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Los vecinos denuncian que las Brigadas Verdes no han acometido la limpieza de los rastrojos desde hace más de seis meses
Los vecinos del Recinto Sur temen que las condiciones en que se encuentran los jardines y vaguadas de los alrededores culminen en los incendios que cada verano se suceden en esta zona. Y es que los matorrales alcanzan ya el metro y medio de altura después de más de seis meses sin la presencia de las Brigadas Verdes, encargadas de adecentar estas áreas. “Hablamos con ellos y su respuesta fue que ahora estaban muy ocupados con el Ramadán y preparando el Corpus. ¿Y eso por qué nos tiene que afectar? Hace seis meses no estaban ocupados con estos temas ¿por qué no han venido?”, explica indignada una vecina.
La dejadez de los jardines llega a tal punto que se han convertido en improvisados contenedores de basura, ya que algunos vecinos depositan sus bolsas allí, lo que deriva en la aparición de pulgas, garrapatas y todo tipo de indeseables insectos.
En las vaguadas sólo el pasado año llegaron a producirse hasta tres incendios durante el periodo estival y todos ellos provocados, según apuntan los vecinos, algunos de los cuales fueron testigos directos de cómo unos menores prendían fuego a los matorrales.
Otra de las quejas vecinales radica en la actuación que hace ya más de un año llevó a cabo Obimace y que consistió en la retirada de varias piedras de las barandillas que bordean el paseo del Recinto. Al parecer, las retiraron para colocarlas en otra zona de la ciudad con el compromiso de reponerlas a la mayor brevedad posible, pero 14 meses después el muro continúa tal y como lo dejaron los operarios de la entidad municipal.
Entre las numerosas deficiencias también se encuentra la parada de autobús, que carece de la cristalera después de que, supuestamente, la destrozaran unos vándalos.