La singularidad geográfica de Ceuta

El pasado viernes se celebró en la sede social de la Casa de Ceuta en Cádiz la primera conferencia del aula cultural del año en curso, que tuvo su comienzo a las 19:30 horas como es habitual en estas actividades de la Casa. Ante una relativamente reducida asistencia, seguramente debido a las inclemencias atmosféricas que venimos padeciendo este crudo invierno, el presidente De la Yeza presentó al conferenciante, el amigo de esta Casa  D. Miguel Ruiz Calderón, que ya en otra ocasión nos ilustró con una de sus acertadas intervenciones.  Este ceutí, residente en la actualidad en Castilleja de la Cuesta (Sevilla), maestro nacional destinado en Jerez muchos años y licenciado en Geografía e Historia, hoy día jubilado por razón de edad, sigue con trabajos de investigación varios en diversas áreas, entre ellas la de Geografía, a la que corresponde su disertación objeto de esta breve reseña.
El tema elegido para la ocasión es el que encabeza estas líneas, la singularidad geográfica de Ceuta, aunque su intervención no se limitara a los aspectos geográficos, puesto que nos mostró, con la ayuda de material gráfico en soporte informático, la geología y la flora del reducido territorio al que se circunscribe la ciudad autónoma que, pese a sus solo 20 kilometros cuadrados aproximadamente, probablemente algo mas por los rellenos realizados en los últimos años, tiene una rica y variada flora (mas de 500 especies), además de una composición geológica bastante compleja.
Realmente hay muy poco escrito sobre la geografía de Ceuta, el único libro relevante es el titulado GEOGRAFIA URBANA DE CEUTA, que constituyó en su día la tesis doctoral del catedrático de esta disciplina y director del Instituto Nacional de Enseñanza Media D. Manuel Gordillo Osuna, de quien dijo Ruiz Calderón que fue el culpable de que el se dirigiera por estos derroteros académicos, y esta circunstancia de escasez de textos sobre la materia es la que hace especialmente interesante una exposición como la que nos ha dirigido este conferenciante.
Sobre una fotografía tomada por un satélite artificial de la zona del estrecho, nos fue señalando todo el entorno geográfico de la ciudad, tanto de un lado como del otro del brazo de mar, donde se podía advertir claramente la privilegiada situación de Ceuta, razón de su vocación de lugar de encuentro de culturas distintas, de paso de pueblos eu una y otra dirección, así como comprender la importancia geoestratégica de nuestra tierra, motivo también de su atormentada historia. Sobre otros gráficos nos indicó la existencia del denominado macizo bético-rifeño, accidente orográfico extendido a uno y otro lado del estrecho, algo como una bufanda geológica que rodea el sur de España y el norte de África, así como la convergencia de las placas tectónicas africana y euroasiática en la zona  del estrecho. Nos indicó naturalmente, las coordenadas geográficas de estos 19-22 kilómetros cuadrados, comprendidos entre los 35º 52´ 24” y 35º 55´ 10” de latitud norte y entre los 5º 17´08” y 5º 23´37” de longitud oeste. Las cuatro zonas geológicas que componen el terreno: Hacho, Almina, Istmo y Campo Exterior, con la composición mineralógica de cada una, desde los gneises bandeados y ocelados del monte Hacho hasta las pizarras del acantilado del Chorrillo, pasando por las peridotitas serpentinizadas del Sarchal que han adornado las fachadas de la Catedral, de la iglesia de San Francisco e incluso de la basílica de la Patrona (hoy día desaparecidas)
También nos hizo recorrer los montes y colinas del campo exterior: el “Atlante Dormido” de la mitología o Yebel Muza con sus 849 m de altura que nos parecen diez veces mas y que domina Sierra Beliones o Bullones, la máxima altura del entorno, muy por encima del modesto Hacho con sus 204 metros solamente, aunque lo atraviesen tres fallas o fisuras geológicas, las tres colinas que descienden hacia la Almina: el Renegado, con sus 334 m, el Yebel Anyera y el de Isabel II.
Tampoco se olvidó de las costas, haciendo mención del meridiano que pasa sobre el monte Taifor marroquí y nuestro Hacho, repasó playas y acantilados como el del Hacho, donde anida la gaviota patiamarilla.
Siguió con los vientos existentes, con sus frecuencias relativas sacadas de las 1600 observaciones que el médico gaditano Celestino García Fernández, residente en la plaza, realizó allá por el XIX, con las precipitaciones, entre 499 y 600 mm por año (con una media de 588 mm en 30 años), escasas pero irregulares como son las que conforman los climas mediterráneos como el de Ceuta, aunque responda a la llamada variedad californiana, con las temperaturas, que van desde la mínima de 1.3 º C registrada en 2005 hasta los 40º C de 2009, ambos valores absolutos de los últimos veinte años, y terminando con la enumeración de las especies vegetales mas importantes, tanto arbóreas como de matorral, como los tarajes de las riberas de ríos (de donde procede el toponimio El Tarajal de la frontera con Marruecos).
Al término de la muy documentada charla, que fue muy aplaudida el presidente De la Yeza le agradeció su intervención y le hizo entrega de un recuerdo relativo a un conocido edificio ceutí, momento que fue acompañado con fuertes aplausos del auditorio como señal de agradecimiento por tan exitosa conferencia, tras lo cual se dio por finalizado el acto.