La Policía halló un arsenal de armas en la finca de los raptores

Cinco han sido las personas detenidas por la Policía Nacional en la operación desarrollada en la finca La Tarazona a las afueras de Sevilla (en La Rinconada), en la que fueron liberados un ceutí y otra persona que aunque no es nacida en Ceuta lleva muchos años residiendo en esta ciudad.

Los cinco detenidos son naturales de Sevilla y tienen antecedentes por delitos contra la salud pública y robo. El Ministerio del Interior confirma así la información que avanzaba en su edición de ayer El Faro, aportando además lo que no se sabía: el móvil de dicha actuación.
Tal y como ha expuesto en un comunicado oficial, a los dos hombres se les había retenido en contra de su voluntad en la finca al exigírseles el pago de una rescate que consideraban se les debía abonar después de que una tercera persona conocida de esta pareja se hubiera adueñado de una cantidad de hachís. De no entregar ese dinero, más de 100.000 euros con intereses, los secuestradores habían amenazado con matar a las dos víctimas.
Desde la Jefatura Superior de Ceuta se trasladó la información de lo que estaba pasando en la finca a los compañeros de Sevilla, montándose un dispositivo que tuvo que ser activado a pocas horas de que se cumpliera el ultimátum dado por los secuestradores para terminar con la vida de sus víctimas. La operación fue limpia ya que no se produjo disparo alguno, llegando a participar en la misma entre 40 y 50 policías de distintos puntos, entre ellos la propia Sevilla, Guadalajara y agentes de Ceuta.
Varios equipos del GEO y los GOES fueron los que lideraron el asalto, actuando simultáneamente las tres viviendas que conformaban la finca, entrando tanto en la que ocupaban los raptores como en la que se encontraban los rehenes. Tal y como confirma Interior, en la vivienda se incautaron de una escopeta con cañones recortados y de varias armas simuladas como dos subfusiles y una pistola.
Según la Policía, las cinco personas detenidas habían planeado y ejecutado el rapto, y habían, de hecho, propinado continuas palizas al ceutí durante su cautiverio. Tenían bien planeada su actuación, ya que habían organizado relevos para tener siempre vigilados a sus víctimas a las que tenían constantemente amenazadas. La Policía ha concluido que las desavenencias que provocaron el secuestro fueron “derivadas de una fallida compraventa de droga y una deuda de 100.000 euros”.
En un comunicado oficial señalan que “esa transacción se frustró debido a que una tercera persona relacionada con las víctimas se apoderó del estupefaciente y lo trasladó hasta Francia. Los dueños de la droga decidieron entonces secuestrar a las dos víctimas para exigir que les reintegraran los 90.000 euros de valor del hachís, más 10.000 euros en concepto de intereses”. El entorno de las víctimas ha señalado a este medio que nada tienen que ver con ese móvil y que indirectamente se vieron afectadas por esta situación debido a la trampa tendida por esa tercera persona que cita la Policía y que les habría relacionado con el robo de la droga. De hecho indican que de haber estado realmente implicados en este asunto no habrían acudido por su propia voluntad a la finca La Tarazona en donde finalmente serían secuestrados; muy al contrario habrían evitado cualquier tipo de contacto con quienes fueron sus secuestradores. Las víctimas ya han prestado declaración en sede policial y lo harán en la misma línea cuando sean requeridos para ello.
Versiones enfrentadas al margen, después que la Policía conoció la historia al presentarse denuncia en la Jefatura Superior de Ceuta, se puso en marcha un equipo experto en liberaciones de este tipo, consiguiendo así descubrir que los dos secuestrados se encontraban retenidos en el interior de la finca y procediéndose así a la intervención simultánea de varios equipos del Grupo Especial de Operaciones y de los Grupos Operativos Especiales de Seguridad para frenar posibles fugas.
La familia del ceutí liberado ha querido destacar públicamente y agradecer la labor efectuada por el grupo de Delincuencia Organizada y lucha contra el Crimen de la UDYCO de Ceuta, cuyos integrantes fueron los que iniciaron la posterior actuación nada más conocer lo sucedido.
Los agentes asaltaron las viviendas de madrugada encontrando a las víctimas con heridas externas, atados de pies y manos. Los cinco varones detenidos, de los que no han trascendido sus identidades, tienen edades comprendidas entre los 18, 26, 27, 38 y 47 años. Además de la escopeta con cañones recortados en perfecto funcionamiento, una pistola y dos subfusiles simulados, se incautaron de un chaleco táctico, abundante munición, teléfonos móviles, una baliza GPS de seguimiento y un vehículo.
La investigación y operación se da ya por cerrada. Los pasos policiales que se han tenido que dar para esclarecer lo que ha sido un secuestro en toda regla han resultado decisivos, así como el hecho de que no trascendiera ningún tipo de información de lo que estaba pasando antes de que se reventara finalmente el operativo. Los secuestradores tenían que permanecer ajenos a la acción policial que se había puesto en marcha para que actuaran confiados, siguiendo ejerciendo presiones para lograr la comisión económica que pretendían.

El operativo y el decomiso tras el golpe

Las imágenes que acompañan esta crónica fueron difundidas ayer, 24 horas después de la intervención, por el Ministerio del Interior. En ellas se aprecian los detenidos, ya esposados, así como parte del lote de armas y material que se encontró en la vivienda. A las familias de las víctimas se les había amenazado advirtiéndoles de que si no se abonaba el dinero terminarían con la vida de ambos, ejecutando así los planes.

Fotos: Ministerio del Interior