El Credo Legionario consiste en una lista de doce máximas, redactadas por José Millán-Astray y Terreros, fundador de La Legión Española, poco después de la creación de la unidad en 1920. La intención de Millan Astray era la de plasmar en sentencias simples que definió como base espiritual de La Legión, ayudando así a conformar y que todo caballero legionario debía saber de memoria el credo y aplicarlo en todas las facetas de su vida.
La Legión se pensó desde el primer momento como unidad de choque, compuesta por voluntarios, que permitiera reducir la cantidad de bajas de personal de leva que tanto malestar social causaba en la península. Se esperaba que se nutriera principalmente de extranjeros, y de nacionales que buscasen huir de una vida anterior, redimirse mediante el servicio armado, lo que se tradujo en una bien conocida política inicial de “nada de preguntas”.
El texto del Credo está formado por doce sentencias o espíritus que debe atesorar y cumplir todo caballero legionario. El Credo es, además, una guía de conducta simple y fácil de memorizar a fin de permitir su mejor aprendizaje por parte de legionarios iletrados o extranjeros. Unida a las ceremonias, a la uniformidad exclusiva de la Legión, a las tradiciones y al llamado “Culto a la muerte”, el Credo conformaba la base de la llamada mística legionaria, creada conscientemente por su fundador, y cultivada con afán por el cuerpo desde entonces.
El objetivo de este adoctrinamiento era conseguir una unidad cohesionada, dispuesta a actuar como tropas de choque sin temer a la muerte. El mismo Millán Astray admitió muchas veces ser un gran admirador del bushido, obra que él mismo llegó a traducir al español durante los años veinte a partir de una edición francesa.
Hace 64 años estaba la XIII Bandera, creada en junio de 1956 por orden de E.M. formada por una compañía de cada uno de los Tercios.
Salieron unidades seleccionadas de Tauima, Ceuta, Larache, Villa Sanjurjo, el 1 de julio desembarcan en la playa de Uisi Aotman para trasladarse a pie a la plaza de Aaiún a las órdenes del Comandante Martíenz Guirado, que se instala con la Bandera en un acuartelamiento habilitado al efecto.
En diciembre de 1956 ya está totalmente organizada la Bandera, al principio son cuatro compañías, se constituyó con cinco, además de plana mayor y especialidades, transmisiones y sección de destrucción, ametralladoras, morteros y cañones.
Una vez constituida al completo fue designado para el mando el Comandante Ricardo Rivas Nadal, en La Legión desde la Guerra Civil, destacar que Rivas Nadal mandó el II Tercio Duque de Alba posteriormente en 1974 así como en 1981 fue designado con el empleo de General de División Comandante General de Ceuta y Gobernador de la Plaza.
La XIII Bandera se organizó desde su fundación carácter de Bandera Independiente y administrativa afecta al II Tercio y posteriormente al III Tercio Don Juan de Austria.
Las Compañías de la XIII Bandera hacen acto de presencia en aislados y distintos puntos del inmenso territorio sahariano, así como Sidi Ifni, saliendo en marcha hasta Villa Cisneros, Villa Bens, Aargub, Río de Oro, Aubert, Aguent y Tichia, contra los rebeldes del denominado “Ejército de Liberación” ante los ataques al correo de Cabo Juby.
Por orden de E.M. se comunica a la XIII Bandera el 0 de agosto de 1957 que una sección de la 3ª compañía destacada en la playa de Huisi Aotman fue atacada por bandas armadas con descarga de fusilería y granadas de mano.
Combatiendo hasta la madrugada del día siguiente, al finalizar este combate quedarn heridos el Teniente Alonso Magariños y el Cabo 1º Eduardo Jiménez Huertas, este último lo volveré a reflejar en el Cuadro de Honor por su heroico comportamiento.
Toda la XIII Bandera reunida en el Acuartelamiento del Aaiún sale a las siete de la madrugada al completo de sus efectivos en dirección a Edchera para efectuar un reconocimiento sobre la zona , marchaba en vanguardia la 2ª Compañía que al alcanzar Edchera encontró al enemigo establecido sobre el borde de la Saguía, un lecho seco del Río El Hamra, el enemigo perfectamente organizado y con plan de fuegos ajustado.
Se ordenó la maniobra de Bandera, iniciando un envolvimiento por el sur, el enemigo ante esa amenaza, intentó desbordar el flanco norte del dispositivo y ante la fuerte resistencia, se avanzó hasta alcanzar una línea jalonada al borde de la Saguía.
Recibida la orden de repliegue no fue posible por adelantarse el Capitán Agustín Jauregui Abella con una Sección y Auto-Radio.
Llevado por el enorme Espíritu de Acometividad rebasa la línea marcada perdiendo el enlace con su Compañía y avanzando hasta el fondo de la Saguía donde se sostiene un violento combate a corta distancia con un núcleo ya envuelto y otro numeroso que descendía de reserva desde el Meseied, muriendo el Capitán Jauregui y los hombres que le acompañaban.
Marchaba en vanguardia la 2ª Compañía que al alcanzar Edchera encontró al enemigo establecido sobre el borde de la Saguía, organizado y con plan de fuegos ajustado
Se ordenó de nuevo un avance hacia dicha zona para recuperar los cadáveres, sin resultado ante la resistencia enemiga y lo avanzado de la hora de la tarde.
Desde el combate encarnizado de primeras horas de la mañana y pasar la hora de las seis de la tarde, la Bandera se estableció de noche , para al amanecer efectuar un dispositivo de ataque esta vez en frente estrecho, en la noche el enemigo se retiró ante el enorme quebranto de bajas sufrido.
Por parte del Ejército de Liberación de unos 500 efectivos, 250 resultaron muertos, por parte de la XIII Bandera de La Legión, el resultado fueron 37 bajas.
De un fuego sostenido desde las 10.15 horas hasta las 18.15 del día 13 de enero de 1958. Por esta acción fueron condecorados con la Cruz Laureada de San Fernando Individual a Título Póstumo el Brigada Francisco Fadrique Castromonte y el Legionario Juan Maderal Oleaga.
El Brigada Fadrique por su espíritu militar, dotes de mando y amor al servicio, arrojo y valor al mando de la 3ª sección se presentó voluntario para intervenir, llegado un momento al combate cuerpo a cuerpo, y no poder enlazar con su Capitán, empieza ser herido por dos veces en el hombro y oído izquierdo, y sólo cuando las bajas van siendo tan numerosas y suponiendo la mitad o más de sus efectivos, ordena el repliegue a los supervivientes, quedando solamente con los dos Cabos y el Legionario Proveedor del fusil ametrallador, Maderal Oleaga.
El Brigada Fadrique ordenó esta vez la retirada de los dos Cabos Legionarios quedando sólo en compañía del Legionario Juan Maderal, ante el fuego cruzado el Brigada es herido de neuvo en la pierna y continúa su lucha hasta que es abatido el Legionario Maderal Oleaga.
Fadrique recibe dos disparos uno en el vientre y otro en la cabeza y antes de morir le sale un último aliento gritando “ Viva La Legión.“
Entre el Brigada Fadrique, el Legionario Juan Maderal y los dos Cabos que se retiraron con los heridos, el Espíritu de Disciplina : “ Cumplirá su deber, obedecerá hasta morir “ y el Espíritu de Compañerismo : “ Con el Sagrado Juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos”. El Espíritu de Disciplina superó al de Compañerismo .
Queda para el final el testimonio del Sargento Jaime Tur Jeremías: “iban sacando los cadáveres con la expresión de haber muerto desangrados, mortajas de mis compañeros sintiendo un inmenso dolor al ver el cuerpo del cabo 1ª Eduardo Jiménez Huertas porque estaba de baja médica si ya había sufrido un ataque enemigo hacía dos meses en la playa, pero pidió ir voluntario para regresar con los cadáveres de Jauregui, Gamborino, Maderal, Vizcaino, De las Heras o Fadrique.
Hace años pude hablar con el que fuera Teniente Caballero Legionario Don Antonio Llorens “el zorro plateado” me decía : “ Vimos al Capitán Jauregui adentrarse en la Saguía y cuando quisimos alcanzarlo, aquello fue un torbellino de humo, fuego y pólvora”.
Abraham García Corrales, Legionario superviviente del combate: “De las heridas recibidas en cuestión de segundos, los tímpanos parecía se me reventaron, el humo, la pérdida de noción del tiempo me hizo caer al suelo entre las ruedas de un vehículo molido a balazos, el olor a sangre, los gritos y el olor a pólvora”.
Cabo 1 º José María Rodríguez Vera: quien sufrió la amputación de dos dedos y metralla en el hombro y clavícula, “sólo recordaba en cada situación que alguien le incomodase el contestar “ usted no sabe lo que es entrar en combate”.
Ante esta poderosa demostración de preparación, esfuerzo y eficacia basada en el BUSHIDO, cuyos ideales son No dejarse sobrepasar por nadie ni sus ideales, Servir al Jefe Supremo, Ser fiel a los padres, Ser piadoso y sacrificarse en bien de los demás. Los cuatro votos, que impone el Bushido,, La Muerte, la Fidelidad, la Dignidad y la Prudencia.
La Vida de los Caballeros, Culto al Honor, Culto al Valor, a la Cortesía y el Culto a la Patria.
Se cumplieron 64 años de aquella gesta, 102 años en vanguardia siempre recordando la frase “lo que somos y de donde venimos”.
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