La política del anuncio

Para hoy estaba previsto que el presidente de nuestra ciudad y el presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, se reunieran en Málaga para hablar del régimen económico y fiscal de ambas ciudades, el aumento de las bonificaciones a través de iniciativa legislativa o la pretensión de alcanzar un trato específico en la Unión Europea para Ceuta y Melilla. Curiosamente, no estaba previsto hablar de algo tan importante como la modificación de los estatutos de autonomía de ambas ciudades. Consecuentemente, eso pone de manifiesto el interés que puede existir por ambos ejecutivos para abordar esa cuestión. De producirse esa reunión, estoy convencida de que el máximo resultado que se obtendría sería el de escuchar a ambos representantes realizar anuncios que o bien son obvios o bien no pasarán de ser eso, meros anuncios. Y es que, nuestro ejecutivo, por la parte que nos toca, nos tiene ya acostumbrados a la política del anuncio que no consiste más que en publicitar ideas que no suelen llegar a materializarse. De este modo, nos encontramos que a lo largo de los años, una y otra vez se producen este tipo de situaciones. Y así, sucesivamente, un anuncio va solapando otro, volviendo, en la mayoría de las ocasiones, al punto de partida.
Pero la mala costumbre de anunciar por anunciar o de anunciar cuestiones obvias es algo bastante extendido entre el poder ejecutivo. Esta semana por ejemplo, y tras dos días de visita del Ministro de Educación a nuestra ciudad, una de las conclusiones ha sido que dentro de dos años tendremos un nuevo colegio en Ceuta… Mientras que sean dos años y no cuatro….Otra de las conclusiones del ministro ha sido que los padres tienen que tomar conciencia de la importancia de la formación para el futuro de sus hijos e hijas, como si dependiera única y exclusivamente de ellos el éxito o fracaso de la formación de sus hijos. No creo que haya nadie que esté más preocupado por el futuro de los hijos que los padres, pero necesitan del buen funcionamiento del sistema educativo y de la solución de los problemas, graves problemas, que tenemos en nuestra ciudad en lo referente al absentismo y al fracaso escolar. No se arreglan los problemas mirando para otro lado. El ministro se fue y mientras tanto, nuestros colegios siguen masificados, se están creando escuelas-ghetto, y en definitiva, seguimos con los mismos problemas….
Otro ejemplo de la política del anuncio es la que a veces practica el Consejero de Hacienda con el criterio de la austeridad. Una de dos: o el consejero y yo utilizamos diccionarios diferentes, o él utiliza la palabra austeridad simplemente por quedar bien de cara a la galería. Y si no es así, que explique: ¿Es austero invertir tanto en flores y maceteros? ¿Es austero encargar tantas estatuas, monumentos y cuadros? ¿Es austero subirles los tributos a los ceutíes? ¿Es austero anunciar que para el próximo año se prevé recaudar más aumentando lo recaudado por infracciones y sanciones? Menudo concepto de la austeridad. Si eso es austeridad, miedo me da lo que puedan entender por derroche los gobernantes que tenemos.
Ser austero supone sobriedad y sencillez, con lo cual cualquier anuncio realizado con esta palabra por parte del gobierno del PP en nuestra ciudad y la realidad de sus actuaciones, chocan frontalmente.
Así que, por favor, menos anuncios y más actuaciones reales y coherentes con las necesidades del pueblo.