Las tiendas de Río Martil ofertan la misma embarcación, ‘Sea Hawk’ de ‘Intex’, por 500 euros. Crece la cifra de botes rescatados pero la de personas es igual a otros veranos. Las últimas balsas clandestinas que se han rescatado en aguas próximas a Ceuta tienen en común, además de reflejar el drama de la inmigración, ser del mismo modelo y marca: ‘Sea Hawk’ de ‘Intex’. Las cajas de este producto de ocio para el verano se apilan en un centro comercial de Tetuán, Marruecos. El dependiente se jacta de que este tipo de barca no puede adquirirse en otro negocio porque es importado directamente desde Europa para la venta en sus establecimientos.
El precio de una de estas gomas, la cual cuenta con un mecanismo de ensamblaje para un motor ligero, describió el mismo empleado, asciende a 150 euros para cuatro personas sin remos ni aparato inflador, de modo que su suma podría alcanzar un total de 200 euros. El coste se reduce a 70 euros incluyendo ambos accesorios en caso de la goma para dos personas, informaron en la misma gran superficie.
Sólo unos kilómetros en dirección a la costa, en Río Martil, su importe se triplica en las tiendas próximas a la playa. El vendedor regatea el precio pero, finalmente, fija su oferta en 500 euros. Castillejos y Rincón carecían ayer de estos productos, al menos, en los principales comercios de ambos municipios. Por su parte, los almacenes de Ceuta, aunque con mercancía de características diferentes, calculan que un bote de dos metros está en 29 euros; de 2,80 se sitúa en 49 euros; y las canoas de 3,10 metros cuestan 69.
La última embarcación con motor de la cual informó este periódico fue interceptada con 15 subsaharianos el pasado 15 de marzo. En aquella ocasión, los inmigrantes viajaban a bordo de una zodiac, a diferencia del modelo de balsa empleado en los últimos meses, menos estable y por tanto más expuesto al naufragio. Una alternativa que se ha popularizado por la crisis entre la población inmigrante residente sin documentación en Marruecos, una coyuntura económica que imposibilita que sus familiares en Europa puedan enviar a estos extranjeros remesas para que puedan costearse una plaza en una goma motorizada, la cual ronda los 2.000 euros.
Este ‘modus operandi’ dibuja un sistema de goteo en la llegada de los inmigrantes, es decir, el número de actuaciones es superior a años anteriores porque corresponde a varias embarcaciones consecutivas pero el número de inmigrantes salvados es similar a veranos pasados ya que una zodiac puede transportar a unas 25 personas mientras que, en los cuatro últimos botes, se ha salvado la vida de 27. Los pasajeros desembolsan una cantidad proporcional del precio de la balsa ‘Sea Hawk’ que, repartida entre cinco personas, puede rondar los 30 euros si se compra en un centro comercial o 100 euros si es en el establecimiento de Río Martil.
Las rutas migratorias viran a Ceuta, Granada y Almería Salvamento Marítimo, servicio encargado del rescate efectuado ayer, registra un aumento en el peso de las rutas de la inmigración que conectan el norte de Marruecos con Granada, Almería y Ceuta en detrimento de la conexión con las Islas Canarias. En el último mes, calcularon fuentes de la Guardia Civil, en torno a 40 subsaharianos han sido localizados en aguas del Estrecho utilizando balsas de remos. No obstante, el Instituto Armado reiteró ayer que tiene constancia de que existen unos 20 ó 30 subsaharianos en grupos dispersos en los bosques de Beliones, el pueblo colindante con la barriada de Benzú. A pesar de que la utilización de botes de bajo coste no requiere necesariamente de la actuación de las mafias, según pudo conocer este diario, estas redes invitan a la Mehanía a ‘mirar hacia otro lado’ a través de sus métodos tradicionales y siempre a cambio de una compensación económica exigida a los inmigrantes. Los indocumentados zarpan ‘engañados’ con la idea de que podrán cruzar el Estrecho con los remos aprovechando sus nulas nociones sobre náutica y sobre la distancia existente entre ambas orillas. Unas embarcaciones que las autoridades se niegan a rechazar para su vuelta a Marruecos debido a la fragilidad de los botes y su riesgo.