Las administraciones señalan este mes para la apertura del ‘Tarajal II’

Los anuncios de apertura del ‘Tarajal II’ se han ido sucediendo desde que se terminó su construcción hace casi tres años. Los problemas que iba a resolver este puente son muy superiores a los previstos cuando finalizó la obra, por eso las administraciones no evitan reconocer abiertamente en público que su inauguración y puesta en funcionamiento no será el remedio que palie la enfermedad enquistada en la frontera, convertida en un paso tercermundista sobre el que nadie acierta a poner soluciones.

Ahora se baraja el viernes 17 de febrero como la fecha de apertura del puente. Es al menos la fecha que se ha puesto encima de la mesa de Delegación del Gobierno y Ciudad Autónoma. Un viernes. No es nada casual. Se quiere ver cómo funciona cuando el pico de presión no sea el que se soporta entre semana, aunque oficialmente no se quiere confirmar algo que pueda sufrir otro revés, porque precedentes los hay.

Una de las auténticas obsesiones para las autoridades es la dimensión del bulto. Existe un protocolo oficial, aprobado tras las muertes de dos porteadoras en las escaleras de las naves del Tarajal, que impedía la carga y tráfico de bultos superiores a unas dimensiones, en concreto 60 por 40 centímetros. Este protocolo se cumplió solo durante unos meses. Hoy, las imágenes demuestran el tráfico de mujeres que cargan un peso mayor del que ellas mismas pueden soportar, lo que ha provocado más de un accidente. La Ciudad dispone de dos arcos y ha encargado la compra de otros cinco; son elementos al estilo de los que funcionan en los aeropuertos que marcarán el hueco que puede ser permitido para un bulto, es decir, esas famosas medidas de 60x40. Quien intente pasar un bulto de mayores dimensiones no cruzará el arco, por lo tanto no se le permitirá el tránsito por ‘Tarajal II’ ni podrá portear. El puente terminará disponiendo de 7 arcos para garantizar que las mujeres no cargan mercancía de un volumen superior.

Hay otra obsesión más: qué hacer con los porteadores, ya que las parcelas que van a servir de embolsamiento no están aún listas. De manera provisional se tendrá en espera a mujeres y hombres por separado. Unos en la calle del antiguo voleibol, es decir, frente al Biutz; otros en un aparcamiento construido por Obimace al lado del polígono. Se quiere así recuperar la playa devolviendo su utilidad.

¿Y Marruecos?, ¿qué piensa de esto? Las relaciones a pie de frontera son cogidas entre alfileres. Se ha visto claramente esta semana. El martes por la noche cientos de porteadores quedaron retenidos en la ciudad, hasta que pasadas las 23.00 horas Marruecos permitía su entrada cargados de mercancía. El miércoles la situación no mejoraba. La Guardia Civil alertaba de la concentración de cientos y cientos de hombres y mujeres cargados de mercancía, habían ocupado toda la playa y no podían cruzar a Marruecos porque desde el vecino país se comunicaba que no permitirían la entrada de esos camalos. Lo que viene después se pudo ver en el vídeo que se difundió en el Facebook de El Faro: los porteadores, a los que se les había advertido de que no corrieran, pasaron a Marruecos después de que la Guardia Civil recibiera una llamada directa y, aunque el vecino país no quería admitir la mercancía, se ordenó a la Benemérita que se retirara de la frontera dejando pasar a todos los camalos. Lo que no se quería en el lado español es que se volvieran a repetir las imágenes de la noche anterior, bloquear el paso y generar un auténtico caos. El jueves toda la mercancía salió sin problema, aunque por goteo.

Las respuestas que se dan a pie de frontera son tan imprevisibles que queda en el aire la forma de actuar que tendrá el nuevo paso, confiando en que, esta vez sí, nadie paralice su puesta en marcha. El tráfico de personas se pasará del Biutz a ‘Tarajal II’, canalizando la entrada por otra vía paralela a la frontera. El problema lo siguen representando los vehículos, cada vez más, constituyen una flota cuyo 60% es de tres propietarios que son los que controlan la entrada y salida de mercancía. Tienen contacto directo con los plantos, individuos que operan delante de las fuerzas de seguridad, que controlan la mercancía a pie de paso, y a los que nadie pone freno.

La incertidumbre sobre el tráfico de mercancías

Es tal la cantidad de personas que viven del paso de mercancías que se ha vuelto algo incontrolable. El incremento de entradas de personas y vehículos ha roto los esquemas no solo de las autoridades españolas sino también de las marroquíes. La frontera y su propia arquitectura no pueden soportar este tráfico y la solución ideada, el ‘Tarajal II’, ha permanecido durante demasiados años inoperativa.

El caos, el riesgo y el baile de criterios, al Congreso

El diputado del PSOE, Antonio Trevín, ha presentado varias preguntas al Congreso relacionadas con lo que está ocurriendo en la frontera. Trevín quiere saber, como diputado de referencia que es de Ceuta, qué previsiones de mejora tiene el Gobierno para hacer frente a las situaciones de caos que se producen en la frontera y pregunta directamente que si “se presume” de unas relaciones fluidas con Marruecos “por qué no se llevan a cabo acuerdos que permitan mejorar el flujo en la frontera, evitando el riesgo para los que cruzan e incluso para los responsables de las fuerzas y cuerpos de seguridad que realizan sus funciones de control”, expone.

El PSOE cuestiona sobre las medidas que se han adoptado por la Delegación del Gobierno para normalizar el tráfico de personas en la frontera y sobre las que de forma específica adopta el jefe superior de la Policía Nacional en el ámbito de sus competencias para evitar disfunciones y que se lleven a cabo actuaciones arbitrarias por miembros bajo su control. “¿Quién es el responsable de las modificaciones continuas y en ocasiones arbitrarias de las normas y criterios aplicables para el cruce de la frontera?, ¿se ha abierto alguna investigación?”, cuestiona Trevín.

El PSOE insiste en los conflictos registrados en la frontera y se sorprende de cómo las normas aplicadas “mudan con rapidez” sin que CNP y Guardia Civil puedan poner orden. Hay además una arbitrariedad consentida, “se pasa de la prohibición total de trasladar bultos a su control exhaustivo o a la permisividad total”, expone Trevín, haciendo alusión a episodios que se suceden a diario en este espacio fronterizo en el que impera la (no) ley.