La Policía Nacional ha dado por cerrada la denominada Operación Hacha, en la que encuadran las hasta 11 detenciones que finalmente han sido practicadas por homicidio y organización criminal, centrándose en el asesinato de Mohamed Aziz, ‘Caniche’, de un disparo en la cabeza y carbonizado, cuyo coche blindado fue encontrado el pasado 15 de diciembre en el Jaral.
Esta operación, que fue adelantada por El Faro en su edición del pasado martes y ahora confirmada de manera oficial, tiene entre sus principales arrestados a H.M.M., ‘Chakor’, al que se le considera líder de una de las organizaciones asentadas en la ciudad, en concreto la “más violenta”, causante “de los últimos hechos graves” ocurridos en la ciudad, informó ayer la Jefatura Superior de Policía.
‘Chakor’, con 9 detenciones previas, una de ellas por homicidio, figura en una lista de arrestos entre los que aparecen los hermanos ‘Grana’ (H.M.A.) y ‘Fati’ (F.Z.M.A.), que también arrastran varias detenciones previas entre ellas por asesinato u homicidio, ya que a ambos la Policía les relacionó con la muerte del joven ‘Munir’ (quedando en libertad pero imputados) y al segundo de ellos además se le vinculó con la de ‘Gufito’ (quedando en las mismas condiciones tras la decisión de la autoridad judicial).
Ahora se les vuelve a acusar de otro delito de sangre, la muerte de ‘Caniche’, hecho con el que también ha sido relacionado su viuda, S.M.M., y la hermana de ésta, C.M.M., además de otras personas que habrían colaborado de una u otra manera, como obteniendo la gasolina para deshacerse del coche blindado (de lo que se acusa a S.L.M.) o quemándolo, caso del menor A.M.M., ‘Pajarito’.
La Operación Hacha ha ido más allá del esclarecimiento de la muerte de ‘Caniche’, ya que a los once arrestados se les acusa de integrar una banda de crimen organizado y se les imputa además de ese crimen, dos intentos de homicidio perpetrados el pasado 5 de enero contra los dos ocupantes de un coche que circulaba a la altura de Sidi Embarek y los tiros al aire ocurridos dos días después frente al cuartel de La Legión y con los que, al parecer, se pretendía una demostración de poder en el ámbito delincuencial de la ciudad ante rivales.
La Policía sitúa esta operación, en la que han participado agentes de la UDYCO, tanto de Ceuta como de la Costa del Sol, y Unidades Especiales de Seguridad Ciudadana, en el marco de unas investigaciones que llevaban tiempo gestándose.
Indica la Jefatura Superior en una nota oficial, que la cadena de hechos violentos que se estaban produciendo en la ciudad no eran para nada aleatorios, sino que se encuadraban en las rivalidades manifiestas entre miembros de distintas organizaciones. “La existencia de una rivalidad manifiesta entre miembros de distintas organizaciones criminales asentadas en la ciudad por disputas personales, pero con el trasfondo del dominio territorial del negocio del tráfico de drogas, venía motivando la perpetración de hechos delictivos de carácter grave, con empleo de armas de fuego que ocasionaron muertes o heridas en diversas personas”, explica la Jefatura. Esta cadena de hechos que hasta el propio jefe superior, Alfonso Sánchez, había reconocido abiertamente en una rueda de prensa, llevó a que, en silencio a pesar de las duras e injustificadas críticas políticas del momento, se pusiera en marcha una investigación de peso con la idea de frenar ese “repunte coyuntural” de la violencia criminal, contando con apoyos investigadores en la Costa del Sol.
Las investigaciones se centraron en la figura de ‘Chakor’, el vecino de la Barriada Postigo a quien el CNP había registrado su chalet al milímetro el pasado año, en el marco de la investigación abierta por la desaparición de un ceutí que fue denunciada y aún no ha sido encontrado.
A ‘Chakor’ la Policía le consideraba líder, presunta figura de peso en una organización en la que “los elementos más peligrosos” eran los hermanos ‘Grana’ y ‘Fati’, quienes, según la Policía, se apoyaban en otros jóvenes para labores de vigilancia y asistencia previa o posterior a los hechos delictivos que se cometían.
En el marco de las investigaciones relacionadas con estos episodios delincuenciales se produjo el asesinato de ‘Caniche’, lo que terminó por acelarar esas indagaciones. Ya a las pocas horas de encontrarse el cadáver de Mohamed Aziz carbonizado, se apuntaba directamente en las redes sociales a los nombres de sus presuntos autores. Sin tapujos se señalaba con nombres y apellidos a los participantes en el disparo a ‘Caniche’ en su vivienda y posterior traslado al Jaral para quemarlo. Pero esas acusaciones no podían justificar arrestos, así que se continuó con la investigación tanto en Ceuta como en la Costa del Sol.
El CNP situó al asesinado en el esquema delincuencial investigado como un exmiembro de la banda de ‘Tafa Sodia’ que, posteriormente, tras el asesinato de éste, se habría acercado a la banda de la que formaba parte el desaparecido M.T.A., ‘Nene’, que “actualmente lideraba ‘Chakor”, explica la Jefatura Superior.
Fruto de las investigaciones por este crimen que se engarzaron con las que se estaban llevando en torno a los delitos en la ciudad, la Policía pudo conocer que el presunto autor material del crimen de ‘Caniche’ era ‘Grana’, quien “habría sido asistido para la perpetración del mismo por la esposa del fallecido (al parecer el finado venía manteniendo relaciones sentimentales manifiestas con otra mujer desde hacía más de un año) y su hermana, siendo auxiliado para el incendio del coche con el cadáver dentro para eliminar pruebas por su hermano ‘Fati’ y el menor A.M.M. ‘Pajarito’ y el llamado S.L.M. que le habría buscado la gasolina para tal fin.
En plena investigación del crimen llegarían más episodios delictivos, como los tiros, el 5 de enero, a los dos ocupantes de un coche a la altura de Sidi Embarek con la idea de matarlos, R.M.L. y M.A.M. Los disparos llegaron a alcanzar el vehículo, modelo MGZT azul metalizado, pero sin dañar a sus ocupantes. La Policía cree que detrás de los mismos estuvo ‘Fati’, que empleó como colaboradores al llamado N.H.A. haciendo labores de vigilancia y al menor A.M.M., ‘Pajarito’ para controlar el objetivo al que había que disparar.
Dos días después llegarían los disparos al aire frente al cuartel de La Legión, en los que habría participado el apodado ‘Fati’ y que, según la Policía, no fueron nada más que una clara demostración de poder. “Ante el envalentonamiento de los integrantes de esta organización y con el objetivo de acrecentar su posición de dominio sobre las otras organizaciones dedicadas al tráfico de hachís, como señal de advertencia a sus rivales, que disponían de un establecimiento usado como punto de distribución, habrían llevado a cabo la realización de disparos intimidatorios.
Un acto, este último, que generó alarma social debido a que se produjeron el mismo día en que se llevaron a cabo los atentados de París y la relación desafortunada que algunos hicieron con el terrorismo yihadista.
Nada más lejos de la realidad, ya que según la Jefatura Superior, todos estos episodios estaban formando parte de la misma trama delincuencial sobre la que llevaban trabajando meses.
La acción policial se desencadenó toda vez que el apodado ‘Grana’ se sintió señalado por el crimen de ‘Caniche’ tanto por la familia de éste como por la de la mujer, con la que al parecer mantenía una relación sentimental. “Al difundirse por los círculos criminales de la ciudad el convencimiento de su autoría, con la doble finalidad de eludir las investigaciones policiales y evitar un posible ataque contra su integridad física, decidió marcharse a la península”, narra la Jefatura. Los seguimientos del CNP lo situaban en Granada, pero el hecho de que cambiara continuamente de hospedaje dificultaba su detención. En esa ocultación la Policía sitúa a otro de los detenidos, L.T.A., hermano del ‘Nene’ y G.M.V.L., además de la novia de ‘Grana’, M.A.M.
Indica la Policía que los dos primeros aportaban sus identidades para el alquiler de las habitaciones o le proporcionaban un inmueble ubicado en la localidad de Alfacar (Granada).
Al conocerse que ‘Grana’ y su pareja estaban en un hotel de Granada se planificó la entrada de los GOEs de Málaga, que se desplazaron al efecto para proceder a las detenciones. Después harían lo mismo en Alfacar, en donde se produjo la detención de la otra pareja.
Estos arrestos acelararon los que se llevaron a cabo el pasado lunes en el Príncipe, contando con el desplazamiento de agentes llegados de la península para apoyar no solo la detención de las personas detenidas en la ciudad sino los 7 registros en domicilios. Se han intervenido dos chalecos antibalas, otros dos tácticos, una placa de chaleco antibalas y dos placas de protectores antibalas, así como 5 vehículos de alta gama y 26 teléfonos móviles. El juzgado número 1 de Torremolinos es el que lleva la instrucción de este caso debido a que las primeras actuaciones se produjeron en la península, así que la totalidad de los detenidos serán puestos a disposición de ese juzgado.
Los registros se saldaron con estas intervenciones
En detalle:Chalecos antibalas
La Policía encontró en los registros estos chalecos antibalas que han quedado intervenidos. Nada más ha trascendido, aunque era conocido públicamente que al menos dos de los detenidos en este operativo acostumbraban a hacer uso de estos chalecos porque temían sufrir disparos. Este hecho era conocido por las fuerzas policiales.
Las claves
Detenidos
Once en Ceuta y en la península
Así se ha cerrado de momento la operación, a todos se les acusa de integrar una banda de crimen organizado. La investigación por la muerte de ‘Caniche’ se engarza en una de mayor profundidad.
Historial
Repunte de delitos
En los últimos meses se habían producido varios episodios delictivos en la ciudad, bien saldados con muertes o con intentos de homicidio. Esto lo estaba investigando la Policía cuando se produjo la muerte del apodado ‘Caniche’.
Perfiles
De los detenidos
La Policía ha querido destacar específicamente a tres de los detenidos al considerar que son los principales. Habla de ‘Chakor’, al que le considera líder de la banda más violenta; pero también de los hermanos ‘Grana’ y ‘Fati’ que ya habían sido detenidos previamente por el CNP pero se les había puesto en libertad tras su puesta a disposición judicial al considerarse que no existían pruebas de peso como para fundamentar la privación de libertad. Ambos estaban imputados.
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