En estos difíciles momentos para las publicaciones escritas resulta grato que una histórica publicación ceutí no sólo continúe en la brecha sino que se muestre en una continua línea de progresión y calidad de sus contenidos, edición y presentación.
Que normalmente Cruz de Guía aparezca sólo coincidiendo con la antesala de la Semana Santa, no es óbice para destacar la buena salud de la que goza gracias el entusiasmo de quienes la hacen posible, el Consejo Diocesano de Hermandades y Cofradías a través de su Mesa Permanente y la colaboración de la Ciudad Autónoma.
Cruz de Guía es una publicación de referencia obligada a la hora de hablar y conocer a fondo la historia y todos los detalles de nuestra Semana Mayor, sus hermandades y la vida cofrade en todas sus dimensiones. Editada a todo color y en papel cuché, la revista es una tentación para quienes de alguna manera se sientan atraídos por esta manifestación cultural y religiosa. 130 páginas de impecable y cuidada impresión en la que destaca la calidad y cantidad de sus fotografías, todo un reclamo, y un módico precio: tres euros, que se dedican a la Obra Social del Consejo. De tal suerte la revista se ha convertido en una publicación digna de ser coleccionada por quienes aman a nuestra Semana Santa o la vida cofrade, aún sin pertenecer a ninguna hermandad en particular.
Cruz de Guía recoge en su último número la memoria del curso cofrade, su noticiero general, la importancia de la conservación del patrimonio documental de las hermandades, los habituales y rigurosos artículos históricos de J. Luis Gómez Barceló, las imágenes que no procesionan, la parroquia de San Juan de Dios, un despliegue especial relativo al 75º aniversario de la fundación de El Encuentro, la segunda parte del 25º de la Entrada en Jerusalén, la reciente restauración de la imagen de Nª Sª de los Remedios con datos muy curiosos como desconocidos y los recuerdos de otras épocas, entre otros temas.
En cuanto a la Semana Mayor, la revista dedica 30 páginas, dos por cada hermandad, con excelentes fotografías a toda plana y recogiendo pormenorizadamente todos los detalles identificativos de las diferentes cofradías e imágenes que estarán en la calle, sus reseñas históricas, las fotografías del archivo de Diego Sastre con las procesiones de los años 60 y 70, más otras diez páginas dedicadas con idéntico formato a las hermandades de la Virgen de África, San Daniel, San Antonio y el Rocío.
Se cumplen precisamente ahora 60 años de la aparición de Cruz de Guía, si bien su publicación periódica se interrumpió en algún momento puntual o bien apareció con otro nombre. Sobre ello ha comenzado a investigar ese joven y entusiasta cofrade que es Arturo Fuentes Cabrera que ha heredado la gran vocación de su padre, fotógrafo habitual, además y desde hace muchos años, de nuestra Semana Santa.
Arturo Jr. ha tenido el acierto de recoger en este último número de Cruz de Guía su primer trabajo sobre la historia de la revista, hurgando en la biblioteca de la familia en la que ha encontrado una serie de viejos números que, a buen seguro, fue guardando su abuelo, Juan Cabrera Guadarrama, el siempre recordado jefe de fotograbado que fuera de esta Casa y entusiasta del tema. Aunque le faltan los tres ejemplares iniciales, su descripción arranca desde los cuatro últimos números de la década de los 50, anunciándonos para una próxima ocasión la trayectoria de la revista a lo largo de la década siguiente. Para quienes no vivieron aquellos años de nuestra Semana Santa es especialmente curioso cuanto Arturo reproduce y cuenta, al tiempo que para los que la conocimos supone el revivir aquellos modos y costumbres tan peculiares de una celebración con la que Ceuta y los habitantes de las vecinas ciudades del Protectorado se volcaban, abarrotando calles y plazas como si de la Semana Santa sevillana o malagueña se tratase.
Fuentes Cabrera de esta forma reconstruye de alguna manera cómo era aquella Semana Mayor con sus itinerarios, testimonios, textos poéticos, nombres propios y las entrañables fotografías de Calatayud y Arbona en su mayoría, los grandes maestros de la cámara de la época, además de textos poéticos y distintos momentos de la pasión de Cristo. Una magnífica oportunidad también para conocer y demostrar a propios y extraños como nuestra Semana Santa ha avanzado en todos los sentidos, hasta extremos que posiblemente no llegaran nunca a imaginar quienes por entonces regentaban nuestras hermandades. Por ello me atrevería a animar a Arturo Fuentes a recopilar en número especial su trabajo con ese tesoro documental que le legaron sus mayores, un botón de muestra más de que la grandeza de nuestra Semana Santa no es cosa de unos lustros a esta parte. Enhorabuena, Arturo.
La Biblioteca Pública Adolfo Suárez acogerá este viernes 29 de noviembre la jornada de juegos…
El portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, ha advertido al Gobierno que si…
La federación de tenis de Ceuta vuelve a abrir el Instituto Almina para la segunda…
Ceuta demuestra su solidaridad una vez más. El IES Almina también ha querido colaborar con…
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha trasladado a la comisión de expertos que la…
Con la llegada de estas fechas tan señaladas, el consumismo se apodera de muchos vecinos…