Categorías: Opinión

La Tertulia del Café del Puente II

La vida, pasa, se transforma,  fluye, cambia…Y sin embargo, la vida  permanece inmutable como algo que jamás cambiará a lo largo de los años. “Nada cambia, todo permanece”, dice el filósofo Parménides; para al rato apuntar Heráclito: “Todo cambia, nada permanece” Y yo, confundido por la trascendencia de los filósofos, me avengo a la verdad de las cosas y les digo que, si bien es verdad que todo fluye en el paso inexorable de los astros en el cosmos; también no es menos verdad, que ellos, los astros, al igual que nuestras existencias, permanecen en el tiempo, en los recuerdos, en el pretérito, más allá de los límites de nuestras propias conciencias…
Y Ceuta, nuestra Ítaca que se alcanza en el tiempo  y en la distancia, fluye constante en el manantial de nuestras almas y permanece también constante en el tiempo inmutable de nuestros recuerdos… Y deseamos regresar…Y deseamos que, cómo Penélope, Ceuta nos espere aferrada al recuerdo atávico de nuestro amor. Y, por qué no decirlo, sentimos  la locura  que nuestra ciudad nos espere como una mujer que anhela deseosa y deseante a su amante que llega, henchido de pasión, a la desnudez de su cuerpo en su alcoba y al pie de su lecho…
Tomamos el transbordador en Algeciras y viramos a estribor la última farola roja de la punta del dique de abrigo del puerto. Giró el compás al sur  arrumbando  a la línea ondulada que a lo lejos Ceuta rompe en el horizonte… El mar  limitado del Estrecho se torna infinito tras agolparse los chubascos y los pelotones de nubes negruscas que viajan raudas desde la frontera oceánica donde principia el viento de Vendaval…Todo queda perdido en una obscuridad de sueño donde, la lluvia, como una cortina trenzada  de plata y agua, cierra  el paisaje a  los conspicuos acantilados y a  las sierras altas de África. El Yebel Musa, el monte del Renegado y la cantera de  Benzú, que ya  principiaban a verse, quedaron  sumidos en una pincelada grisácea  de lluvia, nube y mar,  que los columbraban irreales, ausentes, como si en su tristeza tuviesen almas. Almas que más que suyas, fuesen nuestras propias almas transmutadas  en la dura piedra granítica de sus elevados picos  que, como agigantadas atalayas,  anunciarán nuestro continente: África…
Y llegamos a los muelles del puerto…Y también llegamos  al Café del Puente Almina, donde al filo del mediodía, se allegan los tertulianos  de la tertulia que fundara Antonio Mira y Cayetano Parrado, que ahora, tras el viaje eterno de Antonio, prosigue Cayetano su curso en el decanato, junto a Jesús Zurita y Miguel Aguilar… Pareciera que en esta emboscada que le tendemos al pretérito el tiempo no pasase, y vamos desgranando acaecimientos que nos fueron dejando su huella en nuestra memoria. Pepe Fortes y Alejo Lladó, se han acercado en estos días a la tertulia; y, cómo no puede ser de otra manera, se han ido sucediendo pequeñas historias que los tertulianos cuentan entre asombrados y risueños al hilo de la trama divertida de cada relato. Alguien ha debido de avisar de nuestra reunión, pues al poco se han ido añadiendo cada vez más tertulianos que, a su vez, como en una noria sin fin, vuelven a contar otras historias que llenan de divertimento a la reunión. Y llegan Federico Gaona, Paco Torres, Ricardo Barranco, Cayetano León, patrón de una marinera traíña y, por último, Francisco López “El Quini”, qué,  como un patriarca bíblico, llegando el estío, allá por la Virgen de África, se aviene con su familia-tribu hasta las orillas del mar Mediterráneo  en la Ribera y el Chorrillo.
Yo debo ser el más joven, porque no me atrevo a articular palabra ente tanta narración de las cosas y lugares de Ceuta. Y ahora cuenta Paco Torres cuando tiró la piedra a la salamanquesa que rondaba el farol de la plazoleta del “Chato”, y dejó sin luz al antiguo barrio del “Callejón del Asilo”* -muy cerca de donde hoy nos encontramos-; luego es Pepe Fortes quién  nos narra lo de la alfombra roja que dispusieron delante de la iglesia de África y a la que unieron con un alambre a un camión del Parque Artillería que, al arrancar, se desplazó la alfombra tan bruscamente que, de manera cómica, hizo que se  elevaran  por los aires el teniente Baldomero, el padre Perpén y el séquito de autoridades  que los acompañaban; más tarde le toco el turno  a  Federico Gaona con sus interminables historias llenas de gracias que no sabemos quién disfruta más, a saber: si él contándolas o nosotros oyéndolas…Y así, como una cinta sin fin, podríamos estar cada  mañana, cada tarde o cada noche, sin que  este viejo arte  de contar historias -ya en desuso- decaiga en el ánimo de nuestros entrañables amigos.
Al iniciar la crónica pensaba describir todos y cada uno de los detalles que los reunidos dijesen; sin embargo, la tristeza, la nostalgia, o yo que sé  que cosa…, me impide apuntar  estas crónicas; así que lo dejaremos para otra ocasión, pues hoy, cuando tras la despedida de los amigos quedé solo, dijérase que el ser de Heráclito me susurró calladamente  que  había  ganado de sobra  la batalla; de tal manera que, a mi pesar,   tengo la sensación de qué cómo él dijera: “Todo fluye y cambia…”. Y en Ceuta, verdaderamente, a pesar de nuestro empeño en recordar todo aquello que ya no tiene nombre, “todo fluye y cambia” de una manera inmisericorde…
NOTA: Si acaso vosotros, miráis al reloj y, las manecillas apuntan a las doce del mediodía, y en este momento os embarga una irreprimible curiosidad por saber cosas de Ceuta, pongamos: calles antiguas  de antiguos callejeros; canciones, villancicos, coplas, dichos de antaño; teatros, cines, tabernas, cafés; añejas costumbres, personajes populares… No, no lo dudéis, dirigid vuestros pasos al Café del Puente, allí donde se juntan todas las calles de Ceuta, y la brisa del Poniente del Estrecho se allega como una caricia… Allí donde la primigenia y vieja ciudad  tendía  su puente a la Almina…Y de seguro, que Cayetano Parrado y sus contertulios, mandarán parar el tiempo y os mostraran, como en un milagro, aquella Ceuta eterna que, en ellos brota, como brotan profundos y puros  los caños de agua de las altas sierras de los montes del Atlas…                                               
________
*1 En el callejero oficial del Ayuntamiento, al antiguo barrio del Callejón del Asilo Viejo lo situaba en la calle Misericordia en referencia a la Casa Misericordia, sucursal de esta institución cuya matriz se ubicaba en la portuguesa  Lisboa.  Su entrada se  principiaba junto a los naranjos amargos de la fachada lateral del Ayuntamiento y la calle Malcampo, continuaba por Gómez Marcelo -antigua Gloria-, seguía por la propia Misericordia, plazoleta del Chato, callejón del Asilo, plazoleta del Asilo, de nuevo el callejón, que daba a la calle Sagasta  y, por fin, desembocar en la calle “Muralla”, frente a la rampa del Muelle Comercio.
*2 En los años setenta el edificio del ingeniero don Francisco de Paula Gómez, de cúpula parecida  al ayuntamiento que jalonaba la entrada,  fue demolido  junto con todas las casas y calles del antiguo barrio de la calle Misericordia y del “Asilo Viejo”. De tal manera, que la primitiva ciudad medieval que se originó entre los fosos del Puente Cristo que daba acceso a la ciudad, y el  de La Almina, quedó arrasada por la voluntad expresa de las Autoridades del momento. De esta manera mercantilista y falta  de sensibilidad cultural por nuestro patrimonio, quedó destruido todo vestigio de poder estudiar nuestro pasado en la que había sido el primer asentamiento de nuestra urbe, la primigenia ciudad antigua de las siete colinas.  
Años después se ha comprobado este afán mercantilista y la voracidad  sin fin de la especulación  de los constructores y las inmobiliarias de nuestra capital,  pues poco ha quedado, por no decir nada, de aquellos barrios, calles, plazas, y patios castizos  que conformaban la Ceuta antigua, la Ceuta que transparentaba la identidad,  el nombre propio y el sabor de siglos de una ciudad…
*3 La calle Sagasta, rotulada  así en honor del insigne y brillante orador y jefe del Partido Liberal, Práxedes Mateo Sagasta, fue cambiada por el nombre de un general  alzado de nuestra terrible  Guerra Civil.
*4 La antigua calle Misericordia, de nombre tan sugerente para los tiempos insolidarios que corren,  se torno en “Sánchez Navarro”-diputado por Cádiz que hizo posible que pasara  la administración de la Casa Misericordia al Ayuntamiento de Ceuta- para después, mal llamarse, “gran vía”.

Entradas recientes

El sindicato policial EYA rechaza reunirse con el PP

El sindicato Equiparación ya (EYA) lo tiene claro: no acudirá a la reunión convocada por…

13/10/2024

Columpios rotos y suciedad en el parque de la Glorieta Teniente Reinoso

El estado en el que se encuentran los columpios en el parque de la Glorieta…

13/10/2024

El torneo de tenis Grupo Ecos culmina con la entrega de premios

Este domingo por la tarde ha concluido el torneo de tenis Grupo Ecos-Dominos Pizza en…

13/10/2024

Voluntarios de Protección Civil culminan sus cursos de formación

La clausura de los cursos de formación de los futuros voluntarios de Protección Civil de…

13/10/2024

La Policía detiene a 4 personas por robo y orden de busca y captura

Agentes de la Policía Nacional han detenido en Ceuta a cuatro personas, en el transcurso…

13/10/2024

'El cine por delante' en la Biblioteca Pública con 'El grito'

El próximo martes, 15 de octubre, a las siete de la tarde, tendrá lugar en…

13/10/2024