De la ausencia de un testigo ya citado a la falta de respeto hacia el tribunal
El tribunal de la Sección VI mostró ayer su malestar por la ausencia de un testigo que había sido previamente citado y que no compareció en la sesión de ayer. Su ausencia, sin justificar, supone una clara falta de respeto al tribunal que además está penada con una multa elevada. Pero más molestó aún el comportamiento de uno de los testigos que inicialmente dijo el motivo de la ausencia de este testigo citado para después, a preguntas del tribunal, decir que él no había dado excusa alguna. La Sala mostró su malestar por este comportamiento. En anteriores sentencias la Audiencia ha lamentado la falta de respeto que se tiene hacia la institución judicial ya no sólo por comportamientos como el de ayer sino por el hecho de que haya personas a las que parece que no le importa declarar en falso.
Algunos detalles de las declaraciones policiales
Las defensas: ¿Por qué los agentes tuvieron que usarlas?
Los imputados insisten en que se tuvo que hacer uso de las porras a modo de defensa, para repeler la agresión que, según ellos, pretendía llevar a cabo el hijo del detenido. “Sacamos las defensas para protegernos”, dijo uno de los policías. Todos coinciden en reconocer que con estas armas sí que se golpeó al hijo, pero nunca en la cabeza, sino dirigiéndose hacia las extremidades inferiores y siempre a modo de protección por los intentos de agresión de este.
Tendencia racista: Todos los policías niegan insultos de tono racista
Tanto los cuatro agentes de la UIR imputados como los dos también de esta unidad que declararon han coincidido en negar que se profirieran insultos de tinte racista contra el dueño del almacén. “En ningún momento fue así”, indicaron. También insisten en que nunca escucharon gritos ni quejas del detenido, solo, al contrario, amenazas e insultos de éste hacia los agentes. Coinciden además en asegurar que la actitud que mostraba el empresario no se ajustaba a su aspecto físico y edad.
En el hospital: Las lesiones de las que nadie sabe el origen
El agente que se encargó de permanecer junto al detenido en el Hospital insistió ante el tribunal en que el empresario no presentaba lesiones. Indicó que se quedó ingresado porque el médico de guardia le dijo que era “por su patología” pero que no apreció que tuviera daños físicos. Sólo, declaró, le vio el ojo “algo enrojecido” pero no con un hematoma. Dijo además que en el hospital la actitud del detenido cambió y que incluso le pidió perdón, “me dijo que no entendía por que se había portado así”.
La contradicción: ¿Para qué vinieron los refuerzos de la UIR?
La gran contradicción más clara se dio en relación a por qué se llamó al segundo furgón de la UIR para que viniera a la Almadraba. Según los dos agentes que iban en este furgón se les llamó “para apoyar a los compañeros”. Pero resulta que en instrucción habían dicho que se les había llamado para trasladar a un detenido al hospital. Teniendo en cuenta esto último significaría que ya los policías imputados sabían que Mohamed Embarek estaba herido y por eso pedían refuerzo para un traslado al clínico.
A la Acusación Particular: “¿Violencia dice?, nosotros no la empleamos”
C.E. / ceuta
En toda esta historia aparecen dos escenarios. El primero, el momento de la detención de Mohamed Embarek dentro de la oficina de su almacén en el que los agentes insisten en que no hay carga de violencia. El segundo, la entrada de éste en el furgón. Según dijo el empresario en la primera sesión del juicio oral, le lanzaron como “a un cerdo” y le insultaron con connotaciones racistas mientras él imploraba que le quitaran los grilletes porque se asfixiaba debido a su enfermedad. Ayer los policías que intervinieron en esta segunda fase de la historia negaron este extremo. Dijeron en que ningún momento se le arrojó al suelo del furgón, sino que se le engrilletó y subió. ¿Si utilizaron violencia? “Nosotros no la empleamos”, respondió visiblemente molesto uno de los agentes a preguntas del letrado de la Acusación Particular.
Los policías indicaron que durante el trayecto el empresario iba muy nervioso y gritando, pero que ellos ni le insultaban ni le replicaban. “Su actitud no se corresponde con la de un señor mayor y enfermo”, sentenció otro de los agentes.
¿Y a qué se debe el origen de las lesiones que presentaba tanto en el ojo como en las piernas Mohamed Embarek y que este asegura que, al menos el puñetazo en el ojo, se le hizo en el interior del furgón de la UIR? Los policías niegan tajantemente que ellos le golpearan y que si recibió algún gomazo fue de manera accidental durante la tangana. Niegan también que en el furgón se le pegara en el ojo. “Este hombre al entrar se resbaló y se golpeó en la pierna”, indicó el agente J.M.L.C. que fue quien le colocó los grilletes. “Nosotros no le empujamos”, matizó.
Los otros dos policías locales que acudieron como apoyo y que se encargaron del traslado del empresario al hospital también manifestaron que el hombre se había resbalado y golpeado con un asiento giratorio al ser introducido en el furgón y coincidieron en señalar que durante el camino siguió mostrándose excesivamente nervioso y contestatario contra ellos.
Uno de los policías sí que dijo al tribunal que el detenido les indicó que ‘esto no iba a quedar así’, advirtiéndoles de que denunciaría los hechos que se habían producido. De hecho se denunciaron, lo que ha dado lugar al juicio que esta semana se está celebrando en la Audiencia Provincial.
Para que no se pierda
¿Qué se juzga?
La revuelta ocurrida en mayo de 2010 en ‘Almacenes Susi’. Su dueño y su hijo denuncian a 4 policías de la UIR a los que acusan de presunto delito de lesiones, por el que se les pide dos años de prisión. Además consideran que existe un agravante de superioridad, un delito contra la integridad moral y tendencias racistas. Por su parte los cuatro agentes niegan esa agresión y denuncian a padre e hijo por un presunto atentado.
Lesiones
Un agente dice que sufrió una patada al vuelo de la que culpa al hijo de ‘Susi’, Achraf Embarek. Otro de los policías señala que Mohamed, el padre, le pegó en la pierna. Por su parte el empresario acusa al subinspector de haberle pegado y señala a otro agente en concreto como la persona que le dio un puñetazo en el ojo. Su hijo dice también que le pegaron en la cabeza y reconoce haber pegado a un policía pero en defensa para evitar que le agredieran a su padre.
Qué queda
Al margen de la testifical de los forenses que pueden aclarar el origen de las lesiones que fueron analizadas, queda por conocer las posibles modificaciones que se vayan a hacer de las calificaciones presentadas por las partes, existiendo la posibilidad de una rebaja sustancial en la petición a los policías.
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