Las colas llegaban ayer hasta Juan XXIII. Desde primeras horas de la tarde, los mayores controles llevados a cabo por los agentes marroquíes en el paso del Tarajal se tradujeron en retenciones interminables que llegaron a colapsar la entrada hacia la frontera. Oficialmente no se da explicación alguna a la decisión adoptada por Marruecos de registrar exhaustivamente cada vehículo que cruzaba el paso, en una jornada en la que se producía la visita del ministro de Educación a Ceuta. El hecho es que se cambió el sistema de control lo que provocó que la circulación fuera prácticamente inviable. Como era de esperar hubo tardanza en la llegada de vehículos hacia el Hospital Universitario y en los accesos hacia la frontera. No hubo una causa específica para explicar esta consecuencia.