La compañía de teatro madrileña LaJoven volverá a Ceuta el próximo 17 de noviembre dos años después de representar en el Auditorio del Revellín la obra Fortunata y Benito para poner en escena sobre el mismo escenario ‘Praga, 1941’, una función que busca acercar a los jóvenes la llegada de los nazis a la capital checa.
El viaje hasta hace 82 años parte, en realidad, de 2003. Los informativos dan cuenta del accidente del transbordador ‘Columbia’ al volver a la tierra y en televisión sale un dibujo que había llevado uno de los astronautas: el globo terrestre visto desde el espacio.
Daniel, un chico que vive en Praga, reconoce el dibujo y cree que hay varios similares en el trastero de su padre. En efecto, allí encuentra una caja con láminas y libretas firmadas por un tal Petr Ginz, un chico que vivió seguramente en esa casa en 1941 cuando los nazis ocuparon la ciudad. En la realidad a ese joven checo de origen judío se le atribuye un dibujo de la Tierra vista desde la Luna que se convirtió en símbolo del Holocausto. El hallazgo fue, tal y como parafrasea la obra, casual y en idéntico contexto.
El personaje, que tiene la misma edad que Petr, lee con incredulidad cómo era la vida en las calles por las que él pasea. La voz de los dos chicos empieza a fundirse y los límites entre el presente y el pasado cada vez parecen más difusos. Daniel se pregunta qué hacer con el testimonio que ha encontrado por casualidad, si quedará algún superviviente de esa familia judía a la que entregar las pertenencias de Ginz, o cómo conservar ese trozo de la historia.
Concebida como teatro para jóvenes mayores de 12 años, la obra podrá verse en la Manzana de Siza a partir de las 11.00 horas.
El actor madrileño Fernando Sainz de la Maza es el único integrante del elenco de un proyecto dirigido por José Luis Arellano de una hora de duración y basada en el diario que Ginz comenzó con el inicio de las leyes raciales, traducido al castellano y publicado en 2006 por la editorial Acantilado.
Abarca algo menos de un año: del 19 de septiembre de 1941 al 9 de agosto de 1942, poco antes de que fuese deportado, ya según las leyes de Núremberg del régimen nazi a los hijos de matrimonios mixtos como él los enviaban a los campos al cumplir 14 años.
Su contenido es sobrecogedor por la cotidianeidad con la que traduce lo que sucede a su alrededor: “Los judíos no pueden comprar fruta, aves, queso, cebolla, ajo, pasear a la orilla del río, ni viajar en la parte delantera del tranvía”. “Lo que resulta ahora totalmente corriente, hubiera sido motivo de escándalo en una época normal”, escribió.
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