Las fuerzas de seguridad marroquíes disolvieron la pasada madrugada un nuevo intento de entrada protagonizado por 40 subsaharianos, el segundo que iba a producirse en menos de 48 horas. En esta ocasión no hubo relajamiento por parte de la vigilancia marroquí que intervino para evitar que los subsaharianos se acercaran hasta el espigón del Tarajal, convertido en punto permeable para la entrada de los sin papeles.
La pretensión del grupo era la misma que la mostrada por los compatriotas que ya están en el CETI. Su idea no era otra que alcanzar el espigón para entrar a nado en grupo y luego dispersarse. Para ello habían aprovechado la franja horaria que se está estilando en este tipo de entradas: de madrugada.
La Benemérita sí detectó la aproximación del grupo a través de las cámaras térmicas por lo que ya tenía preparado el rescate de los inmigrantes sí terminaban acercándose a terreno español. Tocaba ejercer, de nuevo, el servicio de “taxista”, reducido al mero traslado de los subsaharianos que consiguen alcanzar aguas españolas, tal y como se ordena desde Madrid.
La actuación de Marruecos se produjo, no así el pasado lunes cuando la ausencia de estos agentes fue evidente, hasta el punto de que se tuvo que rescatar a un subsahariano en aguas del vecino país que presentaba síntomas de hipotermia y que no recibía ningún tipo de atención.
En lo que va de mes la presión marítima ha sido importante hasta el punto de que en tan sólo el mes de junio se ha producido la entrada de casi un centenar de subsaharianos por esta vía. Tal y como publicaba este medio, este repunte hace temer a las fuerzas de seguridad por el panorama que se presentará en los próximos meses de verano, calificando este tipo de entradas a nado de “auténtico chollo”.
La práctica totalidad de los subsaharianos que han conseguido su entrada en Ceuta en los últimos meses es varón y procede de las mismas zonas del África subsahariana: sobre todo de Gambia y Costa de Marfil. Todos están acogidos en el Centro de Estancia Temporal que está ya colapsado.