Las vistas de Ceuta desde Pueblo de San Antonio impresionan. Ver la ciudad tendida al sol de la tarde y las aguas de la bahía furiosas, cuando sopla el viento, a esa altura, “es una maravilla”. Pero no es precisamente ahí donde señalan los vecinos. No. Ellos señalan a la carretera de la urbanización. Dentro. Hay que darse la vuelta. Señalan a una zanja ya cerrada, que “una subcontrata abrió hace unos 20 días para meter una tubería”. Una obra, según los vecinos, “que no contó con la autorización de nadie, porque no nos preguntaron y que encima se hizo sin ningún proyecto ni estudio”.
Fue eso, según los vecinos, “la falta de previsión, lo que ha provocado nuevas grietas en el vial. Empezaron a romper la torta de hormigón por un lado, y cuando vieron que se le podía caer todo el suelo hacia abajo, rompieron por otro lado. Han roto la torta de hormigón por dos lados y claro, han salido las grietas”, se quejan indignados. “Hay grietas y baches, esto es peligroso”.
La carretera, “que tiene 20 años”, en palabras de los vecinos, está ahora peor que nunca. Ellos temen que el agua comience a filtrarse, “como pasa ya”, y aquello se convierta en un desagüe. “Es que eso puede hundirse”. “¿Quién va a arreglar este hormigón cuando pase más tiempo? Si nosotros esto no lo hemos provocado, ¿por qué vamos a tener que cargar con los gastos?”, se preguntan.
Los vecinos se contestan asímismos: “La empresa piensa que la obra está terminada y punto. Se fueron y no creo que vayan a venir más. Además, es que la tubería podía haberse metido a través de un jardín que tenemos, y no hubiera ocasionado tantos daños”, aseveran.
Las grietas de la carretera no son el único quebradero de cabeza de los vecinos. Un desagüe de aguas fecales, a tan sólo unos metros de dos viviendas y del parque infantil, enfada a los propietarios. El hedor hace acto de presencia ahora, que está seco. “Imagínate cuando sale el agua, en cualquier época”.
Cuentan los vecinos que a veces, los niños cuando juegan en el parque pasan por aquí, tocan el vertido con las manos y se ponen los ojos rojos. “Hace unos dos años vinieron de La Ciudad e hicieron una obra para canalizar el agua, pero vieron que la avería era fuerte y canalizaron por dentro, pero el agua ha terminado saliendo, y esperamos que la Ciudad busque pronto una solución, no podemos seguir con esto así”, explican.
A “la falta de mantenimiento del parque infantil por parte de la Ciudad, que ni envía jardineros ni lo limpia”, los vecinos añaden los escasos contenedores de basura para todos los vecinos, la falta de acerado en la carretera que sube por la segunda fase y sobre todo los cortes de teléfono e Internet que vienen sufriendo desde hace casi un año. “Yo llevo desde el sábado sin Internet. En un mes, estoy 10 días sin teléfono ni ADSL”, dice una vecina.