En el limbo... y en compañía de ratas y cucarachas

Una rata paseando en el salón, cazada después de días sospechando de su presencia en la vivienda por el ruido y los excrementos que iban apareciendo. Ahora, la familia que habita en este inmueble, una de las seis, dormirá algo más tranquila sabiendo que ha sido cazada, pero no tranquila del todo.

Y es que, hasta El Faro llegaron dos de las vecinas en represantación del bloque que, situado en González de la Vega, “antes pertenecía a Emvicesa, pero ahora no sabemos ni de quién es”, aseguran visiblemente enfadadas.

No es para menos, ya que el edificio, “lleva años con la red puesta en la fachada” pero “lo único que hacen es chapuzas” y “no arrreglan nada de lo importante”. A enchufes industriales, ventanas que no aislan del frío ni la lluvia, ahora hay que sumar la presencia de insectos y roedores, que están llegando incluso a los domicilios más altos, “por culpa de las obras que están haciendo en la planta baja” para unas oficinas, según denuncian los vecinos, “que no sabemos para qué son, porque nadie nos informa de nada”.

Aseguran que ya hicieron una huelga, con pancartas incluidas que se podían ver desde las antiguas instalaciones de Emvicesa, y que en numerosas ocasiones han presentando reclamaciones por escrito tanto en la Empresa Municipal de la Vivienda, como en la consejería de Fomento. Pero todas sus acciones han caído en saco roto.

Los vecinos, todos en permuta, aseguran que desde que les adjudicaron esas viviendas no han sido atendidas y que, por ello, la situación ahora es insostenible. “Las escaleras están rajadas, la red en la fachada lleva quince años... y ahora con estas obras, hay boquetes por los que entran ratas y cucarachas en el patio y en las casas”.

“Nnos prometieron una vivienda en la promoción del Sarchal, luego en las primeras de Loma Colmenar, las de colores, y después en las últimas, pero nada. Y en el piso hay una anciana y bebés... no es justo que nos digan que no hay dinero para los vecinos, pero que sí haya dinero para arreglar unas oficinas para ellos”, afirman.

Piden una solución a esta situación. O, al menos, una respuesta.