho, no hay marcha atrás hasta que el próximo gobierno que salga de las urnas le dé por cambiarla y donde dije digo, digo Diego.
Ocho leyes educativas desde 1980 han surcado las aulas, tal vez demasiadas para sostener una coherencia pedagógica que suele hacer " mutis por el foro: LOECE, LOE, LOGSE, LOPEG, LOCE, LOMCE, LOMLOE.
Cada ley ha ido poniendo, quitando, reformando, derogando, ampliando, suprimiendo y otros tantos gerundios aplicados a la docencia.
La idea de esta última ley es "establecer un renovado ordenamiento legal que aumente las oportunidades educativas y formativas de toda la población, que contribuya a la mejora de los resultados educativos del alumnado, y satisfaga la demanda generalizada en la sociedad española de una educación de calidad para todos". Esta declaración de intenciones es una especie de tautología, un decirlo todo y nada, unas palabras llenas de vacío. Y en estas arenas movedizas vamos caminando con demasiados obstáculos para poder dedicarnos al aula a tiempo completo.
La burocracia educativa ha diseñado programas para introducir datos masivos del alumnado, un lastre que nos convierte en docentes por la mañana y administrativos por la tarde: rúbricas, situación de aprendizaje, adaptaciones, seguimiento individualizado de actividades, tantos por ciento para calificar objetivos y logros, criterios, estándares,
competencias clave, competencias específicas, reuniones con padres, faltas de asistencia justificadas, acuerdos del equipo docente. Todo registrado, hasta el más mínimo detalle que pasarías de largo al no considerarlo de importancia relevante para el alumnado. Miles y miles de datos insípidos que llenan los programas informáticos.
Los inspectores deberían conocer los millones de ítems que tienen en su poder para llevar a cabo su tarea.
Recuerdo en el instituto los experimentos que realizábamos en clase de ciencias naturales: ver florecer una patata metida en agua, observar la sangre en un microscopio, utilizar matraces y pipetas, convertir huesos óseos en cartilaginosos.
Los profesores de latín nos llevaban a museos, organizaban viajes a yacimientos arqueológicos, leíamos lápidas funerarias.
Las clases de física eran un espectáculo en el diseño de sus actividades: la gravedad, el peso, la masa, las fuerzas centrífugas y centrípetas.
Teníamos aulas de música: audiciones, solfeo, instrumentos de todo tipo.
Los idiomas se impartían en aulas preparadas ( laboratorio de idiomas): pronunciación, diálogos desde monitores, visualización de películas, obras de teatro.
En ocasiones, la Historia del Arte se impartía viendo monumentos, iglesias, edificios históricos, aprendiendo a ver un cuadro o dando los primeros pasos de la arqueología básica.
La lengua y literatura se basaba en la lectura: libros, artículos, poesías. Recitábamos poemas que aprendíamos de memoria, escribíamos en el periódico del instituto mientras la gramática, los análisis morfológicos y sintácticos pasaban a un segundo plano: Las coplas de pie quebrado de Jorge Manrique, el romance del prisionero, al olmo viejo, Elegía a Ramón Sijé, Quiero escribir los versos más tristes esta noche, El quijote, La celestina, El libro de buen amor, Romancero gitano, La canción del pirata.
En Filosofía aprendíamos a ser críticos a través de los filósofos; empezábamos con los presocráticos y terminábamos en el siglo XX. La memoria no jugaba un papel importante, era el reto de atreverse a pensar.
Eran otros tiempos, ni mejores ni peores, con sus fallos y sus aciertos, con sus pros y sus contras.
La DANA llamada LOMLOE hizo añicos muchas cosas que funcionaban bien y nos trajo otra propuesta, otros criterios. Lo que no logramos entender los dicentes es ese propósito de esconder el fracaso escolar, ese control del profesorado, esos eufemismos cargados de falsedades para hablar claro de lo que hacemos en el aula y los resultados que obtenemos.
Seguirá lloviendo y vendrán otras DANAS. La educación es como si residiera en el barranco del pollo: asolada por las corrientes furibundas. Luego se reconstruirá de nuevo, pero de nuevo en el barranco del pollo.
La Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos quiere impulsar la colaboración con la Real Federación…
La Asociación de Veteranos de Fútbol de Ceuta vuelve a reunirse el próximo jueves 28…
Las fragatas ‘Méndez Núñez’ (F-104) y ‘Blas de Lezo’ (F-103), así como el patrullero ‘Vigía’,…
El Black Friday también ha llegado al mercado ferroviario. Son muchas las personas que tienen…
Tres semanas, por una u otra razón, llevan los residentes en Ceuta sin poder sacarse…
El 20 de noviembre es un día marcado en la historia de España y también…