Ya están en tierras galas. El viaje preparado por la Protectora de Animales para trasladar al extranjero a 31 perros ha culminado con éxito, consiguiéndose así una adopción que, en algunos de los casos, resulta inmediata. Han sido horas de viaje, de encuentros, de trayectos cargados de perros que tenían como objetivo darles una oportunidad a los que ahora no la tienen, ya que muchos de estos canes tenían una adopción complicada o imposible. “Llevar a los perros fuera tiene mucho trabajo anterior al viaje. La preparación de los perros, el alquiler de la furgoneta, la preparación de las jaulas para que viajen de forma cómoda y segura...”, recuerda uno de los encargados del traslado de los perros, Jorge Ramos, ha costado lo suyo. El diario de esta salida comenzó a escribirse el pasado viernes, con la preparación del trayecto, nada menos que a las 4.30 horas. Una madrugada en la que había que dar pastillas relajantes a los perros “para que viajen más tranquilos, y a la vez evitar mareos. Posteriormente se comenzó a subir las jaulas, teniendo en cuenta que los viejecitos viajen a la vista, solos y tranquilos, y que los demás vayan acompañados de perros compatibles, recuerda.
La primera parada fue en Murcia, ya que allí se había previsto la adopción de dos de los perros: Roco y Aria, que se quedarán en “una finca muy grande, en compañía del dueño mientras trabaja o está en la casa, y por la noche se encargarán de dar vigilancia a la amplia finca, teniendo preparadas casetas para ellos. El hombre que se los ha quedado está contento, porque son perros que físicamente pueden intimidar a desconocidos con malas intenciones, pero que luego son muy cariñosos con la gente”.
Tras el parón se siguió camino a Francia, a donde debían llegar el sábado por la mañana. “Después de toda la noche de viaje, donde la niebla fue un problema bastante importante a la altura de Madrid y Burgos, entramos en Francia a las siete de la mañana”. Comenzaba así el periplo por varias protectoras francesas. En la primera se había tramitado la adopción de seis perros. En esta protectora los canes viven sueltos con otros. “Tienen un terreno de campo vallado muy grande, donde les dan paseos. Los perros viven en contacto con gatos y así se van acostumbrando los unos a los otros. Incluso cuentan que hay ciertos perros que pueden entrar y estar tranquilamente en la habitación junto con los gatos. A nuestros perros les llamaba mucho la atención los gatos, porque no están acostumbrados a verlos”, relata Jorge.
La siguiente parada fue en un pueblo en donde habían quedado con miembros de otra protectora francesa para recoger a los demás perros y trasladarlos en sus vehículos. Tras pasar la noche en un hotel de la ciudad, a las 2:00 horas se emprendió camino a Suiza, “donde la presidenta de la asociación suiza MIGA (se llama así por una perra que adoptó de nuestra protectora) recoge a dos de nuestros perros. Con ella estará Luc, el hombre francés que gestiona y organiza las salidas de todos nuestros perros al extranjero”, apunta Jorge.
Ya el domingo, a las diez de la mañana, se llegó a Tournus, en donde se dio a la colaboradora Chantal a los dos perros de la protectora que se irán a Suiza. Pasadas las cuatro y media de la tarde y con todos los perros entregados se emprendía regreso a Ceuta. Gracias a la colaboración de protectoras francesas se ha dado una salida mejor a canes cuya vida habría terminado en la Protectora. Salida de Ceuta: Todo preparado para cambiar de vida A los perros se les dio pastillas relajantes para comenzar un viaje largo. En tierra se quedaban algunos canes que en principio iban a viajar como el caso de la podenca rescatada del Hacho ya que está preñada. En Francia: Las protectoras, otra filosofía para los canes Ya en tierras galas los voluntarios que hicieron este viaje: Jorge, Eva y Cintia, repartieron los perros que son tratados de otra manera que en las protectoras españolas. La filosofía de vida es bien distinta y los animales están sueltos, no como en la protectora por ejemplo de Ceuta. En este traslado se quiere agradecer el apoyo del voluntario Luc, las asociaciones francesas y de Suiza, que son los que acogen los perros, y los que además donan dinero para facilitar el viaje. En breve se publicitará en la web de la protectora toda la relación de los gastos del viaje y del dinero que ha sido donado por socios o en el transcurso de los distintos mercadillos llevados a cabo. Casi 5.000 kilómetros: Esa es la distancia de esta aventura La última de las protectoras que acogió a varios de los perros trasladados desde Ceuta los mantiene en semilibertad hasta su adopción. Como se puede observar en las fotos, los perros viven en un terreno muy grande vallado, y en compañía de otros perros, lo que le da libertad para pasear, correr, jugar... y tienen casetas para dormir y estar relajados. Casi 5.000 kilómetros de distancia separan esta auténtica aventura. Adopciones de este tipo permiten desmasificar la protectora y ayudar a que la de Ceuta no termine colapsada. La entidad ceutí recuerda la opción de adoptar a un animal antes de comprarlo, ya que es una manera de terminar con el problema después de que otros dueños los hayan abandonado.