Según el diario Al Masae fueron intervenidos los teléfonos de treinta líderes del movimiento del Rif
Las autoridades marroquíes intervinieron durante varios meses los teléfonos de treinta líderes del movimiento rifeño, la mayoría de ellos juzgados actualmente en Casablanca, según la orden judicial recogida hoy por el diario local Al Masae.
La orden fue emitida con base en un requerimiento del procurador general del rey (fiscal) contra activistas, la mayoría de ellos directivos en el llamado 'Hirak' del Rif, en el norte de Marruecos, que estalló a finales de 2016, explicó el rotativo.
Entre los teléfonos intervenidos figura el del líder de las protestas del Rif, Naser Zafzafi, y otros activistas que se encuentran actualmente en detención preventiva en la cárcel de Ukacha mientras continúa su proceso, explicó la misma fuente.
Otros teléfonos intervenidos que aparecen en la orden pertenecen a activistas que no están entre los detenidos, añadió.
El documento judicial, que circula desde hace unos días en las redes sociales, fue emitido por el Tribunal de Apelación de Rabat a principios de diciembre de 2016, que autorizó durante cuatro meses prorrogables una vez las escuchas por la "gravedad y la urgencia" que caracterizan el caso y por temor a que "desaparezcan las pruebas", según se lee en la orden.
La Fiscalía pidió intervenir las llamadas de los activistas tras acusarles de "conspiración contra la seguridad del Estado y para permitir a los efectivos de la Policía Judicial seguir los movimientos de estas personas, recopilar datos sobre esta red criminal, y detectar sus posibles ramificaciones dentro y fuera de Marruecos".
El diario Al Masae subrayó que las escuchas telefónicas de los activistas rifeños ya han sido evocadas en el juicio actual de Casablanca entre los abogados defensores y la Fiscalía General, siendo objeto de agrias polémicas.
El pasado noviembre, Amnistía Internacional (AI) cifró en 410 los activistas rifeños del Hirak, entre ellos el líder Naser Zafzafi, que están siendo juzgados o cumpliendo penas que van desde los 6 meses hasta los 20 años en las prisiones de Casablanca y de Alhucemas.
Las protestas sociales del Rif estallaron en octubre de 2016 tras la muerte de un vendedor de pescado aplastado dentro de un camión de la basura en el que las autoridades habían tirado la mercancía que le habían confiscado.Policía marroquí intervino durante meses los teléfonos de los líderes rifeños