La UFP denuncia que los políticos están usando a “los policías de marionetas”

El cachondeo y la improvisación han decidido darse la mano en la preparación de los controles ordenados por la Delegación del Gobierno y la Ciudad para garantizar la seguridad en el Príncipe. Al menos así lo entiende la Unión Federal de Policía -UFP- que ya ha trasladado su queja a Madrid para, a través del comité central, denunciar por la vía de urgencia a la dirección.

Entre tres días se ha cambiado hasta cinco veces los turnos de los agentes de la UPR a los que se ha encomendado los controles en la barriada. Ayer, sin ir más lejos, se hicieron cambios en tres ocasiones. Los últimos, por la tarde, cuando los agentes de servicio recibieron los cuadrantes de turno que anulan todos los ordenados con anterioridad. La UFP considera esto una tomadura de pelo, y advierte de la gravedad de lo que está ocurriendo ya que los policías están siendo utilizados “como marionetas por unos políticos a los que se les ha antojado esto”.
La secretaria general del sindicato en Ceuta, Ana Moya, ha solicitado la intervención urgente del sindicato en Madrid, cuyos servicios jurídicos ya, ayer tarde, estudiaban el contenido para presentar una denuncia. Moya se acoge al régimen del Cuerpo Nacional de Policía, que deja bien claro cómo deben ser los turnos de los agentes, alcanzando las 37 horas y media semanales que deben cumplirse. “Eso es lo que está establecido legalmente”, advierte Moya, y no lo “que están haciendo ahora, modificando los turnos y yendo en contrario de la propia ley orgánica de las fuerzas y cuerpos de seguridad ya que los agentes no pueden hacer más de ocho horas seguidas”, señala. En esta ristra de cambios se llegó a ordenar turnos de 11 a 15.00 horas y de 15.00 a dos de la madrugada (durante todas estas horas los agentes debían portar, por ejemplo, el chaleco antibalas), para, ya por la tarde, alterar todo el cuadrante para dividir la jornada de la UPR en tres turnos en vez de dos.
Moya acusa a la Jefatura de no planificar ni analizar cómo es debido la orden política dada en la junta de seguridad, haciendo uso de la UPR para estos controles y obligándoles a cumplir unos horarios que no son los estipulados, “en vez de organizar el servicio bien, sacando a los agentes que deba sacar... si tiene que buscarlos en los boquetes que los busque y los saque a la calle. Si no hay personal que lo pida, pero no puede dejar a unos policías jugándose la vida. Con estas decisiones los políticos y quienes cumplen las órdenes sin sentido están jugando con la vida de los agentes”, denuncia. El sindicato recupera, además, una petición ya antigua pero nunca atendida. Esta no es otra que la llegada de la UIP. “Si se tiene que cubrir este servicio debe solicitarse la llegada de la Unidad de Intervención Rápida”, solicita, negando que se opte por mantener un tipo de control que, de momento, ha nacido marcado por la falta de claridad y con demasiado cachondeo.
La UFP denuncia que se está dejando desasistidos otros servicios que cumplía la UPR como el control en el Poblado Marinero, al responsabilizársele de esta nueva orden en el Príncipe. Y va a más, ya que pone sobre la mesa el desamparo al que se está sometiendo a esta unidad con turnos en los que faltan agentes suficientes y en un clima en el que reciben amenazas y presiones o son agredidos, como ya ha sucedido. Cada turno debe ser de diez policías pero nunca se llega a esa cifra al registrarse bajas por enfermedad o por asistencia a cursos, por ejemplo. Esto no hace sino sumar el grado de indefensión de los agentes. “Los policías no se pueden quedar solos en el Príncipe”, señala Moya. Y los hechos demuestran esta teoría. La UPR estando dentro de la barriada es objeto de amenazas, de insultos y de presiones por parte de un sector vecinal que rechaza su presencia.
UFP llevará el caso por la vía de urgencia al Consejo de la Policía para que tome cartas en el asunto ante lo que entiende que es un claro atentado contra la seguridad integral de los policías y un ir en contra de la regulación existente en cuanto a la organización de los turnos.

Las denuncias

Turnos Críticas a la Jefatura y al jefe de brigada
El sindicato acusa directamente a la Jefatura Superior del caos generado en la organización de los turnos y también cita al jefe de la brigada provincial de seguridad ciudadana al que responsabiliza de estos vaivenes que han generado malestar entre los agentes de la unidad.

Apedreamientos A la Guardia Civil y a la UPR
Poco han tardado en producirse ataques a las fuerzas de seguridad que organizan los controles. Si los mismos se activaron a primera hora, cumpliéndose la orden dada por la junta de seguridad, ya por la tarde noche se producían los primeros lanzamientos de piedras. La Benemérita recibió lo suyo y la UPR también. La primera, en uno de los controles; la segunda a la altura del cafetín Mojito cuando abandonaban el barrio dos unidades. A esto se suman las amenazas constantes contra los agentes que realizaron controles dentro del barrio.

La decisión Los controles no tienen caducidad
La decisión política de montar estos controles no tiene de momento fecha de caducidad en el calendario, así que los horarios que se han puesto a los policías y que ya se han cambiado en cinco ocasiones serán de carácter indeterminado. En el caso de situaciones excepcionales los horarios pueden ser alterados, tal es el caso de atentados o situaciones que se salgan de lo normal y por necesidades de servicio.Esta no es la situación. En el caso de la Guardia Civil, se está quitando agentes de otros servicios para cubrir estos controles con lo que se está dejando desatendidas determinadas áreas de seguridad en la ciudad.