El fracaso escolar en Ceuta “es un fenómeno complejo, no solamente de origen lingüístico”, en el que confluyen “otras circunstancias de tipo familiar, económico, cultural y psicoeducativo”.
Es el diagnóstico general que ha hecho el Gobierno que preside Mariano Rajoy en respuesta a una pregunta del diputado de Amaiur en el Congreso Jon Iñarritu, que entre otras cosas quería saber “cuántas personas tienen como lengua habitual o materna el árabe en Ceuta”, si el Ministerio “considera impulsar su fomento en la Educación” o si la enseñanza en ese idioma “ayudaría a luchar contra el fracaso escolar”.
“El árabe no es hablado en Ceuta por una parte significativa de la población: el 45% de la población ceutí es musulmana y parte de ella utiliza el ‘dariya’ (forma de expresión ágrafa, con diversas variedades, usada en el norte de Marruecos)”, explica el Ejecutivo central al congresista vasco.
Además, el Gobierno de Rajoy añade que “en la comunidad musulmana de Ceuta el ‘dariya’ tiene amplia presencia [entre sus hablantes] si tienen ascendencia marroquí, pero utilizan español o ‘dariya’ en función de la persona con la que hablen”.
La respuesta no detalla medidas concretas más allá de que “entre las prioridades para Ceuta se encuentra la puesta en marcha de la nueva ley educativa, la dotación de infraestructuras básicas que permitan reducir la ratio [de alumnos por aula] y la aplicación de medidas que permitan reducir el abandono escolar temprano”.
Sobre “los problemas de tipo lingüístico” se aplican, según el Ministerio, “medidas específicas”, y para luchar contra el fracaso escolar hay “un Plan Integral de Mejora”.