La lideresa del movimiento de protestas rifeño "Hirak", Nawal Benaisa, ha obtenido asilo político en Holanda, según informó ella misma por teléfono a EFE desde ese país. Benaisa, de 36 años y madre de cuatro hijos, huyó de
Marruecos con uno de ellos en abril del pasado año, tras haber sido condenada a diez meses de prisión con la sentencia en suspenso (y por ende con libertad restringida de movimientos) por los delitos de participar en protestas no autorizadas e insultar a agentes del orden público. Cuando huyó de Marruecos, se dirigió primero a Ceuta y desde allí se trasladó hasta Holanda donde hay una gran comunidad rifeña, entre ellos muchos militantes del Hirak en el exilio que, al igual que ella, han solicitado asilo político, aunque lo obtienen con cuentagotas. Benaisa se convirtió en la líder más visible del Hirak tras el arresto de toda la cúpula del movimiento dos año atrás. Pero su arresto, juicio y condena (aunque no tuviera que cumplir la prisión) le hicieron temer que podría volver a ser detenida y de nuevo juzgada si participaba en cualquier protesta, según explicó a Efe en el momento de su huida. "Están coartando mi voz y mi libertad", dijo la activista a Efe en ese momento En aquel momento, Amnistía Internacional salió en su defensa y calificó su condena de "terrible error judicial". España, Holanda y Bélgica son los países donde más solicitudes se han presentado, según testimonios recogidos por Efe entre activistas del "exilio rifeño", pero es muy difícil conocer cifras precisas porque en las estadísticas oficiales aparecen como marroquíes, sin especificar su origen regional. La mayoría de peticiones de asilo de rifeños son denegadas en los distintos países de Europa con el argumento de que Marruecos "es un país seguro". En este momento hay aproximadamente cuarenta rifeños presos en distintas cárceles marroquíes, entre ellos todos los líderes del Hirak, un movimiento surgido en 2017 para protestar por la discriminación histórica de esta región del norte de Marruecos.