La adquisición de material escolar a principio de curso es una de las cuestiones que trae de cabeza a los padres que se ven obligados a cuadrar los números para poder preparar todo lo necesario. La famosa ‘vuelta al cole’ viene a costar de media entre 400 y 600 euros por alumno. Todo un reto en los tiempos que corren para las familias de clase media. Pero, ¿ayudan los colegios a que ese gasto sea menor? Conocidísimas son las becas tanto de la Ciudad Autónoma como del Ministerio de Educación, pero en algunos casos ni siquiera ese apoyo es suficiente. La crisis está mermando la economía de algunos núcleos familiares y en los centros escolares, lejos de arrimar el hombro para colaborar, se obliga a la adquisición de libros y materiales de ciertas marcas de forma rigurosa. Las célebres listas que existen en las papelerías cuando uno se acerca a preguntar por el material contienen especificaciones más allá de los límites éticos y morales. Ejemplos los hay de todos los tipos y colores. En algunas listas se solicitan bolígrafos de un color determinado, un modelo específico y una marca concreta e incluso lápices de cera de colores con las mismas especificaciones técnicas. El problema no reside ahí, sino en que cuando alguien compra un producto de similares características en todos los aspectos, excepto en la marca, hay profesores que los rechazan e instan a las familias a comprar el material que venía en la lista, con el consiguiente aumento de precio. ¿Qué diferencia hay entre una caja de colores ‘Carioca’, ‘Plastidecor’ o de marca blanca? ¿Por qué resulta entonces tan esencial que la caja de colores sea de una marca específica? Nadie lo sabe explicar razonablemente y desde la Dirección Provincial del ME aseguran que conocen el asunto y confían en los motivos de los diferentes Consejos Escolares, que son los que en última instancia aprueban las listas de materiales.
Lo cierto es que es una práctica habitual que las editoriales de libros y fabricantes de material escolar contacten con los profesores y Consejos para ofrecerles sus productos y darles ventajas como contrapartida a su elección. Algunas veces, como reconoce la Dirección Provincial, se facilita material al colegio y otras veces incluso libros a los docentes. A pesar de ello, los responsables ministeriales aseguran que confían en que se sigan criterios de calidad y adecuación de contenidos en las decisiones al respecto.
Las asociaciones de consumidores a nivel nacional calculan que los productos de marca blanca pueden abaratar un 30 por ciento el gasto por alumno de cara al inicio del curso. Es decir, que las familias podrían ahorrarse entre 120 y 180 euros comprando estos productos. Paralelamente, en Ceuta algunas tiendas que no se dedican en exclusivamente a la venta de materiales escolares se están especializando en ciertas marcas para tratar de competir con las papelerías y ofrecer así una alternativa atractiva a las familias. Por ejemplo, el material de la lista de un alumno que en una papelería ascendería a 50 euros aproximadamente, en los citados establecimientos puede quedarse en torno a los 30 euros. La diferencia de precio entre una caja de colores de la misma marca y modelo entre un sitio y otro asciende a más de un euro. Pequeñas diferencias que sumadas suponen una cantidad importante. Lo mismo ocurre con los uniformes escolares.