Categorías: Opinión

Llámalo hipocresía

Recientemente nos visitó una expedición de cristianos procedente de Irak, que iba camino de Madrid para recibir al Papa. Estos peregrinos iraquíes se admiraron del ejemplo de convivencia y respeto entre musulmanes y cristianos aquí en Ceuta. Los peregrinos iraquíes denunciaron, asimismo, la férrea represión en su país, Irak, de cualquier creencia que le haga sombra al islam, la religión única. Muchos de ellos han tenido que huir de sus ciudades de residencia ante las amenazas de radicales musulmanes por el mero hecho de ser cristianos. En resumidas cuentas, ellos se admiraron de la libertad religiosa que hay en nuestra ciudad. Alguno de ellos lo llamó “el dulce milagro de la pacífica, admirable y ejemplar convivencia entre musulmanes y cristianos aquí en Ceuta”. ¿Milagro?
Pero, claro, a fuerza de actuar como “abogado del diablo”, cabría preguntarse: ¿sería posible en Ceuta esa convivencia tan ideal, que dicen ellos, entre cristianos y musulmanes, si nuestra ciudad perteneciese a un país árabo-musulmán? La respuesta es rotundamente no. De ningún modo. Pero si aquí –dirá usted– casi la mitad de la población es de confesión islámica y hay convivencia, ¿entonces? Si hay convivencia no es tanto por ellos, los musulmanes, sino porque Ceuta pertenece a un país democrático, con libertad religiosa y, sobre todo, libertad de conciencia, para ser musulmán o cristiano y para dejar de serlo. Si Ceuta perteneciese a un país árabo-musulmán, las minorías religiosas, entre ellas la cristiana, estarían tan reprimidas como lo están en los demás países árabo-musulmanes. Y, obviamente, la mayoría musulmana de Ceuta, con sus clérigos al frente, no alzaría la voz para que los cristianos no fuesen perseguidos y tuvieran su espacio, porque en ello les podría ir la vida. Así de claro. Creer lo contrario sería tan ingenuo como creer en los Reyes Magos. Es lamentable, pero es así. Por tanto, no cabría hablar de milagro, sino de una sociedad democrática y abierta. En el islam no hay libertades individuales.
Cierto es también que la sociedad musulmana ceutí, suní, ha sido siempre conservadora, pero no fanática, sin embargo, ahora se está dejando influenciar, participar, por corrientes fundamentalistas y rigoristas tan extrañas, por naturaleza, a ella. Ese rigorismo ha venido de la mano, qué duda cabe, de la corriente llamada Tabligh. No hay que ser demasiado agudo para observar un cambio de fisonomía en la sociedad de confesión islámica.
En la ciudad se comienza a respirar ‘teocracia’. Tengo la sensación de que se empieza a mezclar política y religión. Que los líderes religiosos están tomando cartas de naturaleza cada vez más relevante en la sociedad. Las voces de los religiosos musulmanes no dejan de oírse por este o por aquel motivo. Los líderes políticos parecen ser la voz de su amo. Al final, siempre aparece, subyace, la religión. Si no fue suficiente con el nacionalcatolicismo ahora llega el nacionalislamismo. El poder religioso equivale a peligro. Mal asunto cuando la religión anda por medio. Mal asunto, asimismo, para el porvenir de Ceuta.
Ya empieza a cansar que nuestro alcalde aparezca una y otra vez por las mezquitas. Si lo quiere hacer a título individual, que lo haga, pero en modo alguno debe hacerlo como primera autoridad municipal, esto es, como alcalde. Y sobre todo cuando en esas mezquitas aparecen individuos misóginos y refractarios a toda integración de los musulmanes en la sociedad. Eso es intolerable. En esa ultima mezquita a la que asistió Vivas, la de Sidi Embarek, el año pasado en el mes de diciembre, el imán  volvió a reclamar Ceuta para Marruecos. ¿Se le pidieron entonces explicaciones a aquel imán?
A este respecto, el 14 de julio de este año se le hizo una entrevista al politólogo y sociólogo Carlos Rontomé. Las declaraciones de este señor no tienen desperdicio y son las más atinadas y acertadas que he oído y leído en mi vida respecto de la sociedad ceutí y de la influencia de la religión en la sociedad.
Rontomé califica a la frontera con Marruecos como la válvula de escape de los conflictos. Dice que los musulmanes inmigrantes (¿sólo los inmigrantes?) no necesitan radicalizar la expresión de su identidad en Ceuta, pues su identidad está justo detrás de la frontera del Tarajal. Él coincide, asimismo, en que la religión va ganando peso e influencia en la sociedad. Sería muy interesante hacerse con la tesis del señor Rontomé, relacionada con la sociedad multiétnica.
En fin, creo que debajo de esta convivencia, o, mejor, coexistencia, en nuestra ciudad subyace una buena capa, llamémosla así, de hipocresía. Tal vez sea necesaria para las relaciones interpersonales, para poder convivir.     

Entradas recientes

Esta es la lista definitiva para 3 plazas de arquitecto de la Ciudad

El Boletín Oficial de la Ciudad de Ceuta (BOCCE) de este martes 1 de octubre…

01/10/2024

Así se frustró el 30-S: ¿por qué fracasó el pase a Ceuta?

Las tornas cambiaron por completo. En esta ocasión no es que los periodistas llegaran al…

01/10/2024

Ayudas para mejorar el alojamiento turístico: resolución provisional de concesiones

Un total de cinco solicitudes aparecen reflejadas en la notificación de propuesta de resolución provisional…

01/10/2024

SATSE Ceuta: “El Estado tiene una deuda con la profesión enfermera”

Luz verde a debatir el proyecto de ley para pedir la jubilación anticipada a personas…

01/10/2024

Ingesa asegura que ya ofrecen “muchos incentivos” a los MIR

Ingesa asegura que ya conceden en Ceuta “muchos incentivos” para retener a los MIR. Es…

01/10/2024

La barriada Juan Carlos I contará con un parque biosaludable para sus vecinos

La barriada Juan Carlos I contará con un parque biosaludable en los próximos meses. Los…

01/10/2024