El amor a los demás es una cosa innata en el ser humano. Vivimos para querer estar en contacto con otros seres de nuestra especie. Son transmisores también nuestros animales que conviven con nosotros que nos proporcionan esos placeres que sólo ellos nos pueden dar. El cantar de un canario. La cercanía de nuestro perrito. Y así nos podíamos tirar una eternidad. Ellos son más agradecidos que nosotros y nos lo demuestran muy a menudo. Mi canario si escucha música de Enrique Iglesias salen de sus pequeñas cuerdas unos trinos que jamás podrá llegar a tener el mencionado artista. Mi perrito es tan fiel que cuando siente que su dueño pueda estar amenazado responde instintivamente con un gruñido de advertencia o un ladrido diciendo ten cuidado que aquí estoy yo. Esta semana he estado en Linares de la provincia de Jaén disputando un Campeonato de Ajedrez por clubes representando a mi querida Ceuta y he observado un gesto solidario ante la magnitud de tal evento deportivo. Todas las tiendas tanto de restauración, bares, heladerías, confiterías... han arrimado el hombro para intentar que el principal movimiento de dinero fuera lo más equitativo posible y a la vez fuera una buena inyección económica para este bello municipio. Han creado unos billetes de papel sellados por turismo para que los visitantes de esta villa puedan agarrarse a una promoción especial. De los bajos precios que hay por aquí había que poner sobre el tablero un diez por ciento extra. Es decir si un artículo vale 10 euros se quedaría en 9. Sólo había que comprar estos billetes tipo monopoly en los distintos establecimientos. Dicha promoción equivale a saber mover las fichas que tienen. Y aunque sea muy interesante el lugar la atracción de ver grandes partidas como antaño las hubo aquí con la participación de grandes maestros del ajedrez internacional. Linares fue la referencia durante muchos años. Por este motivo hacerse una foto en el rinconcito del hotel Aníbal donde está ese altar de los campeones de años atrás da escalofríos. Tantos como saber que nunca estará una foto mía en este homenaje sin flores de un pueblo que gusta ser recordado en el mundo por haber reunido a la creme de la creme del ajedrez mundial. Aprendamos de nuestros queridos vecinos.