La seguridad... ¿politizada?

La propuesta del Grupo Caballas relativa a la puesta en marcha de un plan de seguridad para el Príncipe no obtuvo el respaldo, evidente, del PP pero tampoco del PSOE, que optó por abstenerse.

La muerte del joven Munir de un disparo en el corazón cobró protagonismo en la sesión plenaria por boca del concejal Juan Luis Aróstegui en su intento por urgir a la clase política a “remover la conciencia” para, tras “asumir la responsabilidad de lo ocurrido”, forzar a un cambio en la política de seguridad.
Aróstegui recordó que lo que está sucediendo en el Príncipe y en muchas más barriadas de la ciudad es “un problema de todos” por lo que se necesita un cambio, sin que esto suponga una intromisión en una “parte técnica en la que no entramos”. Aróstegui defendió la capacidad de crítica política en este ámbito porque quien dirige las fuerzas y cuerpos de seguridad es un político, el delegado del Gobierno, y las cosas no están funcionando adecuadamente, lo que “lleva a que las personas sean tiroteadas”.
El concejal pidió posturas políticas valientes, porque “ya no vale esconderse tras los uniformes” cuando la dirección en este ámbito “no es acertada”. Se cuestionó, hiriendo con su pregunta a la diputada Yolanda Bel, que dónde estaban las fuerzas de seguridad en una ciudad en la que el número de agentes por kilómetro cuadrado es llamativo pero la gente, incongruentemente, muere de un disparo en la calle. “No los veo en en el Príncipe, ni en los barrios... la gente los quiere en la calle no para proteger a los políticos. Hay 500 policías nacionales, 500 guardias civiles, 400 locales, 150 portuarios, 250 agentes de seguridad privada, no sé cuántos militares... ¿pero dónde están? Yo los veo cuando vienen ministros pero no en las barriadas”, espetó, recordando al Pleno que en determinadas barriadas hay gente que vive aterrorizada, lo que explica que, por ejemplo, cuando mataron a Munir nadie se atreviera a salir a la calle a auxiliarlo durante unos minutos quedando sola su madre junto al cuerpo moribundo del joven en el suelo.
Para Caballas se ha llegado a una situación tan límite que demuestra la existencia de un problema político de fondo, de ahí que sostuviera la necesidad de cambiar las políticas de seguridad en el Príncipe para que sus vecinos recuperen “la autoestima” y la “credibilidad en las instituciones”. Aróstegui recordó que con la defensa que su Grupo hace de una mayor seguridad en la barriada, pretendiendo un acuerdo plenario que instara a forzar estos cambios, se pretendía una “comprensión sincera” de lo que está pasando en la barriada y no su blindaje para que se termine viendo imágenes de “agentes apuntando a un hombre de 70 años” que “todos hemos visto”, dijo.
Bel lamentó la politización que de la seguridad se estaba haciendo con propuestas como la defendida por Caballas recordando que, además de no ser competentes en este ámbito, no se debía abordar asuntos de esta envergadura que pueden dar pie a consecuencias negativas. Bel equiparó, al igual que ya lo hiciera el PP hace unas semanas, la actual delincuencia de pistoleros con el terrorismo y pidió que al menos la clase política supiera distinguir los buenos de los malos en toda esta historia. “Se quiere politizar este asunto”, lamentó la popular, que pidió a sus compañeros de bancada política que fueran “escrupulosos” ya que a partir de la seguridad “se construye todo”. “Debemos ser cautelosos y responsables” sin usar la “seguridad como arma arrojadiza”, insistió. “Los únicos responsables de las muertes son los asesinos”, dijo, instando a los presentes a que no partieran de ideas equivocadas confundiendo dónde están los buenos y los malos, atacando por atacar a las figuras políticas responsables en seguridad como el delegado del Gobierno. “Proponer experimentos en seguridad es un riesgo”, significó.
“Hay que ayudar al Gobierno de turno, sea cual sea la sigla, porque la seguridad está por encima de todo. Usted pregunta dónde están los agentes”, dijo mirando a Aróstegui, “partiéndose la cara están”, se respondió, “intentando detener a los asesinos, dejémosle que actúen”.
Aróstegui, que se fue a casa con su propuesta debajo del brazo después de sacar portadas de El Faro protagonizadas por sucesos violentos, lamentó que el PP la tumbara sin dar argumentos válidos, insistiendo en que, al igual que se critica a un ministro de Interior, también se podía cuestionar la política aplicada por el delegado en Ceuta.

El detalle

Propuesta del psoe
Otro foro cívico local... cuando ya existe
La propuesta del PSOE de sacar adelante la creación de un foro cívico local de seguridad tampoco obtuvo el respaldo popular, aunque sí el de Caballas. Pero lo novedoso estuvo no en la negativa del PP sino en que Bel la sostuviera en el hecho de que ya existía un foro creado al respecto en febrero con lo que la propuesta del PSOE no era más que una copia a algo ya existente. Es decir, no es que la esencia del foro se criticara sino que apoyarla supondría dar validez a algo que ya fue creado por la propia ciudadanía, estando respaldado por sindicatos, asociaciones y personas individuales. Bel replicó a Carracao el hecho de que llevara a pleno algo existente, recriminándole si es que los foros estaban de moda, algo que molestó bastante al portavoz del PSOE, herido ahora en su amor propio por la popular pero ya también anteriormente por la réplica que los propios integrantes del foro vigente desde febrero le hicieron en prensa la semana pasada. No saldrá por tanto dicha propuesta.