Aún no se ha incrementado la flota de vehículos y funcionan solo con uno oficial
La Policía Portuaria ha recibido ya los chalecos antibalas que llevaban años pidiendo, ya que la plantilla está trabajando en zonas como las escolleras carentes de cualquier tipo de protección. La noticia se conoció ayer, cuando se les comunicó a los agentes la llegada de los chalecos, comprometidos hace tiempo por la Autoridad, aunque les falta la colocación de las letras identificativas.
De igual manera el Puerto se ha comprometido a incrementar la flota de vehículos que tienen los policías portuarios, ya que hoy por hoy solo disponen de uno en buenas condiciones para patrullar. La falta de presupuesto ha impedido la adopción de medidas urgentes.
Nada se habla de aumentar la plantilla, congelada desde hace años, de la Policía Portuaria, que se ve obligada a trabajar en situaciones extremas en algunos puntos considerados clave para la seguridad, tal y como es el control de las cámaras. Solo hay un agente para el control de todos los visores, que a su vez debe atender las llamadas telefónicas que se produzcan, dar aviso a sus compañeros si detecta alguna emergencia así como intervenir en relación al trasiego de buques. La propia Autoridad consideró la necesidad de aumentar al menos en un agente más este servicio, pero esta medida no se ha llevado a cabo.
Lo mismo ocurre en puestos en los que solo hay un agente, como es la entrada al Muelle de Alfau o el de Poniente, creado éste a raiz de la enorme presión migratoria registrada en las escolleras, en donde hace un par de semanas la Guardia Civil desmanteló varios campamentos de marroquíes.
El reparto ahora de los chalecos es la primera de las medidas denunciada por sindicatos como CCOO que se atiende, ya que quedan más en cartera como, por ejemplo, la mejora de las instalaciones de las que dispone este Cuerpo ya que la comisaría actual sufre hasta filtraciones de agua con las lluvias además de estar ubicada en una zona sin control de seguridad para sus agentes.
El control de la Guardia Civil se mantiene El control especial que estaban llevando a cabo los GRS en la zona portuaria ha tenido que reducirse debido a la mayor presión existente en la frontera. No obstante la merma de estos efectivos queda suplida, según ha concretado el Instituto Armado, con los agentes adscritos a la Compañía, que tienen su sede en el propio puerto. El control está encaminado de manera específica a la presencia de inmigrantes en el puerto que tienen idea de colarse en barcos.