Litoral e irresponsabilidad electoralista

No todos tienen porque hacer lo que hacemos algunos de nosotros como por ejemplo dedicar un día completo a recorrer el litoral de Ceuta con las primeras luces y terminar el periplo después de contemplar el ocaso solar. Una vieja experiencia que Walt Whitman realizaba y que recomienda a todo ser humano que aspire a percibir la plenitud cósmica que nos permita acercarnos al todo del que formamos parte.

Nos parece muy reconfortante ver que hay personas que disfrutan del litoral en toda su plenitud huyendo del afeante y confortable modelo de sol, playa y chiringuito. Algunos optan por buscar rincones del litoral para perderse del ruido veraniego y pescar o reflexionar sobre el mundo, otros prefieren el bello y ancestral deporte de la vela o más recientemente eligen deslizarse elegantemente con las piraguas, incluso los más atrevidos se enfrentan al mar participando en pruebas deportivas agonísticas de natación en aguas abiertas prestando sus cuerpos y mentes a un torbellino de sensaciones tan duras como altamente vivificantes y siempre humanizantes.
También están aquellos que han llevado un estilo pancista de vida durante todo el resto del año y lo hacen extensivo al ámbito del litoral. Legítimamente pueden hacer lo que les venga en gana pero simplemente indicamos que se pueden intentar otras actividades además de tumbarse a comer, beber y no hacer otra cosa que vegetar al aire libre. Aunque bien visto, al menos estas personas disfrutan a su manera del litoral, que ya es mucho, frente a los que ni siquiera sienten interés por estar bajo la influencia de los elementos y prefieren el claustro de sus cuatro paredes o de sus latas tecnológicas de transporte. Los estilos de ejercer el poder y la gobernanza de la administración ceutí tienen también su cuota de repercusión sobre como se percibe el litoral; ahora más que nunca solo existe la alcaldía por doquier y la influencia sobre el gobierno del estado en Ceuta es bien patente.
En gran medida todo esto se traduce en una gestión política muy burocratizada pues tanto el alcalde como el delegado  vienen del ámbito administrativo ceutí y no podemos decir que hayan destacado por sus brillantes ideas en beneficio del progreso económico ceutí, conviene recordar los enormes gastos económicos enterrados en el innecesario y costoso ‘Parque del Mediterráneo’, en una ciudad rodeada de un magnífico litoral, o el bunker de hormigón de diseño construido en la Manzana del Revellín. Poca evolución, por tanto, habría de esperarse de esas mentes con respecto al litoral y mucho menos que fueran capaces de verlo como un espacio cultural y ambiental más allá del simple disfrute playero durante la época veraniega.
Estamos sumidos en una especie de estancamiento mental que no permite el progreso de la ciudad en la que habitamos y nos parece altamente improbable que se puedan alzar nuevas y rebeldes mentalidades que ayuden a provocar los necesarios cambios que mejoren en algo la deficiente gestión municipal y reduzcan significativamente el clientelismo político. Los funcionarios o servidores públicos venidos a más, merced a los partidos políticos que los han aupado a la esfera de poder no han venido a cambiar realidades sino a perpetuarlas en beneficio del electoralismo del partido al que pertenecen, y tanto les ha beneficiado, y de los prebendados del sistema. Prueba de que todo continúa igual o peor son los bajos indicadores de Ceuta en cuanto a la calidad de su administración y la falta de trasparencia, y si repasamos algunos últimos acontecimientos relativos al interés o desinterés sobre el litoral se entenderán el cansancio y hastío que trasmiten.
Ciento veinte mil euros indica un cartel institucional que ha costado la intervención de obras en el litoral a principios de este verano. Como todo lo hacen de espaldas al ciudadano, esto no sería una excepción y encargan un proyecto para que uno de los de siempre rellene muchos papeles según legislación vigente. Sin contar con la opinión de la sociedad civil que podría decir algo e incluso aportar alguna mejora o sugerencia al proyecto, comienzan las obras. Vaya por delante que con el dinero de esta obra se podrían hacer varios planes de ordenación del litoral (un elemento muy necesario y recogido por la Agenda 21 local de Ceuta) pero por desgracia el interés no es otro que algunos ganen dinero y haya algún rédito electoralista. Además se trata de una obra improvisada y sin mucha atención a las prioridades si nos atenemos a unas simples reflexiones: que necesidad había de forrar con madera los escalones de la escalera del Sarchal cuando previamente no se retiran los restos de escombros de antiguas construcciones que se desperdigan por la playa; para qué hacer una pasarela en Fuentecaballos que ha cercenado la visión del mar y los arrecifes cuando se llega desde el barrio aludido. Considérese que se trata de una pasarela que lleva a ninguna parte y que está rematada con una losa de hormigón instalada en plena playa de cantos sin ninguna justificación lógica y con difícil encaje legal.
La adecuación de los espacios públicos para los minusválidos nunca ha sido una prioridad de este ayuntamiento ni de la administración central del estado, solo hay que ver como están las calles y tantos ámbitos públicos para constatar esta realidad, pero ahora le preparan una pasarela para que vayan unos metros hasta una playa que no podrán orillar por ser de difícil tránsito. De la misma manera, abandonan la escalera tradicional de bajada a esta zona de costa que sigue estando peligrosamente destrozada y llena de todo tipo de basuras. Es lícito que nos preguntemos porqué no arreglarán la escalera primero y se retiran los abundantes escombros y restos de construcciones que también salpican este bello pero abandonado sector del litoral. En definitiva, poca coherencia y atención a las prioridades del litoral y las obligaciones con la UE en materia ambiental unido a un estilo inapropiado de ejercer el poder que no cuenta con los ciudadanos y que bien se puede clasificar de sembrador de discordia y malestar.
Las redes para impedir el paso masivo de medusas en algunas playas es otro de los asuntos que merece la pena comentar. Este año se han empeñado en contravenir la normativa de seguridad marítima en playas y han interpuesto, en la playa de la Ribera, también llamada del alcalde por motivos obvios, un paño de esta red en pleno canal de entrada y salida de embarcaciones. Un oscuro asunto que parece la obcecación ilusoria y la pretensión de alguien por tener una playa cerrada a las medusas (algo imposible con el actual sistema de redes cuando el oleaje y el viento aparecen). Hay mucho empeño político en negar la evidencia y el portavoz del gobierno municipal ha faltado a la verdad según se deduce de lo publicado en los medios de comunicación puesto que la red si que corta el paso a las embarcaciones; además en la prueba de natación en aguas abiertas incluida en el circuito de la copa de España se sufrió su presencia en la recta final de llegada. Parecería que hay una conspiración administrativa para que la red continúe interponiéndose hasta que finalice el verano, estas son las formas despóticas de ejercer el poder que sufrimos por parte de la administración ceutí y la irresponsabilidad de unos gobernantes que por agradar a unos pueden poner en peligro la integridad de otros si ocurre un accidente en el mar que requiera de una rápida intervención. Dicho está.