La comunidad senegalesa ha recaudado más de 6.000 euros para repatriar los restos del inmigrante.
¿Qué es lo que falta para que los restos de Ndigua Saw descansen por siempre en Senegal? ¿Qué es lo que impide que su madre, Sonamati, pueda llorar finalmente a su hijo en la tierra que lo vio nacer? Mustafa, senegalés residente en San Sebastián, vino ayer a Ceuta a intentar buscar las respuestas. Le envía la comunidad senegalesa, la misma que ha conseguido recaudar más de 6.000 euros para pagar los gastos de la repatriación de los restos. Agobiado, no entiende qué es lo que pasa, que problema burocrático existe para que se ponga el punto y final a una historia que dura demasiado tiempo.
Ndigua era un joven agricultor senegalés que un día decidió emigrar, abandonar su tierra, dejar atrás a su familia y emprender rumbo a Europa. El Estrecho lo atrapó, fue la única víctima mortal del naufragio protagonizado por la patera que ocupaba con más inmigrantes. Murió rezando el Corán. Su cuerpo fue recuperado a las horas por la Salvamar Atria y trasladado a puerto. Sus restos terminaron enterrados en un nicho de Santa Catalina dos días antes de que un familiar suyo se presentara en Ceuta precisamente para reconocerlo y posibilitar su traslado a Senegal, cumpliéndose así con los ritos religiosos de esta cultura y logrando que la madre descanse por fin.
A fecha de hoy nada se ha conseguido. El juzgado autorizó el pasado mes de abril la exhumación de los restos, al entender que se trataba de un caso extraordinario y que podía atenderse este trámite, dejando la pelota en el tejado de Sanidad. Lo último que se sabe es que la Consejería, de la que depende el reglamento de Sanidad Mortuaria, ha vuelto a remitir un informe al juzgado para reclamar que el forense que tienen adscrito esté presente y verifique que los restos pueden ser embalsamados.
El hecho es que, más de un mes después de la autorización judicial, Ndigua sigue enterrado en Santa Catalina, la familia llora en Senegal su muerte y la comunidad senegalesa, que dispone del dinero suficiente, está desconcertada. La burocracia parece haberse atrancado en un problema que está destrozando los sentimientos de muchos compañeros y amigos, pero, sobre todo, de una madre.
En una entrevista mantenida con FARO TV, Mustafa aclara que la comunidad dispone del dinero en una cuenta, en el banco. Hay más que suficiente para abonar los gastos de todos los trámites. Todos han querido participar: senegaleses de Madrid, Valencia, el norte de España pero también de distintos países de Europa, hasta de China y Brasil. En cuanto conocieron de la muerte del compañero y del drama de una familia que solo quiere dar el entierro digno a su ser querido, se pusieron manos a la obra para conseguir el dinero. No entiende cómo no le pueden dar una solución. "Me han mandado a Ceuta para que compruebe que Ndigua está muerto, porque la madre no se lo cree porque no ve su cuerpo. Está profundo, en nuestro corazón. Para nosotros es muy importante", añade.
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