Ami eso de la seguridad subjetiva o de la violencia moral son temas que no termino de asimilar. Sé que la Policía les encontrará un sentido porque terminan siendo conceptos claves en la redacción de esos informes con los que prometen a los ciudadanos mayores y mejores actuaciones. Yo no lo hallo y además se me queda cara de engañada, o sea, de tonta. Tras la reunión de don José con los vecinos para escuchar sus quejas sobre la delincuencia, nos comunican oficialmente que habrá más reuniones para evaluar “la seguridad ciudadana objetiva y subjetiva”. Me veo a Pepe Ramos y toda la directiva de la Federación buscando entre subjetividades a los cacos virtuales y a las víctimas imaginarias que no lo son porque forman parte de esa esfera de inseguridad subjetiva que tiende a extenderse entre la población pero que, en realidad, no existe. Salvo el día que te sale el encapuchado, te saca la catana y te pega el tiro en tu propio coche. Entonces con la bala objetiva y el agujero del balazo en tu coche también objetivo puedes acudir a la Jefatura Superior y buscar un policía objetivo que te copie la denuncia que objetivamente deberá plasmar.
Nunca fueron necesarios tantos dilemas para hablar de policías y ladrones, ni nunca fueron necesarias tantas reuniones con foto y nota de prensa incluidas para saber qué pasa en las calles. Ahora como el mundo se mueve entre subjetividades y violencia moral, es necesario que un delegado del Gobierno y los jefazos policiales en fila india tomen nota de forma aplicada de lo que los vecinos les cuentan que está pasando. ¿En qué parte del camino se perdieron los servicios de información?, ¿qué capítulo de la inseguridad nos perdimos para ‘vender’ como ideas estrella o novedades en el mundo delincuencial lo que ahora se nos presenta? Si lo que queremos saber es por qué el sistema no funciona habría que comenzar la casa por donde se debe, por los cimientos. No me cuadra que Pepe Ramos diga la semana pasada que urge más policías y que el repunte delictivo no puede soportarse y ahora su mensaje se transforme diciendo que no hay que ser alarmistas porque sólo hubo un repunte sin importancia, mentando la siempre facilona frase de que Ceuta es peculiar y la Policía tarde o temprano ya pillara al maleante. ¿Y Pamplona y el País Vasco no son peculiares? Con temas tan espinosos como la seguridad ni vale una foto, ni vale un encuentro ni vale mil y una subjetividades. Sólo vale los resultados, salvo que me equivoque y don José cada vez que estrecha la mano a alguien los enamore. Quién sabe.