Operarios de la concesionaria del servicio de limpieza de la red de recogida de pluviales municipal, ACC, han comenzado esta semana un programa de actuaciones de limpieza de choque de la red de imbornales de las calles de Ceuta, integrada por aproximadamente 10.000 sumideros, con el objetivo de que esté preparada para las lluvias de otoño tras los meses más secos del año, cuando se acumula un mayor número de residuos en ellos.
Se trata de una campaña anual que suele arrancar después de las Fiestas Patronales y que se alarga entre un mes y medio y dos, es decir hasta finales del próximo mes de septiembre u octubre.
La tarea incluye tanto la retirada de residuos (desde tierra hasta hojas pasando por botellas, latas, etcétera) como su posterior recogida y traslado hasta el vertedero de inertes.
En total la adjudicataria del servicio estima que cada día se quitan hasta tres toneladas de desechos en una limpieza de choque que incluye los puntos de entrada a galerías que actúan como colectores de distintas vaguadas.
La red de alcantarillado municipal está formada por cinco kilómetros de galerías visitables y 90 kilómetros de tuberías con diámetros comprendidos entre los 20 y los 40 centímetros. Además, Ceuta dispone de 25.000 metros de tuberías de 50 centímetros de diámetro y de un kilómetro de 80 centímetros. Sólo en 300 metros el tamaño de los tubos llega a un metro y medio.
Acemsa tiene actualmente en fase de evaluación de ofertas la licitación que publicó en julio para adjudicar la renovación y mantenimiento de la red de saneamiento, Estaciones de impulsión de Aguas Residuales y Fuentes Ornamentales de la Ciudad. Con un presupuesto base de 9,5 millones para un periodo de vigencia de cuatro años prorrogables por hasta otros dos, los pliegos prescribe que el la adjudicataria deberá realizar dos acciones para asegurar “el correcto funcionamiento de los drenajes superficiales de la red”. La primera, “una campaña de choque a la finalización de la temporada estival en la que se procederá a la limpieza y reparación de todos los imbornales, garantizando de esta forma el correcto drenaje. La segunda, un “mantenimiento paliativo durante el resto de la anualidad” cuya planificación debe ser verificada y aceptada por la empresa municipal con el correspondiente calendario de actuaciones, que la administración puede variar en función de sus prioridades.
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