El tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta optó en la tarde de ayer por suspender la vista judicial señalada contra Y.M.A., apodado Laika, que había sido conducido expresamente desde una cárcel peninsular para responder de un delito de agresión sexual a menor con la agravante de acceso carnal.
Se dará el plazo justo para intentar localizar a unos testigos cuyas declaraciones podrían servir para intentar esclarecer lo ocurrido en julio de 2019 en el garito del acusado, hechos que llevaron al inicio de este procedimiento judicial.
‘Laika’ se enfrenta a elevadas penas de cárcel. En su escrito de calificación provisional, el Ministerio Fiscal llegó a solicitar hasta 15 años de prisión, aunque esta medida de privación de libertad se puede ver modificada al término de la segunda sesión judicial prevista para finales de este mes.
El acusado negó haber estado esa noche con la menor y mantener relaciones sexuales forzadas. No obstante, se reprodujo en Sala una declaración -indagatoria- prestada en sede judicial por el acusado en el momento de los hechos en la que sí reconoció haber estado con la menor pero en el transcurso de un encuentro consentido.
El tribunal le hizo ver esta incongruencia solicitando que la aclarara, a lo que el acusado argumentó que en su día habría entendido mal la cuestión y que la verdad era lo manifestado este miércoles. Solo quiso responder a las preguntas planteadas por su abogado, dejando claro dos claves: ni estuvo con la víctima ni tuvo relación con ella.
En este juicio chocan dos versiones completamente opuestas. La de ‘Laika’, que niega los hechos, y la de la víctima que mantuvo insistentemente ante el tribunal que sí sufrió esa agresión sexual forzada y nunca consentida. De hecho matizó que le habían dado algo que le provocó una sensación de mareo.
Denunció lo ocurrido en sede policial días después porque sentía vergüenza de confesarlo. En su declaración ante el tribunal expuso haber sido forzada pero en su narración no aportó detalles específicos sobre los acontecimientos ni la sucesión de los mismos.
La versión de ‘Laika’ se vio amparada por la declaración de una testigo, una joven que por aquel entonces era su novia. Manifestó ante el tribunal que la noche en la que se habría producido esa agresión el acusado estaba con ella y fue precisamente con ella con la que mantuvo un encuentro sexual, mientras que la víctima se había quedado en la explanada del ‘Reina Sofía’ con más personas.
También declaró que esa noche la menor durmió en su casa y un día después lo hizo en la de su primo, ya que no podía regresar a su propio hogar.
Esa disparidad de versiones llevó a que la Sala fijara un careo a primera hora de la tarde entre la denunciante y la que fuera novia de ‘Laika’. Un careo para cuya realización la Sala quiso ser precavida, solicitando la valoración de la médico forense para que dejara constancia de que el mismo podía llevarse a cabo sin ser algo especialmente gravoso para la víctima.
El tribunal siguió con detenimiento las intervenciones de víctima y testigo a la hora de valorar quien podía estar más próximo a la verdad. Precisamente para eso están los careos, como figuras usadas a modo de pruebas complementarias de los que se intenta obtener mayor claridad en torno a declaraciones que son opuestas y contradictorias entre sí.
Antes del inicio de la vista oral, que se celebró en doble sesión de mañana y tarde, contando con presencia policial dentro de la Sala, el tribunal decretó la nulidad de una prueba de ADN practicada al acusado, atendiendo así a lo solicitado por la Defensa quien hizo saber a la Sala que dicha prueba se había tomado sin el consentimiento de su cliente.
Declarada nula, se descartó la declaración de expertos en esta materia que habían analizado prendas que llevaba la víctima esa noche para cotejar posibles restos en las mismas con el ADN del acusado.
Por otro lado en la vista judicial de ayer se pudo escuchar la declaración del médico que atendió a la menor en el hospital universitario quien no pudo verificar si había sido agredida sexualmente. También declaró la médico forense para concretar que las lesiones que presentaba la adolescente cuando la exploró eran compatibles con haberse producido una agresión previa.
El acusado lleva privado de libertad desde finales de octubre, tras haber sido detenido en la Península al huir de un control de la Guardia Civil. Se celebraron entonces comparecencias de prisión por dos causas: esta de la Audiencia y otra del juzgado de instrucción número 5. En ambas se acordó su entrada en prisión a la espera de juicio. Hasta su detención se encontraba en busca y captura por la Policía Nacional, que en varias ocasiones había accedido a lugares en donde sospechaba que podía estar escondido sin éxito.
Tras su detención en Cádiz se le vinculó de forma errónea a los disparos que terminaron con la vida del cabo de Regulares, Dris Amar, lo que llevó a que la propia Guardia Civil de Cádiz tuviera que rectificar.
El acusado estuvo toda la vista judicial esposado y bajo medidas de seguridad concretadas por la Policía Nacional.
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