Ladrón de almas

‘Alvarictus’ es algo así como su nombre artístico en Flickr, a través de la cual miles de fotógrafos ‘amateurs’ comparten sus mejores instantáneas con los internautas. Y hay quienes lo consideran uno de los mejores fotógrafos de la ciudad. Entre felicitaciones y halagos él prefiere continuar disparando sin avisar.

No es una excepción el día en que, al abrir su perfil en Facebook o su página de Flickr, encuentra comentarios del tipo ‘¡Eres un máquina!’, o ‘¡Este tío es un crack!’ o ‘¡Este tío es un genio!’ No le desagradan, por supuesto, pero sí le abruman un poco. Rehuye los halagos e intenta quitarse presión. Por el momento, la fotografía no es más que un hobby para Álvaro Pardeza Martín, ‘Alvarictus’ para quienes siguen sus trabajos por Flickr, pero no se cierra puertas.

- ¿Para cuándo su primera exposición? Los ‘fans’ ya la están reclamando... (risas).
- Bueno, ya me lo han planteado -contesta finalmente tras un suspiro de un par de segundos-. No sé... es que veo tanta gente buena cuando veo en Flickr galerías de ‘amateurs’, y descubro las fotos de los clásicos que recibo todo el tiempo curas de humildad. Al fin y al cabo no soy nadie, hay que seguir aprendiendo, tirando fotos y ya está.

Al menos hasta el viernes, el expresivo rostro de un hombre de ojos claros y profundos surcos sobre la piel recibe a quien teclea la dirección http://www.flickr.com/photos/alvarictus. La instantánea parece sacada de una película antigua. Otras que le siguen parecen imágenes pintadas sobre lienzo. A través del anterior ‘link’ las comparte todas ellas con quienes, fruto de la casualidad, de la amistad o del siempre efectivo boca-oreja se han asomado a su web. Ya ha superado las 20.000 visitas, si bien este número crece cada día más rápido. “Cada vez que alguien pone un ‘link’ mío en su Facebook las entradas suben muchísimo”, explica entre orgulloso y temeroso de que a tanta gente le guste algo a lo que él no le concede demasiada importancia.
Hay quienes piensan que es uno de los mejores fotógrafos que hay en Ceuta. Algo a lo que contesta tajante: “No me puedo colgar el cartel de fotógrafo porque no lo soy, eso son palabras mayores, simplemente es una afición como también lo es la música”. Un hobby que, quiere, sólo sea un disfrute y de ahí que esquive la presión en lo que respecta a exponer. “¿Para qué? No lo descarto, pero al fin y al cabo sería echarme tierra encima porque me ganaría un nombre”. Parece que no es miedo, simplemente incredulidad ante tanto piropo.

A la caza de un instante
Si le pedimos, por ejemplo, que fotografíe el día de nuestra boda lo hará bien, seguro, pero no será lo mismo. No será igual porque ‘Alvarictus’ huye de las sonrisas forzadas. Eso de pronunciar ‘pa-ta-ta’ antes de presionar el botón no va con él.

- ¿Qué tipo de imágenes prefiere?
- Me gusta mucho la fotografía de interacción entre personas.
- ¿Cuando dos personas están compartiendo algo?
- Sí. Coger, si puedo, algún momento que yo veo especial. Eso viene de Bresson, que es el tipo de fotografía que más me apasiona. Captar un momento que quizás sea único. Luego los retratos y los robados, porque si a una persona le dices que le vas a tirar una foto ya no le pillas el alma realmente.

Nunca planea qué va hacer. Sólo dispara. “¿La foto de las gafas? No está para nada pensada”, cuenta, “fue durante un cumpleaños en La Sala, me fi reflejado en las gafas y le dije... ¡espera! Y salió”. Es un ladrón de instantes que, además, aprendió sólo. Cien por cien autodidacta. Todo nació hace menos de cinco años, con una pequeña cámara que le regalaron. Ahora no se separa de ella. Recorre el camino que separa su casa de La Almadraba, donde trabaja en una empresa de diseño gráfico, con la cámara; sale de ‘marcha’... con la cámara; viene a ser entrevistado... con la cámara. Quizás capte una veintena de imágenes en un fin de semana. “Hay veces que no se salva ni una”, aclara. Dice que la suerte influye, mucho. El azar y la espontaneidad, sus principales aliadas, forman un tándem perfecto. “Cuando más lo pienso, peor me sale”. Y una máxima: que la inspiración, siempre, le pille trabajando.
Si se animan a visitar su Flickr, reconocerán muchos lugares. Incluso caras con las que se cruzan en su día a día pues, aunque Álvaro no esconde que, desde su punto de vista, prefiere las ciudades grandes como Barcelona o Madrid para su afán por ‘robar almas’ exprime Ceuta al máximo. Sin olvidarse del vecino Marruecos. Ambos lugares ponen ante sus ojos paisajes inmejorables. Luces que atrapan e infinitos contrastes de colores. Él, aún así, se queda siempre con la gente. Sólo a través de las personas se puede contar historias.
Fragmentos que, por su reciente inicio en estas lides y por la época en la que le ha tocado vivir, narra siempre en digital aunque no deja de reconocer que “la película tiene un encanto especial”.

- ¿Y en casa qué le dicen de esta repentina afición? La opinión de una madre siempre importa mucho...
- Ella, como toda madre, está muy contenta de que me gusten las fotos pero me dice “¡hay que ver! ¡Ná más que tiras fotos de gente rara por la calle! ¡Qué tonterías de fotos! - dice entre risas.
- Pero en realidad seguro que está muy orgullosa...
- Sí -intercepta.

Se nota que de eso no tiene ninguna duda...