-
Mientras Vivas habla de trabajo serio, en la frontera la situación es un auténtico infierno
La falta de efectivos del CNP y la Guardia Civil, la generación de avalanchas inhumanas más próximas a la tragedia que al trabajo organizado, el bloqueo de la frontera, las tremendas colas... Estos son solo algunos de los factores que dan forma al infierno que, a diario, se vive en el Tarajal. Ya no hay día que se salve, incluso los fines de semana hay retenciones y se ha llegado al extremo de que cruzar la frontera se convierta en un imposible. De hecho en jornadas como la del lunes y la del pasado jueves, la amplia mayoría de trabajadores transfronterizos no consiguió entrar a Ceuta ni haciendo cola desde primera hora de la madrugada.
La situación va de mal en peor. El jueves más de 1.500 personas salieron en avalancha a Marruecos, en el país vecino ha habido heridos durante todos los días de la semana con ingresos en el Hospital. La (otra) realidad o quizá la única choca con ese trabajo que, asegura el presidente de la Ciudad, se está haciendo en una frontera que ya ha absorbido como un monstruo a toda la ciudadanía. Se ha convertido en algo más que un problema económico, también lo es social y laboral.
En estos días la Delegación del Gobierno solo ha remitido un comunicado oficial para informar de una reunión sobre fronteras, amén de comunicar, en otro, el desarrollo de las obras de remodelación del paso que comenzarán en 2019.
La amplia mayoría de partidos políticos, a excepción del PP, así como entidades sociales o sindicales han cuestionado ya el trabajo hecho desde la Delegación del Gobierno, demostrándose además a pie de campo la inexistencia de una conexión con Marruecos o una hoja de ruta conjunta.